Romance de Voleibol

13: La noria

Lunes 6 de mayo, 2023
Me desperté a mitad de noche con ganas de ir al baño. Me levanté de la cama a oscuras. intentando no despertar a nadie y me encerré en el baño.

Alguien llamó a la puerta del baño.

-¿Livy?- Escuché decir a Maddie desde fuera.

¿Qué hacía Maddie aquí? ¿Había dormido en esta habitación?

Abrí la puerta del baño y la dejé entrar.

-¿Has dormido aquí?- Le pregunté sentada en el retrete.

-Tía, ayer me lié con Rodrigo.

-Mierda-. Dije.

-No tía, es súper majo, creo que me está empezando a gustar...

-No es eso, ¿tienes un tampón o una compresa a mano?- Le pregunté. Me había bajado la regla y tenía los tampones en mi maleta que estaba en la otra habitación. Por suerte no había manchado el pantalón que me había dejado Lucas ayer.

-Buah no, los tengo en la otra habitación. Joder que putada.

-¿Que hacemos?- Le pregunté, cómo no encontraramos una solución pronto entraría en pánico.

-Voy a la habitación si quieres, ¿tienes la tarjeta para poder entrar?- Propuso Maddie.

-No, creo que la tiene Sophia.

Alguien tocó la puerta del baño.

-¿Oli? ¿Estás bien?- Preguntó una voz masculina desde fuera.

-Tenemos una emergencia femenina-. Respondió Maddie por mí.

-¿Necesitáis algo?- Preguntó otra voz que intuí que era la de Rodrigo.

Genial, había despertado a toda la habitación con mi escapadita a mitad de noche al baño.

-¿Podéis bajar a recepción y pedir una compresa o un tampón?- Les pedí.

Oímos como la puerta de la habitación se cerraba y unos diez minutos después llegaron por fin. Lucas y Rodrigo le dieron las compresas a Maddie y ella me las dió a mi. Me la puse y salí del baño.

-Gracias-. Les dije cuando salí del baño.

-No es nada. ¿Te duele? ¿Quieres un Ibuprofeno?- Me preguntó Lucas.

-No te preocupes, estoy bien-. Le dije con una sonrisa en la cara. -Volvamos a dormir, aún nos quedan un par de horas para despertarnos.

✯ ✯ ✯

La alarma sonó a las 7:30. Los entrenadores nos habían dicho que teníamos que estar a las 8:15 en el comedor ya con las mochilas preparadas. El partido de los chicos empezaba un rato antes que el nuestro, pero como era en el mismo pabellón, íbamos a ir todos en el mismo autobús.

Nos pusimos el chándal del equipo y volvimos a nuestras habitaciones para preparar las mochilas. Había mucho movimiento en el pasillo, estaban todos los del club volviendo a su habitación.

-Parece que al final nadie durmió en su cama-. Le dije a Maddie mientras cruzábamos el pasillo.

Preparamos las mochilas y bajamos a desayunar al comedor. Maddie y yo llegamos de las últimas, ya estaba todo el mundo sentado. Dejamos las mochilas en las únicas sillas que quedaban libres y fuimos a por el desayuno.

El hotel ofrecía toda clase de desayunos: desde fruta y tostadas, hasta gofres y donuts.

Cuando acabamos de desayunar, los entrenadores se levantaron y nos riñeron.