19. Fear

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POV JULIANA


Desperté hoy muy feliz, feliz por recordar mil veces a Val por la madrugada, de verdad que el amor es una locura, pensé, pensé mucho en ella, en la primer vez que la ví, cuando sus ojos se encontraron con los míos, el olor tan bonito de su cabello y de ella, cómo a mar, cómo a coco.

Me parece loquísimo, yo con tan pocos años la encontré, y todo, todo tuvo sentido.
La encontré y ya nunca quise irme de su lado.
Era muy común que el insomnio me acompañara casi todas las noches, y esta vez no era una excepción.
Me puse mis auriculares, la verdad no sé ni que canción estaba sonando, pero daba igual.

¿Es normal querer de todo con ella?
¿Un "para siempre"?

Intenté volver a conciliar el sueño, como no podía lograrlo opté por hacer algo de ejercicio y bañarme, para que me diera algo de sueño. Funcionó.

6:30
Hora de despertar.

Mi cuerpo se levantaba casi sin esfuerzo, las sábanas se deslizaron rápidamente por todo mi cuerpo.
Tendí mi cama y me cambié el intento de pijama que tenía (compuesto por un boxer negro y una playera gris demasiado grande para mi cuerpo), por algo diferente.
Me puse un pantalón negro, cómo es habitual en mi, mis converse negras, y una sudadera corta, no muy pegada, color azul.
La verdad tengo ropa mejor, pero tenía cero ganas de ponerme algo más, cepillé un poquito mi cabello, y recordé que talvez debería cortarlo un poco.
Guardé todos mis cuadernos dentro de mi mochila y estaba lista para salir.

Sabía que Valentina siempre salía como diez o quince minutos después de mi, entonces esperé del otro lado de esa gran calle, recordé entonces la flor tan bonita que había guardado para ella con anterioridad y corrí por ella.
Volví a esperar, ahora con la flor entre mis manos, y de repente mis ojos la encontraron, su cabello era perfecto como siempre, caía sobre ella con suavidad, sus ojos azules me miraban curiosos, sus labios se veían tan suaves como la primera vez que la ví, recordé entonces la niña que conocí en la casa de mi abuela y luego miré a la mujer en la que poco a poco se convertía.

-Juls, estás aquí - dijo mirándome, igual que siempre, talvez mejor, me sonrió y sentí al mundo venirse sobre mí.

No pude articular palabra alguna, la acerqué a mi en un abrazo, y deposité suavemente un beso en su mejilla derecha, cerré los ojos y me permití sentir por un instante esa gran tranquilidad de la que solo ella me llenaba.

-Juls- volvió a decir-

-¿Qué pasa, Val?

-Se nos hará tarde- me miró, su mirada sí que es hipnotizante.

-Lo sé - me reí y ella también - pero es que... no sé, solo quiero abrazarte siempre.

Tomó mis manos entre las suyas, y ahí fuí capaz de percibir la flor que aún habitaba ahí.

-Val, yo...

Pensé un momento en cómo dársela, entonces la ví tan perfecta, me dió tanta pena darle solo una flor, una estúpida flor que era nada en comparación a la mujer frente a mí, ¿Qué iba a pensar ella?

-Tú...- dijo de igual modo y me miró atentamente.

-Es absurdo...- me dió tanta pena darle una simple flor- incluso talvez sea tonto.

Sus labios graparon un corto beso sobre los míos.

-No lo es - aseguró ella con seguridad.

-Ni siquiera sabes de qué hablo- dije yo

-Dimelo...

-Ayer salí a comprar algunas cosas con mi mamá al supermercado, y yo, yo ví a través de la ventana del auto... una, una flor- dije acercando la flor a ella y ví una sonrisa genuina y muy muy bonita nacer.- y, y me recordó a ti, a cómo haces crecer en mi cada suspiro, en como desprendes primaveras con solo abrir los ojos... es pequeña, no es tan típica como un girasol, o una rosa, o un clavel, lo siento...

Pero, yo te quiero más (Juliantina)Where stories live. Discover now