Pero, yo te quiero más (Juliantina)

17. First time

Puedo jurar que ese beso duró unas diez vidas como mínimo, poco a poco se fue intensificando.

La acercaba más a mi y el calor comenzaba a invadir nuestros cuerpos, vamos, el corazón ya lo teníamos ardiendo.

Se sentó sobre mí con las piernas a los costados de mi cuerpo.

Sentí como mi pene comenzaba a endurecerse, no pude evitarlo, Val también lo notó porque soltó una risita muy adorable a decir verdad.

Cuando iba a detener el asunto, Val me detuvo a mi.

-Juls, tranquila- la miré - yo estoy lista, solo sé que quiero estar contigo - me dijo y sentí que entonces yo también lo estaba.

-También lo estoy, Val, ya estoy lista- me sonrió y seguimos besándonos.

La música sonaba, y el calor cada vez se hacía más evidente.

Tomé la parte inferior de su blusa y comencé a levantarla, joder, su cuerpo de verdad es perfecto, ella es perfecta.
Me siguió besando, y desabrochó su sostén.
Mis labios buscaban su cuerpo como si existiese una fuerza magnética entre él y mis labios.

Mis manos bailaban sobre su espalda, ella se abrazaba a mi...
En poco tiempo las dos estábamos únicamente en ropa interior, ella comenzó a frotarse sobre mí, yo sentía mil cosas indescriptibles.

-Joder, Val- suspiré profundamente

Sus ojos ahora eran un poquito más oscuros y tenían un brillo único, su piel tenía una suavidad increíble, yo no podía dejar de contemplar a ese ser maravilloso, a la mujer sobre mí.

Tomé un preservativo que ahora sí tenía preparado por si acaso en algún momento llegaba a pasar, lo coloqué con cuidado al rededor de mi pene, Val solo miraba con curiosidad.

Entonces había llegado el momento, era la hora.

Con cuidado bajé la ropa interior de Valentina, la sentí un poco nerviosa, yo también lo estaba.

-¿Estás segura de esto, Val?- le pregunté porque no quería hacer nada de lo que ella no esté segura.

-Estoy segura, solo un poco nerviosa - la besé para que se le fueran un poco los nervios, todo estaría bien

Después de ese momento, se separó un poco para poder acomodarse mejor, tomé la punta de mi pene y la coloqué despacio dentro de ella, poco a poco fue entrando, los gestos de Val eran poesía.

Sabía que era un poco difícil que doliera, porque las dos estábamos tranquilas y relajadas, pero aún así me asegure de intentar ser muy cuidadosa.

Val suspiró profundamente, tenía los ojos cerrados en un principio, una vez que sintió que entró todo pudo abrir los ojos.

-¿Dolió?- pregunté

-Muy muy poquito - dijo apenada, ella creyó que la primera vez siempre dolería.

-Perfecto- reí, y comencé con los típicos movimientos.

Val intentaba gemir lo más bajito posible, pero después le fue imposible y simplemente lo dejo estar, no lo reprimió más.

-Ahh, Juls, si - seguía yo de forma más rápida - Ahh

El momento era mágico, ella era mágica, temí por un momento que nada de esto fuese real, pero me besó, y nada nunca antes se sintió tan real.

Solo sentí como comenzaban a oprimir mi pene sus palpitaciones, entonces seguí así, incluso más rápido, era una buena señal.

Sus gemidos se intensificaron, hasta que llegó y yo lo hice un poquito después.