𝐁𝐎𝐘𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒 | ❝ Novios ¿Ellos solo están fingiendo? No te dicen a dónde eso se dirige. Y tú sabes que los juegos nunca terminan ❞
𝐔𝐍𝐀 𝐁𝐑𝐎𝐌𝐀 causada por Sirius y James en medio de la noche por los pasillos de Hogwarts tal vez haya si...
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✰: hermanos Relish.
sexto año ──────────────────────────────
SUSTOS, BROMAS, RISAS, GRITOS, MIEDO. Así es señores, ya el intermedio de Octubre había llegado y con él Halloween uno de las fechas más preciadas de los Merodeadores y también el de la McKinnon menor, por supuesto.
Unas cabelleras negras y pelirrojas se veían fugases en los pasillos mientras corrían a toda prisa para no ser atrapados por Filch y la Sra. Morris, su gata. Sirius Black agarraba firmemente la mano de su adorada novia mientras esta reía a carcajadas al ver sus manos llenas de pintura rosa chillón. El Black mayor logró escabullirse por uno de los estrechos pasillos traicioneros de Hogwarts, logrando que sus cuerpos estén sofocantemente cerca del otro.
—Creo...creo que los perdimos —dice Malia agitada.
Sirius iba a decir qué tal vez sí, pero el maullido de la Sra. Morris lo hizo suspirar derrotado.
—Ya cállate, gata.
—Es peor así —susurra Malia, escuchando los maullidos más fuertes y seguidos—. Ten, Sra. Morris —ofreció una pequeña galleta de vainilla que llevaba en su túnica.
—Con que con eso podíamos sobornar a la bola de pelos. —Comentó, entrecerrando los ojos y mirando al animal, que por cierto, gruñó en su dirección y luego pasó de largo.
Sirius sonrió de lado al volver su mirada a la pelirroja que tenía enfrente suyo, quitando unos que otros mechones pegados en su frente debido al sudor al correr por los extensos corredizos. Ella tragó en seco al sentir su mano bajar de su frente, deslizándose por sus mejillas y traviesamente trazar la forma de sus labios mirando aquella zona hipnotizado.
Malia miraba cada facción del rostro del azabache.
Por Merlin, Sirius Black era uno de los chicos más atractivos que vió en toda su patética vida.
Sirius suspiró sintiendo las manos de Malia ahora acariciar su rostro. Silencioso, cómodo y reconfortantemente que hacía que sus latidos sean tranquilos al disfrutar de aquello.
—Mierda, Black. Tienes pinturas hasta en las pestañas —ríe muy bajito, escuchando también la corta risa de su novio.
—Con razón veo puntos blancos —dice en tono gracioso, causando otra risa en la pelirroja.
—Ven, tenemos que limpiarnos antes de ir al comedor —declaró, sacando un poco la cabeza en el pasillo para ver qué nadie se encontrara ahí.
