Capítulo 5

36 1 0
                                    

03 de Julio de 2016, Meyshell Bruce.

Los últimos quince días había estado estudiando mucho, junto a Thonny, y revisando algunos detalles sobre escritos nuevos, pero hoy era domingo y habíamos decidido descansar en el día, para salir juntos en la noche.

Son casi las dos de la tarde, y me acabo de despertar, pensando que no hay nada más placentero que dormir tranquilo, sin que nada perturbe tu mente. Cojo el celular de la mesita de noche, y veo que tengo algunos mensajes de Thonny.

Thonny: Buenas tardes, mi princesa hermosa.
¿Cómo amaneciste?
Mi amor, ¿sigues dormida?
Ok, me escribes cuando despiertes.

Mey: Hola, mi amor.
Muy bien, ¿y tú, corazón?

Me acabo de despertar.

Thonny: Me alegro, mi amor.
Bien gracias a Dios.

Mey: Igualmente me alegro, mi amor.
¿Y qué haces?

Thonny: Almorzando apenas, mi amor.

Mey: Ya, cariño.
¿Te despertaste temprano?

Thonny: A las once, mi amor.
No estaba tan cansado.

Mey: Ya veo, mi amor.
Y ¿A dónde me llevarás esta noche?


Thonny: A cenar a un restaurante lujoso.

Te tengo una sorpresa.
Así que, ponte hermosa.

Mey: ¿Qué sorpresa, mi amor?

Thonny: No te diré curiosita.
Es una sorpresa.

Mey: De acuerdo, mi amor.
Iré a ver que como, ahorita te escribo.

Thonny: Hasta luego, amor.
¡Besos!

Entré al baño, me lavé la cara, cepillé mis dientes, y me recogí el cabello antes de bajar a la cocina, en busca de comida.

Jade había salido temprano con Jhoan, a la casa de la señora Sully, y mi padre se encontraba sentado en el sofá viendo televisión, estaba sobrio.

-Hola papi, que bien te ves -dije en cuanto bajé.

-Hola, hija mía -sonrió.

-¿Ya comiste? -pregunté.

-Sí mi amor, tu hermana dejó comida hecha. -¿Te sirvo? -preguntó poniéndose en pie.

-No papi, yo lo hago. -respondí, haciéndole una seña para que se sentara y me dirigí a la cocina.

-Bueno mi amor. -¿Y tienes trabajo por hacer?

-No papi, hoy descanso. -Saldré más tarde con Anthonny.

-Ya mi vida, entonces el muchacho también es tu profesor. -afirmó, aunque sonó más a pregunta.

-Si papito, ¿te parece mal?

-No mi vida, para nada, quien soy yo para juzgarte. -frunció el ceño -Si te hace feliz y es buen tipo, me parece excelente.

-Lo es, papi -le brindé una sonrisa, desde la cocina. -En la noche te lo presento.

-Está bien, mi amor. -sonrió de oreja a oreja.

Mientras comía, observaba detenidamente al señor que se encontraba en el sofá. Mi padre no había sido malo, solamente había sido humano, y como humanos, en ocasiones no sabemos como actuar ante las adversidades de la vida, y simplemente nos dejamos consumir por el dolor.

LA TRISTE HISTORIA DE UNA NOCHEWhere stories live. Discover now