Capítulo 4

30 1 1
                                    

Las cosas con Jhoan marchaban más que bien, habíamos salido un par de veces a comer, y otras a cine, habían pasado tres semanas desde la discusión que tuve con mi padre, en cuanto a ese tema, logramos hablar y disculparnos de la mejor manera.

La comunicación con Mey era cada vez mejor, charlábamos de todo un poco, y eso me hacía sentir muy bien.

Ella había estado saliendo con un chico y al parecer la relación ya era formal, pero la chica se rehusaba a decirme como se llamaba, solo me había comentado que era del instituto, y que pronto lo traería a casa, para que pudiéramos conocerlo, me gustaba la idea, pero estaba súper ansiosa por conocer a mi nuevo cuñado.

—¿Cuándo lo traerás? —le pregunté a Meyshell, haciendo ojitos.

Mey se echa a reír, y responde. —Lo bueno se hace esperar, jade —al ver la desilusión en mi rostro prosiguió, antes de que yo pudiese responder algo. —Pero para tu buena suerte, vendrá el sábado por la noche a cenar.

—¡Awwwww! —Grito y al mismo tiempo doy un salto en el sofá. —¿En serio?

—Parece que estás más emocionada que yo —mey ríe al verme. —Tendrás que preparar la cena —advierte.

—Lo haré con gusto —digo mientras me acomodo nuevamente en el sofá. —Haré mi especialidad.

—¡Oh si, pastas! —Mey muerde su labio inferior.

—Exacto. —¿Te importa si invito a Jhoan?

—Para nada, así estaremos emparejados
—dice en tono gracioso.

—De acuerdo. —¿Hablarás con papá, para que esté presente ese día?

—Le haré saber que vendrá mi novio, pero está en él querer hacer parte de ese momento, no lo puedo obligar Jad.

—Tienes razón, cariño. —Tú no te preocupes, yo me encargaré de organizar todo, para el sábado por la noche.

—Y yo me encargaré de ponerme más hermosa de lo que ya estoy, iré al salón de belleza mañana por la tarde, ¿vienes conmigo?

—No puedo, saldré un poco más tarde del trabajo, para no ir el sábado.

—Comprendo.

—¿Te pintarás el cabello? —pregunté

—No, ya sabes... —irguió su cabeza y al mismo tiempo su espalda—. Cuando uno es hermosa, no necesita hacerse tantas cosas, solo iré para que me corten las puntas, y me hagan la manicura.

—JAJAJA, me encanta tu seguridad.

—A mi también —reímos al compás.

[…]

Era sábado por la noche, yo terminaba de poner la mesa, mientras Meyshell terminaba de arreglarse en su habitación, para recibir a nuestro invitado especial, mi padre no se encontraba en casa, como era de esperarse y por otro lado Jhoan, me había dicho que sí asistiría.

—¿Cómo me veo? —me preguntó Mey en cuanto bajó.

Llevaba el cabello suelto, un vestido azul, que hacía resaltar su piel blanca, accesorios plateados y unas sandalias del mismo color, pero lo que más resaltaba su rostro eran sus ojos, esos que simplemente te inspiraban tranquilidad.

—Mi hermana era hermosa, era la viva estampa de mi madre, ojos azules, cabello liso rubio, piel blanca, y unas hermosas pecas en su rostro—. Yo por el contrario me parecía más a papá, mi color de piel era un poco más oscuro que el de Mey, tenía los ojos color miel, y mi cabello castaño liso.

LA TRISTE HISTORIA DE UNA NOCHEWhere stories live. Discover now