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—No lo toques.

San se puso a la defensiva cuando el alto quiso tocar las alas.

Yunho solo sonrió y alejó la mano.

—Relájate hombre, no vamos a hacerles daño... a menos que se lo busquen— Rió Wooyoung en son bromista.

—Cuatro copas— Ordenó el alto al tabernero.

Pronto la orden fue dejada, Wooyoung se encargó de entregarles a los nuevos visitantes en mano propia los vasos con el licor.

Yeosang vió como los extraños se bebieron el contenido como si fuese agua y parecían disfrutarlo, asi que acercó su vaso a los labios y olió el agrio aroma priviniendo de ella.

—¿Qué estas haciendo? Dame eso, no puedes tomarte esto— San le arrebató el vaso y lo dejó en la barra.

—Ho. El angelito no toma con sus nuevos amigos— Rió Yunho.

—No soy un angel. Aqui tengo las baterias de las alas falsas— Yeosang mostró el aparato que tenia atras para despistar.

Wooyoung y Yunho solo rieron y le concedieron la razon, pero ninguno se tragaba esa tonteria de las alas falsas.

Podian sentirlo, olerlo e incluso saborearlo. Estaban muy seguros que estaban frente a un ser blanco alado. Sus seres reales se retorcían dentro de sus cuerpos humanos falsos, solo ambos eran concientes de la batalla interna que libraban al estar en frente de su platillo favorito. Sus colmillos ansiaban emerger y sus garras picaban por salir. Tenian hambre, de despedazar y darse un festin con el alado.

Pero no podian. El jefe podría enfadarse y hacerlos picadillo antes de siquiera inventar una escusa.

Tomando inhalaciones para calmar las ansias de tener una presa tan suculenta, se obligaron a ser casuales.

—¿Cómo se llaman? ¿Sabían que personas como ustedes no frecuentan estos sitios?— Habló Yunho, bebiendose a gusto el vaso que el alado dejó.

—¿Personas como nosotros?— San tenia el entrecejo arrugado. El par le estaba causando mala espina.

—Si. Por si no lo han notado, aqui solo frecuentan personas malas y ahora mismo se preguntan qué hacen aqui una persona recta y un muchacho usando esas alas tan vistosas y llamativas— Hizo notar el alto.

—A no ser... que busquen mercancía— El otro sacó de su chaqueta de cuero un sobre pequeño que agitó en el aire.

San le dió un manotazo al reconocer aquello. En su epoca de estudiante vió a muchos estudiantes caer ante el vicio del que pocas veces salían.

—No estamos aqui para eso— San tomó la mano del alado. Fue una mala idea ingresar. —Vámonos Yeosang— Tiró de él.

—¿Yeosang?— Yunho miró al alado de cabeza a pies. —Si te queda... Ya digan, qué hacen aqui— Insistió e incluso hizo un puchero que sacó una sonrisa aliviada en Yeosang, pues el alto no parecia tan agresivo ni rudo.

—Espera San— Yeosang tambien tiró de él, necesitaba averiguar pistas. —Busco a mi padre, quizá hayan escuchado de él— Inició con una voz algo desesperada.

—Ah ¿Entonces por eso viniste aqui?— Wooyoung se echó a reir en burla.

Yunho tambien rió, ya que era gracioso que un alado busque a su padre en un sitio que jamas visitarian los seres blancos.

A Yeosang no le importó las risas, estaba harto de buscar y no hallar.

—Anda chico, dínos quien es tu padre— Yunho se recuperaba del ataque de risa.

Alas Rojas | SanSangWhere stories live. Discover now