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El hermetismo del alto consejo era insoportable. Nadie le daba razon de Yeosang y no se hablaba del tema.

Una vez mas se dirigió a las instalaciones de la sede del consejo superior. Hongjoong estaba decidido a convertirse en la piedra en el camino para esos ancianos, pues no se rendiría hasta obtener noticias.

Tras avanzar por los pasillos pulcros que hasta hace no mucho limpiaba, avanzó decidido hasta conseguir una audiencia.

Del otro extremo vino un conocido suyo y antiguamente un camarada. Hwanwoong levantó la mano en saludo, asi como esbozar una leve sonrisa hacia él.

—Hola— Dijo el alado pelirosa.

—Por la cara que traes, los ancianos te dieron otro regaño ¿No?— Supuso el de cabellos platinados.

—No comprenden mi estilo para hacer las cosas...— Suspiró en cansancio. —Por cierto. Ya me enteré que el alado que vi entre los humanos era tu hijo ¿Tienes noticias suyas?

—Nadie me dice ni una palabra. Pero tu que lo viste ¿Cómo se veía? ¿Estaba integro?

—De hecho si. Lo ví con un brillo feliz y ví tambien que se hizo amigo de un humano que tiene un alma noble. Yo creo que está bien— Aseguró.

—Al menos no cayó en malas manos.

—Asi es. Bueno si me disculpas, debo regresar.

—¿Con los humanos? ¿A qué?— Hongjoong supuso que estaría vetado como castigo durante algunos dias.

—Hay un dracul suelto entre los humanos. Se lo informé al consejo y ellos me permitieron regresar para darle caza— Le reveló.

—¿Un dracul entre los humanos?— Hongjoong no daba crédito a aquello. —Si tienes la oportunidad, te pido de favor que veas que Yeosang esté a salvo— Pidió, ya que Mingi no le daba noticias ni se habia comunicado.

—Claro. Hasta luego.

🌬

Hongjoong consiguió que los ancianos lo recibieran. Estaba preparado para todos los argumentos que le lanzarían encima, pero fue sorprendido con unas palabras que jamas creyó oir.

—Permitiremos que vayas al mundo humano.

El alado platinado estaba tan sorprendido y aliviado ante aquella respuesta, que incluso besaría los pies de esos ancianos. Finalmente se ponian en su situacion.

—Pero es a cambio de una condicion— Complementó otro.

—No importa lo que sea, acepto— Les aseguró, aun parado en medio del estrado.

—Primero escucha... Te permitiremos ir al mundo humano, buscar a Yeosang y ponerlo al resguardo que prefieras, pero no podrás traerlo de regreso. Él mismo se lanzó y se convirtió en un caído— Era cierto lo que ellos decían, Yeosang rompió las reglas y huyó sin autorizacion alguna. —Eso no es todo, te damos la oportunidad de regresar a ser un emisario y volver a tu antiguo trabajo. Esto será como compensacion por tu hijo. Podrás ir a visitarlo cuando puedas, pero si tratas de huir y darnos la espalda, te aseguro que serán cazados hasta en el confín del mundo. Asi que tú decides.

Hongjoong meditó las palabras del anciano. Yeosang no podria regresar por una regla natural que rompió, de todos modos ahí no tenia un sitio donde ser acogido y los demas alados lo detestaban. Tambien recordó las palabras de su viejo amigo, Yeosang parecía estar mejor entre los humanos y si él estaba feliz, entonces lo dejaría ser. Por ultimo, recuperar su antiguo puesto y poder visitar a su hijo cuando quisiese, no sonaba para nada mal.

Entonces quedó decidido.

—Acepto la condición. Encontraré a Yeosang y le buscaré un buen sitio en el que pueda estar seguro y bajo mi supervision— Informó de su decision.

Alas Rojas | SanSangOnde histórias criam vida. Descubra agora