2

190 34 0
                                    

Hongjoong se dirigía hacia la cabaña que esta vez visitaba por segunda vez en esa semana. Generalmente aquello no ocurre, pues siempre le han otorgado permiso de visitar a su hijo cada cincuenta dias mas o menos.

Mientras planea con sus alas y fija la ruta, piensa en la mejor forma de contarle la resolucion del consejo superior a Yeosang, pero no puede encontrar una que no rompa el corazon de su pequeño. Tambien se siente impotente, pero el dictamen escapaba de sus manos y no habia modo de contradecirlo. Y si, tambien esta triste porque ya no podrá visitarlo como lo hacía y temía el dia en que ya no le permitan visitar a su hijo.

Cuando ya divisa la cabaña, Hongjoong puede ver a Yeosang retornando a casa despues de otro día de trabajo. Él llevaba algunas manzanas sobre su sueter y aquello le hizo sonreir al alado.

Yeosang soltó las manzanas en cuanto vió a su papá descender, alegrandole de verlo tan pronto y no dudó en ir a abrazarlo fuerte.

El castaño siente un ambiente enrarecido, pues nota la expresion esquiva de su papá.

Una vez se acomodan dentro de la cabaña, Hongjoong sienta a su hijo que lo mira atento y nervioso.

Lo que vendría seria dificil.

—Yeo, necesitamos hab...

—¿Quieres un poco de fresas que traje esta mañana?— Yeosang presiente algo muy malo y no queria saberlo, por eso llega rápido hasta el cesto con las frutas.

Hongjoong le sujeta de los hombros y lo devuelve a su lugar, incluso se pone de cuclillas y tomando las manos de su hijo.

—Hoy me reuní con los miembros del consejo superior. Les hice el pedido de siempre e igual que las otras veces...

—Lo rechazaron ¿cierto?— Yeosang se adelanta con mirada decaída.

El mayor solo mueve la cabeza, de nada sirve adornar la realidad.

—No solo es eso...— Hongjoong da un suspiro fuerte y tras levantar la mirada hacia su hijo, lo suelta. —Me han informado que debes mudarte de este sitio, irás a la zona Éter...

El platinado siente su corazon estrujarse cuando oye el llanto de su hijo que niega con la cabeza y sus manos se aferran a las suyas en súplica.

—¡No quiero irme, llévame contigo... ademas, Éter queda muy lejos y allá solo están los rechazados de los alados!— Rompe en llanto doloroso.

Hongjoong acuna a su hijo y ambos liberan en forma de lágrimas ese dolor por la separacion.

—De verdad lo lamento tanto... si de mi dependiera, estarías a mi lado siempre... pero ellos ya lo sentenciaron... dicen que por ser quien eres, representas alboroto y peligro. A sus oídos llegó las noticias de la riña que hubo y te han castigado por ello— Sollozó el mayor.

—¡Lo siento, lo siento! ¡Jamás volveré a discutir, pero que no me lleven lejos de tí!— Se lamentó vanamente.

🌬

Yeosang avanzó con los ojos aun rojos, al igual que sus alas pintadas en las puntas con un tono suave de rojo, que denotaba su tristeza.

—¿Ya se enteraron? Yeosang será desterrado a lo mas bajo de los alados— Cuchicheó un joven alado a sus amigos.

—Ya era hora. Mira que ponerse a pelear... un ser alado blanco jamas hace aquello— Rió otra.

Alas Rojas | SanSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora