🎤 25. Hipnotízame

3.9K 322 74
                                    

(Fobia)

MAX

No sé qué ha cambiado.

Puede ser una mezcla de diferentes cosas. Mi forma de verla, o quizás sea que ella sonríe más, pero es evidente que algo ha cambiado. 

Álex ya no está tan reacia como antes y acepta quedarse conmigo un par de noches a la semana en mi departamento. Ella y Borja se llevan bastante bien, de hecho, cuando está ahí, pasa más tiempo hablando o jugando con él hasta que se me hace muy aburrido oírlos y me voy a mi habitación. Álex no tarda en llegar y acurrucarse conmigo.

Tampoco tiene reparos en que me quede en su departamento. A veces nos vamos juntos después del entrenamiento, o si ella necesita su espacio, se va antes y luego yo llego en el Audi de Borja para quedarme con ella. Sé que hay momentos en que le gusta pasar tiempo sola y está bien. No tenemos una relación y no puedo exigirle nada.

Después de las presentaciones de los sábados, ya no paso la noche en el incómodo sofá de la sala de ensayo. Ahora los paso con ella, enredado en su pelo y disfrutando sus caricias.

El único límite es la universidad.

Sigue siendo esquiva, ya sea en su facultad o en la mía. No importa donde nos encontremos, a menos que estemos lo suficientemente solos, ella insiste en aparentar que no hay nada entre nosotros.

Pero lo hay. 

Algo sin nombre. Algo no pactado, pero es obvio que lo hay.

O al menos eso es lo que quiero creer.

Detesto a ese exnovio suyo. No lo he visto desde aquella última vez que lo amenacé para que no se acercara más a ella, y espero que haya funcionado. Aunque estoy seguro de que debe estar rondando en algún lugar entre las sombras. Espero que no esté acosándola otra vez. No soporto pensar que pudo haber hecho para que Álex le tema de ese modo.

Las cosas con Lucas han mejorado lo suficiente para que vuelva hablarme con normalidad. Intento cumplir con mis ensayos, aunque desearía estar más tiempo con Álex los domingos, pero no puedo fallarles a mis amigos tampoco.

Empecé a llevar los dos teléfonos que uso para comunicarme a todos lados. No es algo que me agrade, se supone que empecé a hacerlo para tener mis dos vidas separadas, pero después de lo que me dijo Lucas, la posibilidad de que vuelva a necesitarme me removió la conciencia. 

Pero nada. Ni siquiera un mensaje.

Después de tocar en un pub del centro, me despido de mis amigos y me marcho junto a Álex a su departamento. En cuanto la puerta se cierra a mi espalda, el mundo desaparece y solo nos quedamos los dos, en esta burbuja perfecta.

—Oye... —dice entre jadeos producto de mis besos—. Me gustaría intentar algo contigo, si estás dispuesto.

—Lo que quieras —acepto sin cuestionar, volviendo a atrapar sus labios en los míos—. Todo lo que quieras.

La empujo a la cama cayendo sobre el colchón, sin llegar a aplastarla. 

—Fumemos...

—¿Qué? —cuestiono, con el ceño fruncido.

—Ya sabes..., para relajarnos un poco —propone, encogiéndose de hombros.

—Joder, Álex.

Me incorporo y me siento en el borde de la cama.

Ya. No soy un puritano. No hay nada de malo en un poco de yerba, solo que no es lo mío, y aunque no lo digo, si me joden un poco los vicios de Álex, pero son sus cosas y no puedo hacerla cambiar. Mientras solo fume un poco de María y no se haga más daño, no creo que sea algo horrible.

[1] En tus manos©Where stories live. Discover now