Capitulo 13.

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Es el otro capitulo.
Saludos.

¡Las quiero!







Una vez que Baela pasó a buscar a su hermano donde Alyssa, Belandra se dirigió al departamento de Adam, donde suponía este debía estar esperándola. Tocó el timbre y no le sorprendió para nada el aspecto maltratado del hombre que la invitó a pasar.

La mujer soltó un suspiro. -Tenía pensado abofetearte por lo que has hecho, pero veo que ya no es necesario.

-Sería mucho decir que soy el villano de una historia mal contada. -Adam se alzó de hombros y trató de sonreírle. -Puede que todos lo consideren una vil excusa pero sigo siendo un hombre, y se me ofreció un trato al que no pude negarme. Lucerys vino por su propia voluntad, intenté detenerlo en un principio, pero siguió insistiendo. No era mi intención hacerle daño.

Belandra se sentó en el sillón y lo miró fijamente. -Si otro chico de 16 años se plantara en tu casa y te pidiera tener sexo con él ¿También aceptarías?

-¡Claro que no! Luke no es como los demás chicos.

-Pero sigo teniendo 16 años. -Belandra frunció el ceño. -Y tú sabes que está obligado a convivir con unos malditos abusadores. Está asustado y cometerá errores, eso es inevitable. Pero nosotros somos su lugar seguro, somos aquellas personas a las que puede acudir en caso de verse acorralado. ¿Te has aprovechado de eso?

Adam se sentó en frente de ella, y se quejó apretando uno de los costados de su cuerpo. El dolor que le provocaban las costillas rotas lo estaba matando. -Ya te dije que no quería hacerle daño.

-Lucerys dijo que no le contestas el teléfono. -Belandra ni siquiera necesitó preguntarle quien lo había golpeado, porque lo suponía de manera totalmente acertada.

-Alyssa me amenazó. Dijo que no volvería a trabajar con ellos si me ponía en contacto con el chico.

-Me parece una idea excelente. -La mujer le sonrió. -Espero que con esto aprendas a dejar de pensar con lo que te cuelga entre las piernas. Lucerys quiere disculparse contigo pero eso no sucederá, por lo menos, no cuando aún estás en esas condiciones. Recupérate de la paliza que te dieron y no permitas que el chico te vea así o se sentirá más culpable.

Adam le pasó un memoria externa con la información completa de algunos hoteles en los que había estado trabajando. Todavía no terminaba con todos, pero ya había bastantes para empezar. -¿Está bien? -Le preguntó a la mujer antes de que se marchara.

-Te lo vuelvo a decir. Está asustado. Puede que lo diga y que intente demostrar que ya se siente mejor, pero sigue asustado. Y no es para menos.

El hijo mayor de Rhaenyra estaba de pie, un par de pasos más por delante de Aegon, tenia el ceño fruncido y sus hombros estaban tensos. El tipo de hombres que tenía en frente, era el tipo de personas que más detestaba. Se comportaban como animales y parecían haberse quedado en la edad media. Como si nacer hombre y alfa te hicieran automáticamente superior. Una reverenda estupidez.

La presencia del arma que traía escondida en su espalda se volvió muy presente, pero no quería usarla a menos que fuera totalmente necesario. No solo venía a visitar a Cley porque se sentía culpable, quería conseguir una especie de enfrentamiento con Dagon, uno que lo hiciera perder el control de si mismo y que diera el primer golpe. Y quería que fuera en el hospital ya que un médico amigo de Daemon, podría diagnosticarlo con algún trastorno mental o depresión, incapacitándolo para trabajar. Dejándolo incapaz de hacer cualquier cosa mientras veía como el trabajo de su vida era destruido. Aquella sería una venganza muy buena.

Sangre y AmorWhere stories live. Discover now