Capitulo 4

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Bellas personas, aquí está el otro capitulo. Este creo que me ha quedado un poco más extenso, pero es que no pude acortarlo. Espero que les agrade, ya que hay un poco más de drama. 

Y demás esta decir que estoy super agradecida con tod@s por leerme, votar y comentar. Los adoro. Bella persona que me inundó las notificaciones con sus comentarios, eres un amor. Todas lo son. Las quiero. Espero que lo sigan haciendo. 

Muchos, pero muchos cariños para ustedes. 

Espero que lo disfruten. 



No fue sorpresa para nadie que Vaemond Velaryon apareciera al otro día en King's Landing. Llegó con un temperamento tranquilo y una sonrisa triunfante, como si tan solo con pisar aquella casa ya representara una victoria.

Otto sabía que necesitaba toda la ayuda posible y ya había empezado a hacer sus movimientos para conseguir aliados.

Rhaenyra junto con Lucerys fueron invitados a una reunión en el gran despacho que solía usar Viserys. Allí ya los estaban esperando, Otto, Vaemond y Aemond.

Luke observó a Aemond que estaba sentado junto a su abuelo, de manera tan formal y elegante como siempre y aunque mirarlo le alteraba aún más los nervios, prefería mil veces mirarlo a él que a Vaemond, a quién no veía desde hace dos años. Se sentó al lado de su madre, en frente de los tres hombres, y prefirió dejar su vista fija en el suelo. Sabía lo que vendría, aquello había pasado muchas veces. La palabra bastardo saldría de la boca de Vaemond de manera repetitiva y humillante. No quería escucharlo, y no quería que Aemond lo escuchara. Se mordió los labios y sentía que su respiración se aceleraba, pero el ligero roce del brazo de su madre consiguió darle un poco más de valor.

-Sé que la relación entre ustedes no ha sido la mejor de todas. –Otto comentó, mirando a Rhaenyra. –Pero ahora hay que dejar de lado las diferencias y pensar en el futuro próximo. Quiero que escuches con atención la propuesta que Vaemond tiene para ofrecerte.

El Velaryon le sonrió. –Sé que he reclamado mis derechos sobre la herencia de mi familia quizás no de la mejor manera, y quiero remediarlo. Mi único hijo, Rhogar Velaryon es alfa y está soltero, y quiero que se comprometa con Lucerys Velaryon. Está unión será conveniente para ambas partes, ya que enterrará de una vez por todas los rumores que circulan y le dará a los Velaryon el prestigio que han perdido.

Luke alzó la mirada con las pupilas dilatadas por la sorpresa y el miedo. Definitivamente aquello era mucho peor que recibir malos tratos e insultos. Miro a Aemond sin poder evitarlo, como si en él fuera a encontrar ayuda o más apoyo que el que su madre le brindaba, pero en sus ojos solo encontró una sorpresa muy bien disimulada.

-Vámonos, Luke. –Rhaenyra se había puesto de pie, dispuesta a salir de aquella habitación.

-Rhaenyra, por favor. Te están ofreciendo una propuesta por demás interesante. El chico es omega, es mejor casarlo pronto y qué mejor que hacerlo con la persona que puede heredar el conglomerado Velaryon sin que nadie se oponga.

-No sucederá tal cosa. –La mirada de la rubia platinada era dura.

-Entiendo su posición como madre. –Vaemond le sonrió más ampliamente. –El chico es joven todavía, no tenemos que casarlos ahora, pero si te pido que no te opongas a que mi hijo lo frecuente. Quiero que se conozcan primero, que se hagan amigos. –El hombre le habló a Luke. -¿Te parece, Lucerys? Conozco a mi hijo muy bien, estoy seguro que tan solo en unos cuantos días no te querrás despegar de él.

Luke lo observó por unos segundos antes de responder. Podía apostar que era la primera vez que se dirigía a él por su nombre. –Está bien. –Contestó con una seguridad que no sentía, porque aquello era lo que tenía que responder, lo más conveniente, porque en muchos aspectos eso había sido su vida: no saber lo que quería, o no tener voluntad o valor suficiente para oponerse a lo que querían de él.

Sangre y AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora