Capítulo 24

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Más tarde, Kihyun se avergonzaría al darse cuenta de que había pasado por lo menos media hora abrazando la almohada de Hyunwoo y pensando en este de una manera que podría describirse como "soñadora". También podría o no haber estado respirando el aroma del moreno impregnado en esta, pero eso era algo que nunca admitiría ante nadie, ni siquiera ante él mismo.

—Ugh —gimió en la almohada, disgustado con su propia persona. ¿Realmente tenía la intención de quedarse en la cama del mayor y esperar a que volviera a casa como un... como un buen marido? Vaya cosa más ridícula. Complementamente absurda y descabellada. No importaba lo bueno que fuera el sexo, todo seguía igual. Igual. Hyunwoo no era nada para él. Un par de acostones desaconsejables y fusiones ilícitas no cambiarían eso. El moreno estaba comprometido con Yujin.

—Sin mencionar que lo odias —susurró el chico, esperando que decirlo en voz alta reafirmara el punto. ¿Desde cuándo necesitaba recordarse a sí mismo que detestaba al mayor? Era uno de los hechos indiscutibles de la vida: su nombre era Kihyun'ngh'veighli, era un príncipe del Tercer Gran Clan y odiaba a Hyunwoo.

¿Pero... el realmente lo odiaba?

El chico frunció el ceño y apretó los labios. Se sentía raro cuestionar una verdad tan fundamental como el hecho de que el universo sigue en expansión, pero... siendo honesto ¿realmente seguía odiando al mayor? ¿O solo era la fuerza de la costumbre, llegados a este punto? Ciertamente no odiaba besarlo o tocarlo, o incluso hablar con él. Hyunwoo todavía lo volvía loco, pero la diferencia era que Kihyun ya no moría por darle un puñetazo en su cara arrogante o empujarle la lengua por la garganta.

El hecho de que ya no estuviera seguro de odiar al moreno era bastante perturbador en sí mismo. ¿Cómo que ya no lo detestaba? El mayor era un imbécil. Una persona terrible, horrible, sin buenas intenciones, con una brújula moral muy cuestionable. Ahora que Kihyun sabía todo acerca del alcance del poder de Hyunwoo, y de la manera en que lo usaba para manipular a otros, tendría que despreciarlo complementamente. No debería querer tener nada que ver con él. Y, desde luego, no debería estar esperando el regreso de ese hombre dentro de su cama, desnudo y ansioso por continuar lo que habían dejado pendiente.

Joder, él realmente había perdido la cabeza. Después de años de querer estar libre del moreno, ¿qué significaba todo esto? Ya ni siquiera podía culpar a su constante excitación; en este punto se sentía perfectamente en control de sus sentidos y su líbido. Pero todo aquello se iba al caño cada vez que él y Hyunwoo estaban en la misma habitación, porque la sola visión del mayor parecía hacerle perder todo el control de sus funciones cerebrales primordiales.

Ugh. Eso era horrible.

Tal vez debería tratar de acostarse con otra persona.

Las cejas de Kihyun se fruncieron ante el pensamiento. De alguna manera, ni siquiera podía imaginar hacerlo, y eso era bastante alarmante, en realidad.

—¿Crees que debería dormir con alguien más? —fue lo primero que preguntó el más joven en el momento en que el mayor regresó.

Hyunwoo se detuvo en la puerta, todavía vestido con los colores oficiales del Ministerio. Se veía tremendamente atractivo, pero Kihyun estaba decidido a ignorarlo. Había pasado la última hora paseando por las habitaciones del moreno, sintiéndose más y más perturbado a medida que analizaba sus sentimientos y pensamientos. Pronto se hizo evidente que no tenía ningún deseo de tener relaciones sexuales con otra persona, que se sentía vagamente disgustado por la mera idea, y que las implicaciones de esto eran aterradoras. Tenía que hacer algo al respecto. Era preciso detener esto. Necesitaba dejar de ser un idiota y obligarse a superar su fijación con un hombre al cual había odiado toda su vida.

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