Capítulo 05

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Después de su llegada al Segundo Palacio Real, Kihyun observó con gran sospecha y desconfianza mientras Hyunwoo restauraba el vínculo de Wonnie con Yujin sin que ésta última estuviera presente. Miró el rostro calmado e impasible de su prometido mientras realizaba lo que debería haberle resultado una tarea imposible y sintió que un escalofrío le recorría la espalda. En el pasado, le había dicho incontables veces que no le tenía miedo. Pero viendo el alcance de su poder, estaba claro que había hablado a la ligera.

—Está listo —dijo Hyunwoo, alejándose de su hermano y mirándolo con cuidado—. ¿Confirmas que sientes el vínculo nuevamente?

Wonnie asintió con torpeza, como una marioneta rota, y se fue sin decir nada.

El silencio cayó sobre la habitación.

—Espero que estés satisfecho —dijo Kihyun.

Un músculo se contrajo en la mandíbula de Hyunwoo.

—Suficiente. No estoy de humor para tus provocaciones —se giró para irse, pero Kihyun rápidamente le bloqueó el paso.

—¿Qué quieres? —dijo el mayor en tono monótono, pero iracundo, su lenguaje corporal reflejaba impaciencia y tensión.

—No te costó mayor esfuerzo restaurar el lazo de Wonnie. Eso significa que eres capaz de romper nuestro vínculo con la misma facilidad.

Algo cambió en los ojos de Hyunwoo.

—Es más complicado de lo que crees. Es mucho más difícil realizar un procedimiento tan complejo cuando se trata de tu propia mente.

—Pero no estamos hablando de tu mente, ¿verdad? —replicó Kihyun, con su pecho estrujándose ante el recordatorio de que él era el único sometido por el vínculo, mientras que Hyunwoo estaba libre como ave, siempre lo había estado.

—Tu mente aún está conectada a la mía —dijo Hyunwoo—. Eso me dificultaría el mantenerme lo suficientemente imparcial como para romper la conexión.

Kihyun lo miró.

—No te creo.

—Puedes creer lo que quieras —se apartó Hyunwoo, claramente con la intención de ignorar a Kihyun. Como siempre.

Este agarró su camisa con fuerza.

—Si crees que puedes sólo ignorarme e irte, ¡ten por seguro de que estás muy equivocado!

Hyunwoo miró la mano de Kihyun como si fuera algo ofensivo.

—Suéltame —dijo.

—¿Por qué? —dijo Kihyun, acercándose—. ¿Te molesta?

La cara de Hyunwoo no reveló nada, pero su corazón empezó a latir descontrolado bajo la mano del contrario.

Confundido pero complacido al darse cuenta de que estaba causando tal efecto en el bastardo, Kihyun se le acercó lo más que pudo, hasta que sus rostros quedaron a escasos centímetros de distancia. Su propio corazón empezó a latir rápido, su cuerpo estaba tenso e hiperconsciente de la proximidad de Hyunwoo. ¿Tenía miedo? Probablemente. Le había dicho cientos de veces a su prometido que no le tenía miedo, pero ahora entendía que habían sido palabras ignorantes e irreflexivas. Si este era un telépata tan fuerte como todo parecía indicar, sin duda era peligroso.. La gente le tenía terror a los telépatas de alto nivel por buenas razones.

—Aléjate —dijo Hyunwoo, mirándolo a los sus ojos. Había algo oscuro acechando en ellos—. No te lo advertiré de nuevo, mocoso.

Kihyun se erizó.

—¡No me llames así!

—Eso es lo que eres —dijo Hyunwoo, sus gruesos labios se torcieron en una mueca—. Un niñito, no un hombre. Alguien maduro intentaría algo mejor que invadir por completo mi espacio personal solo para molestarme.

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