Capítulo 15. 🦋

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Valerie

Odiaba a Mark, lo odiaba tanto que lo que empezó cómo un poco de resentimiento hacia él se convirtió en el odio más acérrimo y sincero que hubiera sentido por una persona. Nunca en mi vida había detestado a nadie de esta manera, ni siquiera a mi padre, aunque se lo tenía bien merecido por cómo era conmigo y con Jean, cuando ninguna de las dos tenía la culpa de lo que él y Andrew hicieron con la fortuna de la familia. Pero ahora entendía todo y comprendí cómo es que mi padre perdió todo el dinero que había ganado con los hoteles de la familia, en gran parte era culpa de mi hermano mayor, derrochó mucho dinero en mujeres, alcohol y ese maldito vicio que tenía por las apuestas.

A veces pensaba que si mi familia no tuviera dinero nada de esto estuviera pasando. Mark no le hubiese propuesto ese trato a mi padre y él no lo aceptaría. No me hubiera vendido al detestable de Mark cómo lo hizo, sin importarle lo que yo quería ni mis sueños. De ser así Mark no se fijaría en mí para ser la esposa perfecta cómo tanto pedía, porque para él eso era lo único para lo que servía, no más. A ninguno de los dos les importé cómo mujer, para ellos era un objeto nada más y eso me hacía rabiar. Me hacía enojar que ni para mi padre era importante.

—¿En qué tanto piensas? —la pregunta de Carson me sacó de mi ensimismamiento. Parpadeé girando la cabeza para verlo y le sonreí.

Aquella tarde le pedí a Carson que me llevara a ver a mi hermana y de paso acompañarla a sus clases de ballet. No quería estar en la casa de Mark, detestaba tener que verlo todas las mañanas y cuando llegaba de trabajar, tener que soportarlo y escucharlo hablar. Aborrecía la sola idea de despertar a su lado y vivir con él cuando podía estar haciendo cualquier otra cosa en lugar de tener que compartir mi vida con esa basura. Cada día a su lado lo sentía cómo una tortura.

—Nada en concreto —respondí. Puse mis manos en su rodilla y le di un ligero apretón. Carson me miró no muy convencido por mi respuesta. Pero no quería decirle que los últimos días al lado de Mark se estaban convirtiendo en un infierno, que ya ni siquiera dormía en la habitación porque cada noche me tocaba y ya no podía dejar que lo hiciera cuando Carson me había marcado de por vida. Ni siquiera me hizo el amor y no dejaba de pensar en sus suaves caricias, en lo bien que me hizo sentir cuando me regaló unos minutos en el paraíso.

—No me mientas —puso su mano sobre la mía y dejó un apretón delicado —. Te conozco a la perfección y sé cuándo mientes —del otro lado de la habitación se desarrollaba la clase de Jean y sus compañeras. La profesora de danza les indicaba los pasos que debían realizar, cómo mover las manos y hacia donde ir. La danza siempre me pareció un arte hermoso y delicado, los movimientos eran suaves y lentos. Las niñas se movían de un lado de la habitación al otro sin ser interrumpidas por sus padres o familiares que se encontraban del otro lado separados por una puerta de vidrio.

—Es solo que he estado pensando las cosas y creo que tomé una decisión —musité. Carson me miró atento.

—¿Y qué has decidido? —indagó, curioso.

—Lo vas a saber en cuanto hable con tu padre —comenté. No se veía muy convencido, pero no tenía más opción que esperar para saberlo —. Así que te pido que le llames para acordar una cita —asintió.

—De acuerdo, voy a hablar con él para decirle que quieres verlo —le sonreí cómo agradecimiento. Acuné sus manos entre las mías —. ¿Segura que no pasa nada más? —preguntó.

—Sí, no pasa nada —fingí que todo estaba bien y que mi vida no era un infierno al lado de mi esposo. Que lo odiaba y que él me odiaba más. Siempre supe que esto era un negocio, pero llegué a tener la esperanza de que las cosas serían diferentes y que por un milagro de Dios este matrimonio podía ir no tan mal. Qué estúpida fui, ¿no es cierto? Pensé que con Mark podía tener un poco más de libertad, pero solo pasé de una jaula a otra.

Mala Costumbre 🦋 (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora