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Los preparativos para la fiesta que sería hecha a honor de los soldados de la Guerra de Caspio estaban a punto de ser culminados. Roger Alpheus era uno de los coordinadores más importantes en esta celebración y se debía a que tal fiesta sería hecha en el hermoso jardín de la mansión del Gran Duque.

—Las invitaciones fueron enviadas y muchos de los que usted invitó aceptaron en venir.— un joven sirviente tenía en sus manos una bandeja en donde había una pila de cartas bien acomodadas con las respuestas de algunos nobles a la invitación de la celebración de honor del hijo bastardo —La gran mayoría de ellos le enviaron sus respuestas.

—De acuerdo.— él odiaba leer respuestas, pero al ser el padre del honrado tendría que aguantarselo —Estoy más interesado en saber si ya llegó una respuesta de él.

—No.— contestó al instante —Pero debe de estar muy ocupado en el palacio. Eh oído rumores acerca de que está al servicio de la princesa.

—¿Qué acabas de decir?— detuvo a medio abrir la carta; lo oído lo había tomado desprevenido.

—Lo que oyó. Según algunos nobles, el maestro ah estado bajo el servicio de la princesa Athanasia.— el rostro de Roger era aterrador. El sirviente pensó que finalmente había metido la pata en toda su carrera sirviendo a la familia del duque y resulta que así es.
Alpheus golpeó el escritorio furioso. ¿Sirviendo a la princesa Athanasia?, ¿No debería de estar sirviendo al mismo emperador?, ¿Era esto manipulación propia de él para humillar así a su hijo?

—Ve de inmediato hacía los mensajeros directos con el palacio imperial. Quiero que órdenes el informar al joven maestro Ainsphener que el gran duque, su padre, exige su presencia rápida aquí.— los apresurados pasos del sirvientes habían tomado a más de uno de sus compañeros con sorpresa. Tuvo que pasar por todo ese largo camino de la oficina del duque hacía la oficina de los mensajeros reales del emperador que se hallaban específicamente en el área este de la mansión.

Su respiración era demasiado acelerada.

—¡Oye!, ¿A dónde vas?, Hay demasiado trabajo por hacer.— gritó uno de sus compañeros.

—¡No puedo...!, ¡El duque...órdenes directas...al maestro Ainsphener!— intentó explicarle con prisa sin siquiera detenerse en su corrida hacía los mensajeros. Los que lograron oírlo ni siquiera lo lograron entender.

Él entró dando un fuerte empujón a la puerta de la oficina y generó un repentino terror en los hombres que estaban allí mismo leyendo algunos papeles directos del imperio y escritos por su majestad.

—Aquif.— los hombres a cargo de la mensajería imperial se habían cargado un enorme susto y por ese motivo vieron al sirviente con enfado —¿Pero qué te sucede, idiota? Acabas de hacer que tire todo el café sobre papeles muy importantes.

—¡¿A quién le importa tus papeles?!— intentaba recobrar el aire perdido de su cuerpo y le costaba demasiado —¡Hay un asunto más importante que deben de tratar todos ustedes!— prestaron mucha atención a lo que él diría a continuación después de respirar hondo —El Gran Duque les exige que de inmediato envíen un mensaje al joven maestro informándole que debe de venir rápido.

No hubo tardanza más por parte de todos los mensajeros y rápidamente iniciaron a redactar el mensaje que debería de llegar directamente a Ainsphener.

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Athanasia subió a la cama y empezó a saltar en ella generando la alegría tanto en su nana como en sus demás mucamas. Su enorme energía era adorable para todas ellas. El día había sido increíble y todo se debía al escudero de su padre.
Ain observaba desde la puerta de la habitación de la princesa. Esa energía tan desbordante le parecía también encantador. Vagamente le recordaba a cierta personita la cual seguramente ahora mismo también estaba siendo obligada a ir a la cama.

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⏰ Last updated: Feb 22, 2023 ⏰

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❝LA ESPADA DE OBELIA ────𝘄𝗵𝗼 𝗺𝗮𝗱𝗲 𝗺𝗲 𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝘀?✓Where stories live. Discover now