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❛—¿Por qué te marchas y me dejas abandonado de esté modo?❜

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❛—¿Por qué te marchas y me dejas abandonado de esté modo?

Abrió sus ojos tan de repente tras luego de que aquella voz se transformara en un aterrador eco en toda su cabeza. Se encontraba desorientado y es que es debido al insoportable calor que estaba sintiendo dentro de aquella tienda de tela blanca que le ocasionaba pesadillas horripilantes.

—Maldita sea. —insultó el entorno donde se encontraba. Dormir ahora era una tortura, el tiempo sobre la tarde eran los peores y no es que pudiera ir a solo darse un baño de agua fría para poder templar su cuerpo, no podía darse tal hermoso lujo de hacer porque él estaba en medio de una sangrienta guerra por el territorio este de Obelia y quien dirigía el séptimo escuadrón del imperio era él. Ainsphener Alpheus. Hijo primogénito del duque Roger Alpheus y el próximo heredero al título de Gran Duque. Quien a la edad de diecisiete ya libraba una sangrienta batalla que se llevaba consigo la muerte de millones de obelianos.

—Joven maestro. —un soldado de su régimen llevaba una jarra con agua en manos, vio a su general bastante sudado asique supuso desearía beber algo fresco—. Tome usted.

—Daselo a los demás. —atribuyó lo sagrado a sus demás hombres. El agua escaseaba mucho y, aunque su garganta estuviera seca, era mejor mantener hidratado a los soldados, quienes eran los principales en el campo de batalla.

—Todos ya hemos bebido, guardamos está parte para usted. —aclaró el joven chico que no superaba los dieciséis.
Creyó en sus palabras asique tomó la jarra y bebió del liquido. Estaba fresca y sentirla correr por su garganta era un alivio enorme.

—Dame el informe de estos momentos. —exigió devolviendo la jarra a medio tomar al oficial. Él empezó su camino hacía la tienda de campaña principal teniendo detrás suyo al mismo chico de antes y a otros más que se unían a la posible charla que oirían del principal en aquel campamento.

—Avistamos cinco de los hombres del imperio Astirion. —comenzó su relato ya ensayado para esté momento—. Tres de ellos fueron asesinados por nuestros hombres, uno de ellos está en un estado de crisis, los enfermeros no le dan posibilidades de vida para está noche. El último sobrevivió, ahora mismo está en las celdas cercanas al rió Caspio.

—¿Saben los motivos por lo cual habían hombres del banco contrario cerca de nuestros territorios? —indagó. El oficial negó por instantes.

—Sin informe. —dijo—. Aunque el comité de lazos dorados cree que estuvieron aquí para estudiar nuestro campo y espiar el campamento montado al sur de aquí.

Alpheus cerró por momentos los ojos, pensando con detenimiento lo que diría a continuación.

—Sin saber antes lo que esos astirianos querían aquí, no podemos atacar su campamento. Puede que solo hallan querido alertarnos para que nosotros demos el primer golpe. —supusó el joven duque de mientras los oídos del oficial y de otros más presentes en aquella tienda estaban muy atentos a cada palabra que salía de su boca seca—. Saquen de ese desgraciado informanción. No se atrevan a matarlo y aunque cualquier informe será dado a mi en primer lugar. ¿Entendieron?

—¡Si, Joven Maestro Alpheus!

Todos ellos abandonaron la tienda de juntas para obedecer con gran placer lo antes dicho por el duque.
Su cabeza giraba, puede que el calor sea el culpable de ello asique decidió descansar sobre la silla mientras su cuerpo lo hechaba hacía atrás para dejar que el respaldo lo sostuviera.

—¿Joven maestro? —otro de sus hombres traía en sus manos una de las aves mensajeras y él reconoció de inmediato de quien era aquella ave—. Ha llegado un mensaje para usted del ducado Alpheus.

Tomó y quitó la carta de lazo dorada de la pata del animal alado.
Desplegó esté y fue imposible para él no tener una sonrisa de alegría.

—Kiel.

──────────•──────────

[...] nuestro padre cada vez es más insoportable hermano. [...] Cuento los días que faltan para poder volver a verte otra vez. [...]
Regresa pronto. Te extraño. Padre te extraña.

Tu hermano: Ijekiel Alpheus.

──────────•──────────

—... —ciertamente la carta de su joven hermano no generó aquella alegría que usualmente le generaba al leerlas. Está vez el sentimiento que se género fue el de tristeza y añoranza. ¿Cuándo será que todo se terminará?, ¿En qué momento la guerra llegará a su tan deseado punto final?

 ¿Cuándo será que todo se terminará?, ¿En qué momento la guerra llegará a su tan deseado punto final?

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❝LA ESPADA DE OBELIA ────𝘄𝗵𝗼 𝗺𝗮𝗱𝗲 𝗺𝗲 𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝘀?✓Where stories live. Discover now