Capítulo 5.2: Dévora

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Se siente el sonido de los tacones sobre el pavimento mientras se reduce la distancia hasta el club nocturno

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Se siente el sonido de los tacones sobre el pavimento mientras se reduce la distancia hasta el club nocturno. A diferencia del caminar asustado del día, parece otra persona, alguien capaz de sobrevivir a lo que sea, alguien sin miedo, segura de sí.

En el viaje puede notar la mirada del conductor sobre ella, sin embargo, este no se atreve a preguntar o piropear a la dama, es como si su garganta estuviera cerrada por su imponencia.

Entra al club por la puerta del personal para dirigirse a los camerinos y saluda a sus compañeras de trabajo. Todo el local está muy animado, andan retocando sus maquillajes y eligiendo atuendos.

Abre uno de los vestidores de la sala para comprobar cómo le queda el traje que le habían encomendado, pero una chica conocida para ella interrumpe el momento y corre la cortina para cambiar sus planes.

—Dévora. —Trae en sus manos un atuendo negro y brillante, bastante provocativo y revelador—. El jefe eligió este conjunto hoy para el espectáculo.

—Está bastante llamativo, me gusta el diseño. Me tocaban los bailes de 11 a 12, así que aún tengo tiempo. —Rodea a Susana por sobre los hombros en un abrazo—. ¿No me has extrañado?

Las mejillas de la joven de cabellos rojos se tornan en leves tonalidades de rosa. Con cierto nerviosismo abre los labios dejando salir unas palabras simples

—¿Tal vez?

Dévora sonríe con cierta complicidad y enlaza sus labios con los de la chica en un beso, uno húmedo y juguetón entre sus lenguas. Luego desliza su boca hasta el oído y susurra lo siguiente —Su... -el apodo de cariño que le tiene- Vamos a jugar un rato, te prometo que te vas a divertir. —Terminando de decir eso, deja una ligera mordida en su lóbulo.

—Dévora —se le escapa entre un suspiro dado las reacciones que experimenta su piel ante las palabras de la chica. Más que la propia situación le mueve el recuerdo de las cosas que habían hecho en sus años de conocerse—. Yo...salgo en media hora —dice como una excusa que espera ser rebatida.

—No te tomará más que eso. —Las manos de su cuello bajan a la cintura de la de cabellos rojos y luego a sus glúteos. Regresa la vista a sus ojos y roza sus labios suavemente aun provocándole. Susana por voluntad propia termina de adentrarse en el cubículo, quedando sus cuerpos bastante cercanos y la espalda de Dévora contra el espejo.

—Tú, me volverás loca —dice Susana para acto seguido unir sus labios con los de Devora de manera necesitada mientras juega con su lengua.

Devora suelta un pequeño sonido antes de darle vuelta a la situación, haciendo que ahora su compañera sea la que esté contra el cristal, solo se detiene para observar sus propios ojos un segundo en el reflejo. No detiene el juego, sigue el beso y baja sus manos a los pechos de la chica para masajearlos llevando a su víctima a emitir un leve gemido haciendo que se separe un poco.

—Devora ¿Te gusta? —pregunta de manera provocativa antes de que la chica empezara a lamer, besar y chupar un poco su cuello mientras retira su corto vestido y después el sostén, dejándola solo en la ropa interior inferior.

—Te ves hermosa, como siempre, Su. — Empieza a tocarlos y pellizca un poco sus pezones para luego chupar el otro.

—¡Ah! —Susana gime y luego tapa su boca para que no salga de ese lugar. La chica de cabellos rubios sigue su labor para luego acariciar sobre la prenda el clítoris de su compañera—. Devora, por favor.

—¿Por favor qué? —Le mira curiosa mientras sigue acariciando y mirando sus expresiones—: Dímelo ¿Qué quieres?

Completamente ida la joven suelta en tono de súplica y completamente sonrojada.

—Por favor, hazme tuya de nuevo, soy tuya, hazme sentir bien. —Devora baja hacia las caderas y desliza, por los muslos de la chica excitada, las bragas lentamente, para dejar besos suaves en su centro y conocerlo con su lengua—. ¡Ah! Hazlo —dice con dificultad, casi sin poder completar la palabra por la tensión. Dévora introduce un dedo primero y lo mueve de manera suave y torturadora. —Más —exige la chica en busca de mayores sensaciones y es correspondida. Otro es introducido y se empiezan a mover más rápido acompañado de caricias a su clítoris con el pulgar.

—¿Así? ¿Te gusta así, verdad?

—Sí, sigue. ¡Ah! —se pueden escuchar un poco los gemidos de la joven en el exterior, en eso Dévora sube y la empieza a besar para frenarlos mientras no para con los movimientos cada vez más fuertes y con la otra mano pellizca nuevamente su pezón. Susana le sigue el beso mientras suelta gemidos leves contra su boca—. No pares. —Devora baja dejando un camino de saliva con su lengua hasta llegar a su intimidad, saca el pulgar del medio y lame su clítoris mientras introduce otro dedo—. No aguanto me vengo ¡Ah!

Sigue con sus movimientos de lengua y dedos hasta que siente que se corre su compañera soltando un gemido callado por la música del local, junto a los fluidos que se deslizan por el interior de sus muslos.

—Sabes muy bien —dice la rubia con voz sensual para subir y darle un suave beso —: Susana —dice su nombre con sutileza, pero solo la abraza —. Hora de vestirse.

—¿Ah? Sí...sí, voy —sus palabras salen con dificultad, sus piernas le tiemblan y sus mejillas están llenas de un rojo desbordante. Trata de vestirse de forma rápida dentro de lo que puede, pero Devora sube sus bragas suavemente en lugar de ella, dejándolas acomodadas.

—Esta es la mejor manera de empezar la noche, definitivamente. —Se desviste ella aceptando el traje sensual que su compañera le había entregado—. Puedes mirar cómo me cambio, no hay problema. —Se ríe jugando con las expresiones de la otra.

—No, no, debo irme —responde agitada aún —debo ir a bailar.

—Está bien, que no te fallen las piernas. —Aprieta por última vez su trasero hundiendo los dedos—: Suerte —dicho esto Susana sale del vestidor.

Se queda observando un segundo su reflejo en el espejo y sonríe ampliamente.

Es mejor así ¿Lo ves, Annie? Hace poco perdiste el control de todo y ahora puedes tenerlo.

Reflejo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora