Inaceptable

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ㅡNo quiero volver a verlo.

ㅡ¿Qué? Jimin, te recuerdo que fuiste tú quien me arrastró hasta allá sólo para ver al líder de la manada... ¡Incluso investigaste dónde iba a estar y no me digas que lo adivinaste porque no te creo!

ㅡPues cambié de opinión. ㅡsentenció, cruzándose de brazos.

ㅡ¿Te hizo algo?

ㅡYa te dije que no. Fue asquerosamente amable. ㅡla cara de JeongGuk luego de que Jimin dijera eso, definitivamente no tenía precio.

ㅡ¡¿Entonces?!

ㅡ¡Que no me ha gustado cómo te habló! ㅡescupió con impaciencia y hartazgo.

JeongGuk lo escrutó por unos segundos antes de suspirar. No sabía por dónde comenzar.

ㅡJimin... no puedes asumir todo lo que me pasa.

ㅡSí que puedo...

ㅡJimin. ㅡadvirtió, comenzando a enfadarse.

ㅡYo sé mejor que nadie todo lo que tuviste que pasar para llegar hasta aquí ㅡcontinuó el Omega ㅡ. Sé cómo te ha tratado la gente y sé lo mucho que te lastimaba el rechazo y la humillación ㅡJeongGuk miró a Jimin asombrado y éste lo miró con dolor y cariño ㅡ. No pienso pasar tiempo con un idiota igual a toda esa gente que te lastimó y te marginó por ser un Gamma.

ㅡJimin, no sé qué decir... tú no...

ㅡEres mi hermano, tonto. Mi hermanito menor.

ㅡ¿Aunque no te llame hyung? 

ㅡAunque no me llames hyung.

El Gamma se echó a reír, aguantando las lágrimas, enteramente conmovido por lo que le acababa de decir el Omega. Ambos se abrazaron e insultaron con cariño.

ㅡEstabas tan emocionado por conocerlo... ㅡse lamentó Guk entre el abrazo.

ㅡEso era antes de que supiera lo imbécil que es. 

Rompieron el abrazo y se miraron por varios segundos en los que ambos se aseguraban de que el otro estuviese bien.

ㅡVayamos a alistarnos. Ogawa-san dijo que tenemos que acompañarla al tera* antes de almorzar. ㅡdijo Guk, levantándose de la cama donde ambos estaban sentados.

Horas después, las tres geishas caminaban juntas, tomadas del brazo hacia el templo de la colonia en donde Tetsu, y por ende Guk y Jimin, pasarían alrededor de tres horas orando.

Antes de entrar en el pequeño recinto, hicieron una reverencia, procediendo a sacar una moneda de sus kagos*, lanzándola a la caja de ofrendas antes de jalar la cuerda que hacía sonar la campana.

No pasó mucho tiempo para que JeongGuk rompiera la regla rotunda de no abrir los ojos mientras se oraba, pero la verdad es que ni siquiera estaba rezando, y podía percibir los pequeños espasmos tristes de Tetsu, quien derramaba diminutas y discretas lágrimas mientras su ceño se fruncía por el dolor que atormentaba a su corazón.

Hacía apenas unos cinco años que la mujer se había permitido abrirse con el Gamma y contarle que alguna vez ella fue madre de una pequeño lobato... o casi llegó a serlo.

Cuando alcanzó su veintena, Tetsu se embarazó de un hombre acomodado, quien le juró amor, lealtad y lujos... y una familia. Pero es bien sabido que las promesas son frágiles al igual que la vida de cualquiera, sobretodo de alguien que ni siquiera había nacido.

Una tarde de otoño, Tetsu y su esposo viajaban en carrosa hacia la capital, en donde pasarían los días hasta que la Omega diese a luz, para lo que faltaban ya unos tres meses. Por desgracia fueron víctimas de una mala jugada del destino, el cual dictó que el conductor de la carrosa sufriría de un paro cardíaco que evidentemente fue inadvertido por ambos, y que ocasionó que sólo unos momentos después, el vehículo cayera colina abajo, llevándose la vida del esposo y del cachorro.

𝐃𝐢𝐭𝐜𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐭𝐫𝐞𝐚𝐬𝐮𝐫𝐞 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora