Acto 8

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Pasaron unos días más, y pronto se hizo presente el otoño, ya casi iniciaba el mes de noviembre, si bien Sakura seguía yendo a visitar a ese joven de ojos carmesí todos los días, todas las mañanas, lo cierto era que poco a poco le empezó a desagradar a ese castaño que fuera sola, ya que en cualquier momento podría toparse con ese sujeto, mientras aquel joven de gruesa voz se encontraba en su última clase del día se detuvo a pensar en alguna manera para que aquella dulce pequeña no estuviera sola.

Al salir de su institución escolar en dirección al parque donde siempre se citaban sintió como todo aquello que en más de una ocasión pensó se hacía realidad, sacando a relucir sus muy fundamentados temores, pues ese hombre la volvía a molestar solo que en esta ocasión él no era su defensor, pues había llegado alguien más a auxiliarla aunque no era precisamente la persona que más quería que la viera. Shaoran corrió desesperado a ella y la abrazó, Sakura al sentir su aroma se aferró a él con fuerza y los ojos llorosos mientras ese chico de gruesa voz acariciaba su espalda para tranquilizarla; aquel joven que la había salvado era nada más y nada menos que el dramático de su amigo, Eriol quedó hipnotizado de esa niña de ojos esmeraldas, ¿cómo era posible qué algo así ocurriese? Necesitaba encontrar esa respuesta, se acercó a ella pero Shaoran apretó más su agarre a Sakura, dejando extrañada a la chica y al chico que se le quedó viendo con una mirada absorta y confundida.

Shaoran no dijo absolutamente nada, comenzó a caminar con ella en brazos, Sakura realmente no entendía nada, pero no iba a contradecir a su novio en público, una vez en el departamento del chico esa niña le pido una explicación.

—Shaoran ¿qué fue lo qué sucedió?

—Eriol fue quien golpeó a Kamui.

—Comprendo —dijo avergonzada.

—Sabes, ahora suena realmente estúpido, pero toda la mañana me la pase pensando en que no fueras sola al hospital, porque precisamente quería evitar esto, que él te molestará, pero nunca creí que Eriol te ayudaría y que con eso logrará dar contigo —dijo derrotado—, al final es un buen sujeto, la verdad que sí, si está en sus posibilidades ayudar a los demás sin conocerlos lo hará, así el es él, pero…

—Comprendo Shaoran disculpame por haberte preocupado, le diré a mi mamá que de ahora en adelante me acompañe.

—No te disculpes pequeña, no es tu culpa que él te esté molestando, así como tampoco es tu culpa que Eriol haya querido ayudarte, me molesta que pasará, que no pudiera protegerte, la molestia es conmigo mismo.

Ninguno dijo más, esa niña estaba teñida de carmín aunque no era precisamente por algo que la hiciera sentir especial, era más bien una incomodidad a la situación que se había presentado; Shaoran notó eso y se sintió realmente mal porque no quería incomodarla de ningún modo, esa joven castaño tomó la pequeña mano de su hermosa novia y la encaminó a la entrada, ambos salieron de ese su departamento caminando en completo silencio, Sakura se dio cuenta que era lo que sucedida, después de algunos minutos ella se detuvo de repente extrañando bastante a ese chico, la miró fijamente con el afán de encontrar respuestas en su mirar, pero lo cierto era que esa niña por primera vez tenía un semblante inexpresivo algo que confundió más a ese chico de ojos miel.

—¿Por qué me llevas a casa? —dijo en tono neutro esa niña.

—Es para que estés más cómoda.

—No quiero suponer nada por favor se más claro conmigo, porque se percibe que te deshaces de mí.

—Perdóname preciosa.

—¿Por qué te disculpas? Acaso hay motivos de peso para esas palabras —dijo con tristeza—, sabes Shaoran todas estas emociones que he experimentado son algo nuevo para mí, y a pesar de qué tengo miedo me aferró a esto, a lo que tenemos, pero no como algo malo, es porque es algo que atesoro; desde siempre pedí tú sinceridad, porque no quería ser una carga emocional, pero ahora haces eso, me ocultas cosas, y actúas por cuenta propia, dime realmente qué es lo que pasa por tu mente.

Bajo la Luna Where stories live. Discover now