Dulce hogar. |Nikki Sixx, Tommy Lee|

Capítulo dieciséis: "Me gustas, Allie".

"Todo lo que tienes que hacer es cerrar los ojos,

y solo extender las manos y tocarme.

Abrázame, y nunca me dejes ir"

More than words - Extreme

31 de diciembre de 1987.

Entre el fugaz albor de la mañana y el insignificante calor que da el sol del invierno, no puedo distinguir con mucha claridad lo acontecido en estas últimas horas. Aun así, es suficiente tiempo para mis divagaciones y reflexiones nocturnas. Más que todo, por lo sucedido con Denise, y lo que conllevaría en los próximos días. Es un hecho que, la guerra entre nosotros está pactada desde la estupidez que cometí estando muy drogado. Sin embargo, lo que aun ha calado en mi mente, es la voz de Heather y sus palabras cizañeras que se repiten en un eco interminable y que se profundiza mucho más, cuando visualizo a mi mejor amigo entrar al lado de la mujer de mis chirriantes fantasías y pesadillas.

Ella suelta risas por doquier, mientras le da palmazos en el hombro, y él le responde con una atención única que, produce más que alertas gigantescas en mi mente. En ese momento, recuerdo las palabras de la actriz rubia en la llamada: "¿Hablas de esa doctora de pacotilla? De seguro, es la nueva amante de mi esposo —sostuvo con molestia e irritación—. ¿Puedes creer que él no dejó que se vaya?".

—Nikki, ¿nos vas a mostrar las nuevas canciones? —cuestiona, Vince, con un dejo de picardía.

Con sigilo y precaución en mis movimientos, me doy media vuelta y lo observo con detenimiento, a lo que Mick se acerca por curiosidad a ver la escena muy capciosa. Esos segundos que pasan son como puñales afilados en la espalda que, cada vez son más profusos y dolorosos. A lo que atino, con sonreír levemente y soltar una carcajada muy ruidosa, mientras le muestro mi libreta.

—Voy a adivinar —murmura nuestra guitarrista, mientras me señala con el dedo y aguarda con una sonrisa burlesca—, ¿no has logrado conseguir tu dosis de felicidad?

A lo que objeto, con una expresión de desconcierto.

—¡¿Qué carajos?!—expongo sin más.

Entre nuestro intercambio de miradas, suena un tan llamativo clic que, solo ambos podemos entender. Los vellos de mi piel se erizan sin más, y la sangre me sube totalmente a la cabeza, con el tan solo hecho de pensar en una constante que creía irreal hasta ese instante. La idea de que uno de mis mejores amigos me traicione me desespera, y me saca de mis casillas, como si aun el trauma de mi infancia me sobrevolara como una horrible maldición.

Tommy me observa desconcertado, como si no entendiera mi loca reacción, pero mi amigo guitarrista solo sonríe con autosuficiencia.

—Creo que podríamos trabajar rápido en esto —replica, el rubio, con pesadez, mientras estira sus brazos—. Quiero disfrutar mi noche de año nuevo, aguafiestas.

Omito las palabras de Vince, para dirigirme nuevamente a Mars y apuntarle con el dedo.

—¡¿Qué mierda tienes con Denise?!

Mi amigo pelinegro me mira como un bicho raro, hasta que decide soltar varias carcajadas.

—¿De qué hablas? —sostiene con una tranquilidad tan intransigente, a la par que sobrevuela su mirada entre los asistentes—. ¿Qué debería de tener con ella?

Un parpadeo interminable se posa solo en mi ojo derecho, a la vez que mi cabeza parece una humareda de fuego rabioso y que me trae de vuelta a los recuerdos de mi antigua novia, sea traicionándome con lo que más amo, o buscando la forma de humillarme y destrozarme en miles de pedazos.