Capítulo catorce: "Esta es la realidad".

319 51 12
                                    

Entre el revoloteo que hay en la sala, empiezo a percatarme de la vida real de los famosos, y que nunca había prestado tanta atención. Cerca al jardín trasero, se encuentra un pequeño estudio de música y con mezclas muy singulares que van más allá de una canción de rock. Su batería está en el centro con pequeños reflectores en el techo, y es como un sueño verlo para cualquier fanático. Toco suavemente las piezas, mientras una sonrisa se forma en mis labios. Siempre había tenido la curiosidad de tocar algún instrumento, y sé que no es tarde para comenzar a aprender.

El pasadizo principal está lleno de pinturas abstractas y vasijas muy sofisticadas, es como si tuvieran el sello propio de una diseñadora de interiores. Sin embargo, la foto de Heather destaca ante cualquier objeto de la casa. Ella mantiene una pose muy provocativa, y un vestido de novia que le queda esbelto a su figura. Debajo de tal cuadro, hay una mesa donde parece descansar muchos tulipanes. No sé cómo describirlo, pero parece una especie de altar.

Sigo avanzando poco a poco, hasta encontrarme con una puerta entreabierta. Supuse que es la habitación principal, porque hasta ese momento solo había encontrado cuarto para las visitas.

En aquel momento, pude percatarme la inmensidad de la habitación. Tiene una cama que abarca una gran parte del centro, un tocador demasiado detallado y fino, y un armario a un lado del baño privado, que es como un cuarto oculto. Para no perder mucho tiempo, busco unas mantas algo gruesas y un par de almohadas. Antes de salir, puedo estar muy segura del amor que él le tiene a su esposa. Las fotos de ambos en sesiones fotográficas y revistas adornan el entorno de su nicho de amor.

Sin embargo, no entiendo la extravagancia de las estrellas del momento, y su forma de establecer sus relaciones, al punto de soportar tantas humillaciones y miserias de amor. Hace unos días, una mujer joven me había contado en una sesión, sobre lo mucho que le había costado empezar una nueva relación, luego de que su primer amor le destrozara el corazón. Él era una estrella de rock y le daba mucha seguridad, a pesar de las muchas mentiras que se guardaban detrás de esa sonrisa.

—Vas a estar más tranquilo mañana, y de seguro, ambos podrán solucionar sus diferencias —resoplo suavemente, al mismo tiempo que termino de colocarle el almohadón—. Esto es un ciclo que nunca parece terminar, pero sé que de alguna manera te hace muy feliz.

Sus ojos se mantienen cerrados con los labios semiabiertos, mientras su cabello desordenado cae por su rostro. Lo miro por unos segundos, tratando de descifrar esta situación irreal. Nadie creería que una persona común y corriente sería tan íntima de una persona famosa, que es conocido por ser tan problemático. De seguro, me tomarían como una chiflada, y tratarían de tirar abajo mi carrera.

El sonido de un teléfono me saca de mi trance, a lo que desvío la mirada y me alejo con lentitud. No me cabe en mi mente quien pueda ser, pero debo manejarme lo más posible neutral, porque puede ser ella.

Al levantar el auricular, escucho música a todo volumen desde el otro lado.

—Tommy, ¡el maldito de Sixx quiere que vayamos mañana a primera hora al estudio! —Habla más fuerte, para que su voz frustrada no se pierda en la línea—. ¡Está totalmente loco! Mañana es casi año nuevo, y yo ando de...

—Hola, no soy Tommy —respondo rápidamente antes que me entere de algo más—. Él tuvo un pequeño problema —desvío la mirada hacia el castaño oscuro—. Lo he sedado y está durmiendo profundamente... Le puedo decir que te llame luego.

Un silencio raro se produce por unos segundos, hasta que resuena una carcajada a todo pulmón.

—¡Dios! Nena, ¿a quién mientes? ¿Cómo te llamas? —Su tono de vacilación y mofa no desaparece en ningún momento, a lo que frunzo el entrecejo y agarro más fuertemente el aparato—. ¿Eres alguna groupie?

Dulce hogar. |Nikki Sixx, Tommy Lee|Where stories live. Discover now