CAPITULO XXIX

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— DESCUBIERTOS —

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— DESCUBIERTOS —

Kaia se encontraba patrullando los pasillos desolados del castillo, antes había ido a las cocinas para comer un poco y hacer que el patrullaje no sea tan desagradable.

La luz de la luna entraba por las ventanas y se reflejaba en el lago negro. La noche estaba siendo demasiado amena, solo caminaba y tarareaba Bohemian Rhapsody de Queen.

Se detuvo abruptamente al notar a la persona a escasos metros de ella, la miraba fijamente y Kaia no sabía que hacer. No quería huir y dejarlo ahí, sabía que había algo de que hablar pero ella no se sentía capaz.

La pelirroja se mantuvo de pie sin ni siquiera mover un músculo y después de unos escasos segundos, Regulus Black comenzó a avanzar hacia ella deteniéndose al quedar frente a frente.

El chico abrió la boca dispuesto a hablar pero nada salió. La volvió a cerrar y bufo.

— ¿Que fue eso? — Preguntó el chico en un susurro. Su voz se escuchaba realmente apagada y cansada. — ¿Es verdad?

Kaia sabía que con el no debía esquivar el tema, es Regulus Black y no podía negarle el saber la verdad.

La chica asintió y Regulus paso sus manos por su rostro. Ella lo miraba y se dio cuenta que parecía arrepentido.

— ¿Por qué... por qué no me dijiste? — El volvió a preguntar.

— Yo... — La chica dijo y suspiro para volver a hablar — Yo tampoco lo sabía, lo supe y debía asimilar que había estado embarazada y que mi por mi propia terquedad lo perdí.

Los ojos de la chica se aguaron y el Black solo miraba como la pelirroja trataba de retener las lágrimas.

— Lo perdí el mismo día que supe de mi estado, yo... lo siento tanto, Regulus... yo — La chica comenzó a llorar y Regulus no pudo evitar estrecharla en sus brazos.

— No fue tu culpa — Regulus susurro y la chica alzó la mirada hacia el color grisáceo.

Ambos se quedaron hipnotizados por un momento y Regulus fue el primero en dar un paso más para tomarla suavemente del rostro y unir sus labios en un beso. Demostrándose una vez más que lo de ellos es irremplazable, inigualable y único.

Sirius se encontraba observando el mapa del merodeador, mientras James ideaba técnicas de Quidditch y tanto Peter como Remus dormían.

El Black mayor no pudo evitar fruncir el entrecejo cuando observó ambas motitas juntas.

¿Por qué hablarían ellos? ¿De qué hablarían?

Tenían casi un año sin hablar y no es normal verlos juntos.

El chico miro hacia James y decidió decirle.

— Cornamenta — Pronunció Sirius, llamando la atención del mencionado — Estoy viendo que nuestros hermanos están juntos.

— ¿Que? — James preguntó mientras se ponía de pie y se acercaba a su mejor amigo. — ¿Que hacen esos dos? ¿Eso es muy cerca, no?

Las motitas parecían estar pegadas y ambos Merodeadores se vieron entre si y se levantaron mientras se colocaban unos zapatos y salían de la torre de Gryffindor en dirección al lugar.

Gracias a que eran animagos se habían vuelto un poco más silenciosos y pusieron llegar al lugar sin alertar de su presencia.

James abrió la boca al observar la escena y Sirius al ver a su mejor amigo decidió voltear encontrandose con lo que siempre había pensado.

Fue ahí cuando entendió el porque Kaia se enojaba tanto cuando insinuaban algo malo sobre Regulus, especialmente. Fue ahí cuando comprendieron que lo del aborto era verdad y que el padre era Regulus.

James miro otra vez como Kaia y Regulus dejaban de besarse y pegaban sus frentes.

Sirius sentía lástima por ambos adolescentes, sabía que no podían estar juntos a menos que Regulus abandonará Grimmauld place, pero sabe que el nunca lo hará y sabe que no dejara sola a Julia Travers.

— ¿Que? — James preguntó atónito y fue cuando Kaia y Regulus se separaron dirigiendo su mirada a James y Sirius.

Kaia abrió los ojos más de lo normal al ver ahí a su hermano y Regulus sintió que su corazón comenzó a bombear a mil por hora, sabía que estaba metido en un problema.

James se encontraba pasando su mirada de Kaia a Regulus, Sirius solo estaba atento a que la situación no se saliera de control y veía a su hermano, que le regresaba la mirada y se dio cuenta que el pequeño Black no parecía arrepentido.

Sirius Black sabía que su pequeño hermano estaba enamorado de la hermana de el gran James Potter.

— ¿Por cuál motivo te encontrabas besando a mi hermana? — James se dirigió hacia Regulus que le sostuvo la mirada. El Black no estaba acostumbrado a que lo desafiaran pero definitivamente no desistiria por un Gryffindor, no se dejaría intimidar por el hermano de Kaia.

— ¿Por cuál motivo besas tu a Evans? — Regulus le regreso la pregunta alzando una ceja. — Por la misma razón.

Kaia no creía lo que escuchaba, toda la comunidad estudiantil y el profesorado sabía que James Potter estaba perdidamente enamorado de la premio anual.

— No... Mientes... — James comenzo a negar — No puedes... tu... ella...

— ¿Crees que nadie es capaz de enamorarse de tu hermana? — Regulus preguntó y después soltó una risa sarcástica. — ya veo, ¿crees que no soy capaz de enamorarme de alguien?

James no dijo nada pero su silencio afirmó lo que Regulus quería saber.

— Tu sabes que el Mckinnon esta enamorado de Kaia, Pettigrew también lo está y...

Kaia miro sorprendida a Regulus y James y Sirius intercambiaron una mirada entre sí.

Regulus sonrió al ver que ellos no lo sabían.

— Pensé que lo sabían, cómo son mejores amigos...

— ¿Tu como lo sabes? — Sirius le pregunto.

Regulus alzó sus hombros.

— El chico suele hablar solo y yo soy demasiado escurridizo. — Regulus sonreía y Kaia no entendía nada.

Después de unos minutos, James alzó su mirada hacia el Black menor.

— ¿Tu eres el...? — James señalaba a Kaia.

Regulus asintió.

— Me vengo enterando hasta ahora, tu hermana es muy discreta. — Regulus miro con una sonrisa a Kaia. — Pero si, yo soy el padre del bebé que perdió Kaia y créeme que no me cuesta admitirlo frente a ti. Kaia y yo sostuvimos una relación por algunos meses...

— Te dije, Cornamenta — Sirius hablo y todos lo miraron. — Te dije una y otra vez que ellos tenían algo.

— Pero ya no tenemos nada — Kaia hablo. — El está comprometido y yo no voy a interponerme.

Kaia dio media vuelta y se alejo de ahí, dejando tras ella a dos leones y una serpiente. No tenía planeado que su hermano se enterará sobre eso y ahora las cosas van a cambiar.

Todo el maldito plan debía comenzar de nuevo.

Sempiterno | Regulus BlackWhere stories live. Discover now