CAPITULO XXVII

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— MORTIFAGOS —

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— MORTIFAGOS —

Regulus, Rabastan y Brook caminaban uno al lado del otro. Se dirigían hacia la casa de la familia Blake, eran sangre pura y su familia era demasiado antigua, definitivamente Voldemort los quería de su lado.

Regulus pensaba que era estúpido que los mandara a ellos, pero no podían ir contra sus órdenes. Rabastan parecía el más nervioso y solo era porque no quería lastimar a nadie.

Brook trataba de mantenerse serena, sabía que no debía dejarse caer como Rabastan ante la idea de herir o matar. Para esto es que habían nacido y deben estar preparados, según palabras de Bellatrix, después de un tiempo se les hará algo normal.

Llegaron a la mansión ubicada en medio del bosque, los tres se vieron entre si y Brook fue la primera que avanzo hacia la puerta y tocó la puerta con sus nudillos.

Regulus y Rabastan llegaron a su lado, la puerta no tardó en ser abierta por un hombre no mayor de cincuenta años, parecía confundido y Brook sonrió.

— Disculpe la molestia que causa nuestra visita, señor Baker — Saludo Brook mientras veía hacia dentro de la casa y veía a la señora Baker, veía como mandaba a unos niños escaleras arriba. — Venimos a entregar un recado, pero, son tiempos difíciles y me pregunta ¿nos permite el paso?

El señor Baker analizaba a los tres adolescentes y parecía indeciso, Brook no dejaba de sonreír y fue cuando Baker abrió la puerta por completo.

— Pasen — Los tres adolescentes pasaron y la señora Baker rápidamente los guío al salón de té de la casa.

Cuando los cinco estuvieron sentados fue que Brook carraspeo llamando la atención de los dueños de la casa.

— Solo venimos a dar un mensaje — Brook comenzó a hablar — Nuestro señor estaría honrado en que ustedes fueran parte de sus filas...

Regulus noto que la pareja sintieron incomodidad ante las palabras de la Rosier. Sabía que iban a tener que matarlos.

— estamos aquí para que ustedes estén de lado del bando ganador de esta guerra — Brook sonrió.

Ambos señores se miraron entre si y después de unos minutos el señor Baker negó, Regulus saco su varita con disimulo.

— Lo sentimos que hayan tenido que venir hasta acá por nada. No queremos involucrarnos en esta disputa. — El señor Baker trato de sonreír.

Brook ensanchó más su sonrisa.

— No se preocupe — Brook se levantó siendo seguida por Rabastan y Regulus. Pero sin previo aviso alzó su varita hacia el hombre. — ¡Avada kedavra!

Un rato verde ilumino la habitación y el hombre cayó muerto hacia atrás. La señora parecía aterrorizara y Rabastan se aproximó a ella mientras sacaba una daga de su túnica y se la encajaba en la garganta. La sangre salpicó al rostro del chico y cuando saco la daga se miro las manos.

— Disculpe — Rabastan Murmuro nervioso.

El trío se aproximó a salir de la casa y Regulus apunto al cielo mientras invocaba una calavera con una serpiente saliendo de su boca. La marca tenebrosa.

••••

Se ha detectado el uso de magia en menores en una casa, cuando los encargados del ministerio se dirigieron hacia ahí se encontraron con una fatidica escena.

La familia Baker había sido ejecutada y es obra de los mortifagos, ya que la marca se encontraba sobre el hogar de ellos.

Se mantiene la preocupación por la magia detectada en el lugar. Se sospecha que las filas del señor tenebroso se encuentra llenas de muchachos de no más de diecisiete años.

Kaia se estremeció al leer la noticia. No solo los hijos de muggles y los muggles corren peligro. Ahora también los sangre pura que se nieguen a formar parte de las filas de ese mago tenebroso que se está alzando.

Ella estaba segura de no pertenecer a algo así. No puede seguir órdenes y no se sentiría satisfecha de unirse. Jamas lo haría.

••••

El regreso a Hogwarts fue igual de aburrido que cualquier otro. En el tren durmió y después llegó Vladimir para hacerle compañía. Ambos habían comprado algunas cosas con la señora del carrito y durante el viaje lo comían mientras hablaban.

Kaia agradecía al Mckinnon por estar ahí para ella, se sentía cómoda con el y más porque no la presionaba en hablar o contarle algo.

Cuando estuvo dentro de las cuatro paredes de su dormitorio se permitió suspirar. En el tren había visto a Julia y la ignoro ya que iba pegada al brazo de Regulus.

No le gustaba sentirse la otra, la que no importa, la usada, el juguete. Odiaba sentir eso cada vez que los veía juntos.

Jamas admitiría que James Potter había tenido razón respecto al trío de serpientes.

Sempiterno | Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora