La jornada laboral había sido eterna, no habían logrado parado ni un segundo a tomar un mate en toda la tarde. Estaban muertos pero por suerte ya era la hora de cerrar la carnicería e irse a sus hogares a dormir plácidamente para recuperar la mayor cantidad de energía posible ya que mañana sería un día igual de atareado o incluso peor.
Lisandro se desató el delantal por la espalda, luego se lo quitó y lo metió en una bolsa para después poder lavarlo en su casa. Posteriormente se higienizó las manos y tomó su celular para ver si el Chiqui había confirmado el pedido y así poder dejarlo anotado en el cuaderno.
Cuando desbloqueo su teléfono pudo ver que efectivamente tenia una respuesta pero no era del Chiqui y al leerlo no pudo evitar que la vergüenza se apoderara de él. Sintió como el rostro le comenzaba a quemar y estaba seguro de que el rosa el su nuevo tono de piel.
──Carni, vamos a lo del Toro y Ale con Paulito a comer unas pizzas, ¿te prendes? ──su amigo Nicolás había entrado al cuarto con una sonrisa y la mochila en la espalda, con gesto despreocupado como siempre.
──Vos sos un boludo. ──Lisandro dejó su teléfono en la mesa y se tapó la cara mientras su amigo trataba de pensar porque se lo decía.
──¿Y yo que hice? ──se acercó rápidamente mientras su cabeza le brindaba recuerdos de las posibles cagadas que se habia mandado. ──¿Es por qué te manché el delantal rojo con lavandina? Fue sin querer, es que estaba jugando con Paulo y la enana y...
──No, Ota, no es por eso. Sos un boludo porque te mandan a hacer una sola cosa y la cagas. ──levantó la mirada con cansancio. ──Anotaste cualquier verdura, pa, y ahora quedé como el orto con un desconocido.
──Uh, ¿qué cosa anoté mal?
──Él número del chiqui. ──Nicolás cerró los ojos. ──Encima parece que no le hizo ni gracia al chabon mi chiste. ──le mostró el teléfono.
──Uh, pero capaz que si le gustan los chorizos. ──no pudo evitar soltar eso cuando leyó lo de Grindr. Si bien Lisandro era bisexual él no se metía en ese tipo de cosas y seguramente desconocía la aplicación.
──Le voy a pedir disculpas, quedé re desubicado. ──mientras negaba y comenzaba a guardar sus cosas en la mochila.
──Bueno, ya está, fue un error. Tampoco es que lo vas a conocer, seguro es de la Pampa. ──trató de aliviar a su amigo. ──Punto a parte, ¿vas a comer con nosotros?
──Sí, pero solo porque quiero ver a mi sobrina. Sino se va a olvidar que soy su favorito tío y padrino ──resaltó la última palabra──favorito.
──Sí, sí, claro. ──resto importancia a las palabras de su amigo. ──Cuchame, mañana yo me pego un pique a lo del Chiqui y soluciono lo del pedido, no te hagas drama.
──Dale, tranqui. Igual mañana lo vemos. ──Lisandro metió el delantal en la mochila y tomó su celular.
Chiqui Tapia
+54 11 1812 2022Hola, discúlpame por el mensaje de hoy. Mi compañero de trabajo anotó mal un número y yo quise hacerle una broma al cliente. Te pido mil disculpas.
Bloqueó su celular y lo guardó en el bolsillo. Esperaba que del otro lado no lo putearan y aceptaran sus disculpas. No había nada que odiara más que quedar como un maleducado. Su familia, tanto su mamá como sus tíos siempre le enseñaron a ser educado y respetuoso.
──Carni, vamos que Enzo me dijo que Nina no deja de llorar. ──Lautaro le gritó desde la parte delantera del local.
──Pobrecita mi enana── Lisandro salio del pequeño cuarto para encontrarse con sus amigos──, también como para no llorar si la dejas con el turro ese. Seguro que le hizo el pasito tiro tiro tiro puñalada puñalada otra vez. ──a medida que se acercaban a la salida iban apagando las luces del lugar.
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carnicero | ( cutilicha ) pausado.
FanfictionCARNICERO | Un descuido de Nicolas que pudo haber terminado a los bifes terminó de la mejor manera. Esas cosas del destino que se sienten como flechazos, los extraños brazos que abrigan como el calor del hogar que se tuvo toda la vida o aquel que fa...