Capitulo 14

278 47 4
                                    

El refugio de las hadas se encuentra a unos pasos de nosotros. La niebla hace rato que se ha disipado y puedo ver el contraste de un lugar a otro. El bosque brilla al otro lado y estoy deseando llegar. Me duelen los pies y músculos de mi cuerpo que ni siquiera sabía que existían. Coger resistencia física es lo primero que haré en cuanto me asiente en algún lugar.

Un pequeño cartel nos da la bienvenida al refugio y pongo mi pie en el primer escalón de madera que sube una pequeña cuesta. Subo delante de Darren sintiendo la calidez abrazarme por primera vez desde que llegué de Prinnecia. El corazón me bombea con fuerza, deseando que Zadkiel esté allí o al menos, que esté de camino. Es imposible que el cruce por el refugio del eco, así que, habrá cogido el otro camino y tardará más.

¿Su amigo sabría que iba? ¿Hace cuánto tiempo se puso en contacto con él? Tengo mil preguntas sin respuesta, como siempre.

Al menos la temperatura aquí es agradable y me permito quitarme la capucha de la capa. El sol se filtra entre las hojas y ramas de los árboles y una sonrisa tira de la comisura de mis labios.

—Esto te gusta más, ¿eh?

—Es precioso —susurro observando el paisaje.

Hay flores y plantas que desconozco por todas partes. Bajo por los tablones de madera y empiezo a caminar observando las distintas flores. Si todo es tan bonito como esto y no quieren matarme, me gustará vivir aquí.

—¿Escuchas eso? —Pregunto parando y alzando mis manos.

—¿El qué?

—Sh! —agudizo mi oído y lo escucho— ¿Agua?

—Una cascada al parecer —me adelanta y camina a grandes zancadas, por lo que tengo que aligerar un poco mi paso para seguirle el ritmo.

Dejamos el camino y lo sigo de cerca, escuchando mejor la cascada ahora. La ancha espalda de Darren tapa mi visión y tengo que apartarlo de mi camino cuando se queda parado.

El sol brilla, reflejándose en el agua que se encuentra frente a nosotros. La cascada cae con fuerza y una sonrisa tira de la comisura de mis labios cuando me adelanto un poco y alzo mi rostro al cielo, dejando que el sol de directamente en mi cara.

Agradezco enormemente que Darren me calentase ayer. Su cuerpo es un horno haga la temperatura que haga, al parecer. Aunque a lo mejor lo que quería era dormir en un saco de dormir y no en el suelo. Que lo entiendo, yo tampoco querría dormir en el suelo.

Me quito la capa y la tiro al suelo. Continúo con mis zapatos.

—¿Qué estás haciendo? —Pregunta Darren aún desde atrás.

—¿Tú que crees? —Lo miro— Necesito un baño.

Aunque deseo quitarme la ropa, no lo hago, por supuesto. Él me ha visto ya desnuda, como dos veces, pero yo no era consciente de ello.

Meto mis pies en el agua, esperando que esté fría, pero la temperatura es agradable. Siento la mirada de Darren en mi nuca y miro hacia atrás. Él está serio, aún con la mochila colgada y su capa puesta. Su mandíbula está apretada y le sonrío.

—¿No te unes?

Camino lentamente observando el agua tranquila. No tardo en zambullirme y froto mis ropas con mis manos cuando saco mi cabeza. Darren se ha quitado la capa y los zapatos y también va a entrar al agua con la ropa.

—¿No quieres que vea tu musculoso cuerpo, Darren? —Me burlo cuando lo veo entrando.

—No quiero que te enamores de mí, Sophie.

Suelto una carcajada y nado un poco. Me he sentido realmente sucia y mal desde que me arrastraron hacia el lago del eco y estoy deseando darme un baño de verdad, con jabón y poder lavar mi pelo y mi cuerpo como es debido.

PRINNECIAWhere stories live. Discover now