-¿Estás mejor?- preguntó sentándose a mí lado en su cama, yo asentí con la cabeza, mirando un punto fijo en la habitación- ¿Vas a contarme lo que ha pasado?.

-Mamá me a pegado una bofetada- dije sin apartar la mirada del punto fijo- por qué le he dicho que no iba a dar clases online desde casa.

-¿Por qué quieres que ahora después de tanto tiempo en el instituto, des clases online?.

-Le han cambiado el horario de trabajo, y bueno por lo visto entrará antes, que ya no puede llevarme, yo le he dicho que podías llevarme tú y bueno ya has visto como se ha puesto- aparté la mira del punto y le mire a los ojos, me pasé el dedo por la mejilla y me quité la lágrima qué se me escapó.

-A mí no me importa llevarte, Naomi, de hecho cuenta conmigo, yo te llevo- aseguró.

-Gracias Ander, de verdad muchísimas gracias por todo, mi vida a cambiado tanto desde que te mudaste aquí- afirmé y tenía razón con él todo era distinto, él me sonrió con una media sonrisa y yo se la devolví- ¿Podemos ir a nuestra playa?

-Naomi, no me apetece nada más en este momento que estar allí, pero está lloviendo- dijo y yo hice un puchero, él se rió, se sentía tan bien cuando se reía, todo era paz a su lado.

-Gracias de nuevo Ander, de verdad.

-Ya te he dicho que para mí es todo un placer ayudarte señorita cotilla- dijo.

Vi que en el suelo estaba su móvil, se le cayó al agacharse a cogerme del suelo, me baje de la cama y lo agarré, volviendo a sentarme a su lado.

-Hablando de cotilla, dime tú contraseña del móvil- a él se le abrieron sus ojos como platos y empezó a reir, yo le agarre de la sudadera y empezé a samarearle- porfa Ander, porfa, vamooosss...

-Vale, vale Naomi, suelta, que me la vas a poner grande de tanto tirar- dijo él sin dejar de reír- escribe; uno, uno, dos, tres- su móvil se desbloqueo.

-¿Pero?, ¡Que porquería de contraseña es esa!- empecé a reír.

-Pues una fecha importante para mí- dijo.

Yo le ignore y empecé a revisar su móvil, de donde de pantalla tenía un escudo de barça, me fijé que tenía , WhatsApp, Instagram, Spotify, Tik Tok...lo típico, le devolví el móvil.

-¿Ya te has cansado de cotillear?- preguntó.

-Sí, es que eres muy básico, tienes lo típico- nos reímos.

-La verdad, yo soy muy típico, comparado a ti hija.

-No juegues con eso Ander- volvimos a reírnos y nos quedamos callados, mirándonos, agarré un cojín que había en la cama de Ander y se lo estampé en la cara, empecé a reírme al ver la cara que puso, cuando el me cogió y me tiró atrás en la cama, empezó a hacerme cosquillas por los lados de las caderas- No, no Ander, ahí no, que me meo.

No paró, él se puso encima mío, poniendo cada pierna a los lados de mis cintura, yo no paraba de moverme cada vez que me pasaba los dedos por mi cuerpo, estaba hecha un manojo de nervios, el tampoco paraba de reír.

-¡Ander para ya!- empecé a decir mientras seguía riendo.

Él me hizo caso se apartó de encima mío, se sentó en la cama, yo me incorpore, poniéndome bien la camiseta y agachandome el pelo.

-Me gusta tu risa Naomi- dijo, yo dejé de colocarme bien el pelo y le miré.

-Las risas no son bonitas Ander, al menos está, te reías mientras me estabas viendo sufrir- dije y él frunció el ceño.

El imbécil de mi vecino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora