Capítulo | 14 🍒

5.7K 691 61
                                    

Compartir auto con Rosalie se ha vuelto una completa tortura; sus emociones afectaban a todos, sin necesidad de mi don

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Compartir auto con Rosalie se ha vuelto una completa tortura; sus emociones afectaban a todos, sin necesidad de mi don.

—Rose, podrías relajarte un poco — Alice es la primera en tratar de calmar a la rubia.

—No, Alice, no puedo — agradezco no estar sentado junto a ella — y no entiendo cómo ustedes sí lo están — aquí vamos de nuevo.

—Amor mío, ya hablamos sobre esto — el conductor trata de calmar una vez más a su esposa.

—Es que me enoja — se acomoda en el asiento y se cruza de brazos. Ingenuamente, creo que acabará, pero no — tuvo que volver a Alaska por culpa de la humana.

Suspiro y solo observo la ventana. Alice, junto a mí, sigue hablando con ella durante todo el camino. Puedo entender su enojo, pero no es lo más importante para mí en este momento.

Casi se me escapa una sonrisa cuando recuerdo lo sucedido el día pasado. Nuestro primer beso. Mi esposa se ha puesto muy feliz por aquello, pero aun así puedo sentir su envidia. No ha dejado de repetir una y otra vez que ahora es su turno y que no se lo quitaré. Casi ha saltado de emoción cuando llegó la hora de partir hacia el hospital.

El camino es corto, pero se hace eterno gracias a los comentarios de la mujer rubia, es un cuchillo de doble filo, si le mando olas de calma se enfada conmigo por intentar evadir el tema. Esta mujer está un poco loca.

Apenas Emmet estaciona el auto, Alice casi sale corriendo; no pudo evitar reír por aquello, tomo su mano y nos adentramos en el edificio. Me cuesta estar aquí por el poco control que tengo con la sangre, pero por alguna razón, cuando pienso o estoy junto a Rachel, todo aquello desaparece. Eso es algo que me encanta y asusta a la vez.

Por el día, está más habitado que por la noche; las personas caminan por los pasillos, salen de sus habitaciones y entran. Esta vez la sala de espera está más llena que antes, agradezco no tener que esperar allí o podría perder el control.

Cuando los otros dos llegan junto a nosotros, caminamos directamente hacia la última habitación del pasillo. Aún faltando metros ya puedo oírla perfectamente, habla con Michael sobre las cortinas. Antes de llamar a la puerta, miro el reloj en mi muñeca; acababa de comenzar la hora de visitas.

—Quizás, no lo sé — oigo la voz del mayor antes de que abriera la puerta —Hola chicos — se aparta e imita mi acción pasada — qué puntuales.

—Hola Michael, ¿Cómo estás? — Rosalie inicia a hablar con él, yo solo lo saludo e intercambiamos un par de palabras para luego adentrarme más en la habitación junto a Alice y Emmet, el cual no ha dejado de bromear sobre el beso desde que se enteró.

Ella está sentada sobre la camilla y bebe algo dentro de una taza. Se ve hermosa. Está en paz hasta que nos ve y un sentimiento de nerviosismo la invade, tanto que casi escupe la bebida. Me contengo para no reír y me emociona pensar que estaba así por nuestra presencia.

𝙋𝙖𝙧𝙖 𝙩𝙤𝙙𝙖 𝙡𝙖 𝙚𝙩𝙚𝙧𝙣𝙞𝙙𝙖𝙙 | #1Where stories live. Discover now