Miró hacia arriba esperando que alguien se asomara, pero nada. Así que de un salto se agarro del barandal de madera y subió al barco sin problema alguno, ato el otro extremo de la soga en el barandal y se dio la vuelta observando la cubierta de aquel barco.

—Hola—exclamó en un tonto bastante alto para que lo escucharan. Pero no obtuvo respuesta.

Comenzó a caminar lentamente por la cubierta, notando que era un barco en perfecto estado, no entendia porque no había gente en el.

Camino alrededor hasta llegar a la parte trasera del barco. Las velas estaban en muy buen estado ¿entonces porque el barco no se movía? ¿Por qué tan increíble barco en perfecto estado sería abandonado?

Siguió caminando hasta que sus pies chocaron con algo, haciéndolo tropezar hacia adelante.

—¿Eh?—sus ojos se abrieron con gran sorpresa al ver a una niña en el suelo.

Rápidamente se arrodillo frente a ella y tomó su pulso. Estaba viva.

Pero lo que más le llamó la atención fue el pequeño mechón de cabello blanco que resaltaba entre aquellos mechones negros.

Movió su cabeza y tomó a la niña en brazos llevándola al interior de aquel barco, al instante noto que ella era la única que estaba allí. No había nadie más.

Dejo a la pequeña en el suelo y comenzó a buscar mantas en aquel barco. Al encotrarlas rápidamente volvió a la cocina e hizo una cama improvisada para que ella descansar ahí.

Toco su frente pensando que quizás tendría fiebre, pero no, no fue así. Ella parecía estar bien, pero no podía asegurarlo del todo, despues de todo el no era médico.

Apretó sus labios un segundo, y miro a la pequeña que descansaba tranquilamente a su costado. ¿Qué debía hacer?

Luego de estar pensando por unos largos minutos decidió poner el barco en marcha a la villa más cercana. Y probablemente ahí encontraría un médico que revisará adecuadamente a la pequeña.

Se levantó y salió a la cubierta del barco, miró a su alrededor una vez más y decidió ponerse en marcha.

Estaba decidido a navegar hacia aquella villa que solía visitar de vez en cuando, simplemente porque era mucho más tranquilo que el lugar en el que vivía. Pero ahora era diferente, estaba navegando hacia allí porque quería encontrar un médico, no estaba seguro de si había alguno, pero no perdía nada en averiguarlo.

Miró de reojo el timon de aquel barco y noto que en la madera tenía gravado algunas letras. Las tres primeras letras que noto fue B D.R  movió un poco más el timon hacia el costado, teniendo cuidado de no desviarse de su dirección y noto otras tres letras, B D.H hizo otro movimiento y noto las tres últimas letras que se encotraban gravadas en aquel timon, B D.L pasó sus dedos sobre las letras como si eso fuera a descifrar lo que significaba.

Sacudio su cabeza y siguió navegando hacia la villa, tardaría una o dos horas en llegar, si ubiera venido en aquel bote tardarían un día o dos probablemente.
Todo parecía ir bien hasta que escucho un fuerte grito.

Inmediatamente dejo lo que estaba haciendo y corrió al interior del barco, específicamente en donde habia dejado a la niña.

Y ahí la vio, estaba en un rincón abrazando sus piernas, con la mirada perdida hasta que sus grandes ojos se clavaron en él.

—¿Quien eres tú?—fue lo que salio de su boca, aún sin quitar esa mirada temerosa.

Él hombre sacudio su cabeza, cierto no se había presentado, era completamente normal el comportamiento de ella ante su presencia.

𝑃𝑅𝑂𝑇𝐸𝐶𝑇𝐸𝐷 ❙ ONE PIECE Where stories live. Discover now