Who si he? (Quackity y Tu)

23

8 am
Karmaland

— las armas llegaron hace un rato, sapopeta ya las recibió — mencionó el oso claramente molesto

Nadie lo había podido hacer cambiar de opinión, sin importar cuánto lo había intentado Luzu, Rubius estaba listo para matar, no le molestaba llenarse las manos de sangre si eso significaba tener a su linda niña de regreso a un lugar seguro y ahora que sabía que su niña tiene más familia, no dudaría en matar a quien le hizo daño al hermano de su pequeña, no tan pequeña, hija.

—Titi insistió en venir, tal vez sea mejor pedirle a Lolito que se quede aquí, espera, tal vez Lolito no sea la mejor opción — soltó una risa, conocía a su amigo y tal vez dejar a un niño con él no era lo más inteligente — se lo pediré a Frank, no me lo perdonaría si perdiéramos a alguien más — mencionó Vegetta inmediatamente arrepintiendose de su comentario

—¿A alguien más? — preguntó el oso tomando con fuerza el brazo del contrario, al rededor de sus dedos la piel se volvía roja, de ambos hombres salían pequeñas lágrimas, unas de rabia, las otras de dolor físico — ¿Qué te hace creer que mi hija está muerta? — preguntó con desprecio

—por favor respira, Douglas, ella está bien, fue un error de palabras, me confundí con lo que quería decir, en realidad no fue mi intención decirlo así — musitó rápidamente dejando salir algunas lágrimas — sueltame — Rubius vio al hechizero hecho un mar de lágrimas, vio su brazo rojo y lastimado, vio que su rostro tenía una expresión de terror y dolor, en ese momento lo soltó — perdón, no quería decir eso

Sin dejar que el pelinegro dijera más, lo abrazo y lloró, lloró en su hombro por haberle hecho daño a la persona que amaba, lloró por no tener a su hija entre sus brazos, lloró porque causaba miedo y repulsión, lloró porque su dolor le había hecho lastimar a los demás.

—no pidas disculpas, soy un imbecil — mencionó sinceramente pidiendo perdón en silencio mientras que el contrario acariciaba su espalda y lo dejaba llorar — soy un oso imbecil — soltó una pequeña risa haciendo que el ambiente se calmara — estoy preocupado y preocuparme me hace ser una mierda — admitió con tristeza

—todos la queremos de regreso y ni vamos a descansar hasta que ella esté bien — alentó Vegetta, sin soltarlo ni un segundo gritó —¡Preparen los barcos! Esta noche iremos a Las Nevadas — acarició las orejas del osito para susurrarle — nadie volverá a hacerte daño, T/N regresará y seremos una familia feliz, nosotros tres

— mi niña tiene un hermano — susurró aún entre los grandes brazos del mayor, con su rostro en su pecho

— aún mejor, seremos una gran familia feliz, nosotros cuatro — abrazo la cintura del oso policía, acariciandola — ¿Te he dicho que eres muy bonito? — vio las mejillas del contrario tomar un ligero color rojo — lo eres, vamos a descansar, nos espera una noche muy pesada

Con un ligero asentimiento, ambos regresaron al castillo del azabache, el oso se acostó a dormir en la larga cama, mientras que el de ojos morados preparo un desayuno digno del héroe más importante en su vida y uno más para que T/N y su hermano comieran cuando estuvieran a salvo.

19 horas
Karmaland

Los barcos estaban listos para salir, las armas estaban en cajas y cargadas en los barcos, los héroes estaban listos con armaduras y armas cargadas, perderían la vida si era necesario, pero T/N tenía que regresar y Alexis debía morir.