Capítulo 15: "Demuéstrame cómo sería"

43.1K 1.5K 387
                                    

- ¿¡En serio!? -grita Amber al otro lado del teléfono, el cuál tengo que despegar de mi oído-

- Sí -río por su voz aguda-

- ¿Y... qué tal se mueve? -su voz es tan picaresca que me produce escalofríos- Seguro que es un dios en la cama... ¡Ay dios! ¿Te ha hecho daño? -empiezo a notar su entusiasmo y, aunque de veras me gustaría contárselo todo, tendrá que esperar-

- Tengo que colgar Amb... -me aguanto la risa y vuelve a gritar-

- ¡Ni se te ocurra dejarme así! -suspiro con una sonrisa en la cara- ¡Eider te lo digo en serio! Adelantame algo... -y estoy imaginando su cara de perrito abandonado al otro lado del teléfono-

- Bueno... supongo que... sí, es...bue-e-no... -me trabo y su dulce risa embauca mis oídos-

- ¿Se lo has dicho ya?... -susurra como si no debiese enterarse nadie-

- ¿¡Estás loca!? -grito yo ahora- ¿¡Cómo iba a decírselo!?... -Amber murmura al otro lado del teléfono algo que no aprecio- Amb... no... hubiese roto la magia y no quería eso... -Amber suspira compasiva-

- Está bien... anda ve con tu macho -ambas reímos- y ¡cuidado! -me advierte antes de colgar- Por cierto... ¿usaste lo que te di? -río y cuelgo-

Y antes de que pueda salir del baño ya estoy recibiendo whatssAps de Amber fundiéndome por haberla dejado con la miel en los labios.

Sonrío mirando la pantalla y camino de vuelta al salón. Alzo mi cabeza y al mirar a Matt su expresión se ha vuelto fría y seria, le noto distante y de pronto es como si toda la calidez de la habitación se hubiese convertido en un gélido viento de invierno.

- ¿E-Estás...bien? -susurro algo preocupada al ver que aprieta su mandíbula-

- ¿Y tú? -casi gruñe entre dientes mirándome tan cabreado que me sentí decrecer-

- Sí...cla-aro que...sí -froto mis brazos, me siento helada-

- ¡No joder! -grita sobre saltándome- ¡No lo estás Eider! -tira de su cabello, frustrado y mi cuerpo se tensa adolecido-

- ¿Qué?... -jadeo apenas sin voz-

Sus ojos entre oscuros y brillantes, llenos de rabia y preocupación, se clavan en mí, analizando mi cuerpo. Siento un escalofrío subir de mis pies a mi cabeza, erizando todo el vello de mi cuerpo. Me sobresalto cuando hunde sus puños enrabietado en el sofá.

- ¿Porqué no me lo has dicho? -sisea intentando sonar calmado, pero logra sonar cabreado, mucho más que antes-

- ¿Dec-ir...te qu-... -mi voz tiembla-

Su intensa mirada me deja sin aliento y le miro con miedo, ¿qué se supone que me hará ahora? Mis manos tiemblan y por mi espalda recorre un sudor frío.

- ¡Deja de mentirme Eider! -grita caminando hacia mí y doy pasos hacia atrás, hasta chocar contra la pared-

- No me hagas daño... -suplico asustada y su mirada se relaja de inmediato al llegar a donde estoy-

- ¿Qué?... -su voz vuelve a sonar dulce-

Mi pecho sube y baja acelerado, me siento ahogada, mi garganta duele por el llanto que amenaza con salir, pero que por miedo no lo hace.

- Jamás te pondría la mano encima para dañarte Eider... -susurra con decepción en sus palabras-

Supongo que nunca quiso que yo tuviese esa idea de él en la cabeza...

Vuelvo a tensarme cuando su pulgar acaricia mi mejilla.

- No podría hacerte más daño del que ya te he debido de hacer... -le miro a los ojos-

El nuevo profesorOnde as histórias ganham vida. Descobre agora