Partners III

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Mis pasos resonaron por aquella calle desértica, acompañados por los de Lauren. Desenfundé la pistola antes de recostar mi espalda a una húmeda pared frontal del almacén. Sentí el calor de la otra agente policial a mi vera, sin embargo, toda mi atención se centraba en el interior de aquel lugar. Era noche de Luna nueva, por tanto, la visibilidad era casi nula. Estiré un poco el cuello para alcanzar a ver la entrada del local, pero la ojiverde tiró de mí hacia atrás. Estuve a punto de protestar cuando el sonido de un auto frenando a escasos metros de nosotras, me detuvo. Ella haló mi mano para ocultarnos tras unos latones de basura. Observamos en silencio cómo se bajaban otros cuatro hombres armados de la camioneta y alumbraban los alrededores con potentes linternas. Contuve la respiración. El oxígeno retornó a mis pulmones en el momento exacto en que ellos se adentraron al lugar, ignorando muestra presencia. Lauren entrelazó nuestras manos para transmitirme seguridad e inmediatamente salió corriendo hacia uno de los enormes ventanales que se alzaban en el lateral de la edificación. Hizo un llamado silente para que me uniera a ella.

- Escucha, Camz, estamos tratando con personas muy peligrosas. Ya no es un único asesino, así que lo más sensato es llamar a la estación...

- Van a matarlo, Lauren. - Protesté, sin embargo, su mirada penetrante me obligó a mantenerme callada.

- No voy a arriesgarte por intentar salvar a un desconocido. - Cabeceé de forma negativa. Mi sentido de justicia me prohibía dejar a ese hombre a la deriva.

- Lo siento, agente Jauregui, pero mi trabajo así lo demanda. - Ni siquiera avancé un metro cuando la ojiverde me empujó contra la pared y cubrió mi boca con la palma de su mano para evitar que mi grito de frustración fuese escuchado por aquellos sicarios.

- No seas idiota, Camila. - Observó derredor antes de que sus orbes esmeraldas chocaran con los míos. - Somos dos contra cinco, o quién sabe cuántos más.

Me mantuve quieta hasta que la vibración de su celular fue tan insistente que mi compañera desvío su atención de mí. Aproveché ese descuido para escabullirme entre sus brazos y posicionarme en la entrada. La escuché bufar tras de mí, no obstante, la vi teclear a toda velocidad en la pantalla luminiscente. Iba a analizar el interior, pero nuevamente me frené. Un grito desgarrador hizo a mi corazón retumbar furioso en mi esternón: habían realizado el primer corte. Me giré horrorizada hacia Lauren, quién se limitaba a escrutarme con cierto regocijo en sus pupilas.

- ¿Todavía quieres continuar con la misión, agente Cabello? - Preguntó burlona. Le dediqué una mirada furiosa para iniciar mi estrategia de ataque.

Me escabullí por entre las columnas sólo para divisar al grupo de hombres trajeados que se carcajeaban por los lamentables sollozos de su víctima. No pude continuar mi incursión, detenida una vez más por la agente policial. Gruñí contra su mano, sin embargo, los vellos de mi nuca reaccionaron a su cálido aliento recorriendo mi piel. ¿En serio me iba a poner cachonda en medio de un asunto tan importante como aquel?

- No sabes a dónde acabas de meterte, Cabello. - Resopló mientras jugueteaba con el lóbulo de mi oreja.

Mi vista seguía fija en la tortura a la que estaba siendo sometido aquel pobre inocente, no obstante, mis bragas acababan de empaparse por la cercanía de la ojiverde. Deslizó una mano por debajo de mi camisa hasta que chocó con el filo de mi sujetador. Sonrió descaradamente antes de colarse entre la prenda y mi pecho. Contuve un jadeo al sentir el pellizco en mi pezón. Casi dejo caer mi pistola al suelo, pero logré atraparla en el último segundo, sólo que apreté el gatillo y la bala impactó contra uno de los gruesos muros de hormigón.

- Mierda, Camila. - Gruñó Lauren con una mezcla de excitación y enfado en su voz. - Tengo que sacarte de aquí.

Seguía congelada en mi sitio, sin embargo, fui consciente de las fuertes pisadas que se acercaban a nosotras. Yo tampoco dejaría que lastimaran a mi compañera, así que sin pensarlo, salí de mi escondite para disparar el arma de fuego. El hombre cayó de rodillas para sostener su pierna herida. Lo miré espantada, sólo para que otro de sus aliados apuntara hacia mí y el grito de la ojiverde resonara en mis oídos segundos antes de que un fuerte dolor me recorriera el cuerpo.

More Than That (Camren One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora