Just Me

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Lauren g!p

Para Lauren siempre había sido más fácil lidiar con mujeres opuestas a Camila. Mujeres dóciles, calladas, amantes de la tranquilidad. Pero Camila Cabello era su nuevo capricho y un torbellino que llevaba seis meses dándole demasiados dolores de cabeza. Esquivó a un grupo de hombres intoxicados por el alcohol para acercarse a la barra. Pidió otro whiskey a la roca que bebió de un solo golpe, como si fuese a controlar la ira que comenzaba a burbujearle en las entrañas. Camila, su Camila, estaba bailando con uno de sus amigos más cerca de lo permisible. Vació dos tragos más que lograron adormitarle un poco los sentidos, sin embargo, su vista seguía clavada en las caderas de la ojiverde que chocaban "accidentalmente" con la entrepierna de Shawn. Salió de la discoteca unos minutos para fumarse un cigarrillo, tal vez la nicotina lograra relajar sus aceleradas neuronas. Una calada tras otra desapareció despacio de sus gruesos labios y en lo único que podía pensar era en el por qué seguía torturándose en aquella relación.

- La jodida la chupa de puta madre. - Pensó con una sonrisa irónica.

Ignoró la mirada de una chica que parecía estar dispuesta a intercambiar un par de besos a cambio de polvos mágicos, o quién sabe, un polvo real. Cuando la música tronó en sus tímpanos una vez más, se encontró con la escena de su amigo aprehendiendo la cintura de la latina para girarla frente a él y susurrarle al oído. Cerró los puños lánguidamente, en un gesto que buscaba hallar la paz interna. Se fue a la mierda en el segundo que su novia la miró por encima del hombro para guiñarle un ojo. Enseguida se dispuso a caminar en esa dirección hasta tomarla del brazo y arrastrarla a una esquina, lo más alejada posible de la multitud.

- ¿Qué mierda estabas haciendo, Cabello? - Espetó contra el rostro de la chica.

- Bailando. - Se encogió de hombros con esa sonrisita de niña inocente que la hacía enojar el doble.

- No juegues conmigo. - La señaló con un dedo inquisitivo que se perdió entre los labios de la joven. - Deja de tocarme los cojones, Camila, no soy una puta niña.

- Aburrida. - Se limitó a contestar antes de mordisquearle la primera falange con suavidad.

- ¿No te basto yo en la cama? ¡Dime! - El enojo exudaba por cada uno de sus poros y aquellos pozos marrones retándola a iniciar aquel juego infantil, no hacían más que exacerbarla.

La apretó contra la pared. Ella gimió en respuesta. Se entendían demasiado bien a la hora del sexo: eran apasionadas y no les importaban los sentimentalismos. Camila siempre decía que hacer el amor era la excusa más barata que se habían inventado los hombres para colarse en las bragas de una virgen soñadora. Ella siempre había tenido claro que no había nada mejor para liberar tensión que el sexo duro. Sin ningún "te amo" de por medio, ni besos delicados en los hombros, ni miradas cargadas de promesas hechas por la serotonina secretada en el momento del coito. Los seres humanos eran animales y, por tanto, el sexo era una necesidad biológica para mantener la especie. Esas adiciones de sentimientos habían roto lo esencial en las relaciones sexuales. La cubana, inmersa siempre en esa danza hormonal, prefería seguir por una vez en su vida esas pautas tradicionales.

- Responde. - Ordenó Lauren contra el cuello de la petisa mientras colaba una mano de forma brusca bajo su vestido. Enseguida encontró un par de bragas húmedas. - No puedo creer que el idiota de Mendes te haya puesto así.

- No ha sido el único. - Ronroneó en respuesta.

- ¿Con quién más bailaste? - Pellizcó el clítoris por encima de la tela, obteniendo un jadeo ahogado de recompensa.

- Con Nick y Zayn. - Enredó sus manos por detrás del cuello de la ojiverde en busca de más fricción con aquellos dedos que se deslizaban despacio por su centro, sin atreverse a apartar la ropa interior.

More Than That (Camren One Shots)Kde žijí příběhy. Začni objevovat