Pokémon Souls

Capítulo 2 - Dudas

-¿Y qué? ¿Te crees el nuevo justiciero del pueblo?

-Protejo a mi familia, o al menos la que me queda... Si son capaces de asesinar solo por robar unos pokémon, cualquiera que vaya al bosque correrá un peligro enorme. Sin contar las desapariciones en masa.

Un silencio se formó entre ambos, no había nada que argumentar que hiciera ceder al otro y lo sabían. El joven se empezó a quitar los guantes quirúrgicos sin disimular su enojo, observó al profesor y le hizo una mueca mostrando los dientes de pura rabia. Se dispuso a caminar para cruzar por su lado y dirigirse a la puerta, pero en ese instante una mano se posó en su hombro frenandolo en seco.

-Esto te lo digo solo por tu bien, Noah. No cargues con todo solo porque tu padre no está. Siempre tendrás una mano amiga aquí.

Le sonrió a Serbal levemente. Las palabras cambiaron el semblante del joven quien se dispuso a ver el suelo algo abatido por las palabras, pero extrañamente encontraba cierto consuelo en ellas. Asintió, tomó la mano que lo sujetaba y la apartó para continuar su trayecto. Una tercera voz, proveniente de una pantalla digital holográfica frente a la pared de vidrio que dividía la habitación. Se mostró un hombre de mediana edad, de lentes rectangulares y una cabellera oscura bien peinada hacia un solo lado lateral de la cabeza. El hombre parecía emocionado mientras ajustaba el video apresuradamente.

—¡Profesor Serbal! Hemos logrado calmar a la Sawsbuck con la herida en la pata, no daba señales de quedarse quieta y tuvimos que sedarla. Pero...—La comunicación cesó de golpe cuando un torrente de fuego se impactó contra la pantalla, derritiendo y atravesando incluso el cristal. Profesor y aprendiz giraron bruscamente hacia el origen, sus caras se tornaron serias al ver a la Monferno despierta, gritando y aullando, aun tambaleándose poco a poco debido a los efectos de la anestesia pero la furia repentina estaba llenándola de energía. Respiraba pesadamente y babeaba, la furia se había apoderado de ella. Su vista empezó a divagar de un objetivo a otro, en el lapso de unos pocos segundos que parecieron minutos, observó fijamente al chico y abrió el hocico que se iluminaba desde su interior en un alarido de dolor. Un nuevo torrente de fuego se dirigía directo al joven, el cual no se movió y mantuvo una expresión fría y seria, observando en silencio algo que ella no presenciaba.

El chico empujó al viejo profesor lejos de él a la vez que se lanzaba al suelo, al voltear la mirada hacia arriba notó como las llamas consumían lo poco que quedaba de la pared de cristal. Cuando el ataque se detuvo, este se levantó y caminó alrededor de Monferno quien le seguía con la mirada, expulsando unas leves ascuas por la nariz. Viendo que la enfurecida llenaba sus pulmones de aire, chasqueo los dedos y gritó en una sola orden. —¡Noir!

El mar de fuego emergió del hocico de la mona, pero una figura oscura se colocó entre ambos, recibiendo el ataque directamente y no llegaba a alcanzar al chico. El pokémon oscuro empezó a avanzar a paso seguro entre el ardiente ataque, acortaba la distancia hacia el origen del poder con cada. Las llamas no encontraban dirección y se esparcen en todas direcciones, comenzando a frenar justo frente a Monferno, quien asustada por este suceso, quiso retroceder hacia atrás para alejarse de ese poder sobrenatural que la desafiaba, pero fue muy lenta. Una garra oscura emergió de las llamas y se posó en lo alto de su hombro, la cabeza de Umbreon fue lo siguiente que emergió del fuego y con un solo movimiento estrelló el hocico de la mona contra la mesa nuevamente, inmovilizando por completo e imposibilitando el poder usar su Lanzallamas así como defenderse.

-¿Estás bien, Noir?- Preguntó Noah a su pokémon, este apenas movió una de sus orejas un par de veces en forma de respuesta. Su pelaje humeaba debido a las altas temperaturas a los que fueron sometidos pero no parecía inmutarse por ello.