—Buen día, ¿cómo le va?—Saludó con cordialidad.—Sí, la misma.

—Bueno, muchacha, pase... Su clienta está adentro.

<3

—¡Sandra, quedó divina!—Ambas mujeres gritaron emocionadas ante el resultado.

A la nombrada le pasaron un espejo de mano y lo sostuvo mientras se observaba.

El peinado era una linda trenza con volumen y pequeñas flores en el cabello... El maquillaje era sencillo, cómo ella lo había elegido, con tonos dorados y muy lindo.

Definitivamente se vería cómo una reina en su propio matrimonio, ¡Justo lo que quería!

—Venga, mija, toca colocarle el vestido y los zapatos.

La pelinegra asintió y caminó junto a ellas para alistarse.... Y así fue, la ayudaron a colocárselo. Soltó pequeñas lágrimas al ver cómo quedaba puesto.

Se iba a casar...

No lo podía creer.

—Que hermosa está, Sandra, falta poco tiempo para llevarla a la iglesia y que su mayor sueño sea cumplido junto a su amado.—Aura María replicó con la voz quebrada.

Sí, su mayor sueño se cumpliría.

Mario.

—¡Armando, ayúdeme a ponerme la corbata, ya no hay tiempo!—Gritó alterado el castaño.

Se había levantado un poco-muy tarde, unos cuántos tropezones de por medio mientras se alistaba, pero tenía que llegar puntual a la iglesia.

No podía llegar tarde, no al lugar donde se uniría con el amor de su vida.

—¡Ya, caramba! ¿Quién lo manda a levantarse tarde?

—¿Y por qué usted no me levantó, cara dura?—Aquella vena en su frente estaba apunto de explotar.

—¡Porque yo también me levanté tarde, pirobo!—Respondió con obviedad.

El castaño rodó los ojos.

—Ya, ya, apúrate, ayúdame.—Acomodó el cuello de su camisa.—Tenemos que correr a la iglesia.

—Las consecuencias de tus actos te persiguen.—Armando suspiró.

—Cierra la boca, animal.

Elevó su brazo a la altura de su rostro facilitando la vista hacia su reloj plateado y examinó la hora.

3:50PM.

—¡Carajo, es tardísimo, vámonos de acá de una maldita vez!

En pocos segundos se encontraban en el estacionamiento y se subieron al carro de Armando.

Faltaban tan sólo diez minutos para que comience la ceremonia.

Llegaron a la gran iglesia y muchos de sus invitados se encontraban entrando a aquella, saludaron a ambos hombres y ellos devolvieron el saludo.

Sin esperar un minuto más, entraron.

—¡Mario, tienes que colocarte de una vez en el altar, en cinco minutos llega Sandra!—Betty apareció explicándole la situación.

—De acuerdo, estaré ahí ahora mismo.

Le tembló todo y sintió sus manos sudar.

—Calderón, todo estará bien ¿sí?—Mendoza se acerca.—Te quiero, hermano.

Se envolvieron en un fuerte y especial abrazo.

—Gracias, animal.—Ambos rieron.—Yo también te quiero.

Un último abrazo y caminó solo hacia el altar... Hacia aquel lugar donde esperaría a su novia, su prometida y su futura esposa.

Al pasar los minutos, todos se quedaron en sus asientos y el Sacerdote hizo su aparición. Quedaron en silencio hasta que una melodía tocada desde el piano se escuchaba.

Una gota de sudor recorría su rostro.

Ella apareció con un ramo de rosas blancas en sus manos. Se veía hermosa cómo siempre. Cómo aquella mujer que prometió amar hasta el final de sus días.

Al recordar aquellos momentos donde todo empezó, sus ojos se aguaron y soltó una lágrima.

Sandra caminaba hacia él.

Tan bella y brillante.

Con esa sonrisa que adornaba su hermoso rostro, con aquella que lo hipnotizó.

Que afortunado se sentía.

La pelinegra llegó frente a él.

—Estás hermosa, mi tomatito.

Ella sonrió.

—Tú más, cielo.

Mario tomó la mano izquierda de su prometida y la besó suavemente.

—Y bien... Daremos por iniciada la ceremonia de matrimonio.—El Sacerdote habló por el micrófono con una sonrisa.

La pareja entrelazó sus manos.

Su matrimonio.

𖦆

Me da mucha pena que esto ya esté por terminar, pero finalmente nuestro ship ya se va a casar :[<3

Ya llegamos a las 15k leídas y a los 1k votos, ¡Estoy muy feliz! Muchas gracias por su apoyo, de verás.

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Sé que fue un error • MandraWhere stories live. Discover now