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La noticia de que Jungkook terminó con su novia para aceptar los sentimientos de su mejor amigo corrieron como una corriente de agua. Llegaron a oídos de todo el mundo, murmuraban entre sí que aquello era una verdadera desgracia, un supuesto "desperdicio de hombre". La cantidad de personas que idealizaron la figura de Jungkook en el instituto era enorme, todas fantaseando con robarse un pedacito de su atención, creando escenarios fantásticos cada vez que se lo topaban en los pasillos y cruzaban miradas. Para ellos que él encontrase una pareja y que ésta fuese hombre, era una total desdicha.

Jungkook se escondió de las miradas que lo juzgaban, hacía lo que podía para terminar el año escolar sin sentirse como el peor ser humano sobre la tierra. Jimin lo acompañaba todo el tiempo, le sugirió que pasaran los recesos escondidos en el gimnasio, lugar que se transformó en su pequeño refugio y donde podía respirar tranquilo, sin que los ojos de nadie capturasen cada uno de sus movimientos.

Existía cierto victimismo entre las personas que Jungkook jamás llegó a querer, se repetía la frase "él se fijó en Jimin, porque Jimin es bonito". Odiaba tal cosa debido a que todos se fijaron en él porque era bonito, ninguna de las personas que estaban obsesionadas con tener algún tipo de acercamiento hacia su persona, lo querían por sus opiniones o temas de conversación, sencillamente no lo conocían, lo único que sabían era que su apariencia cumplía con los cánones de belleza.

Jimin era precioso, pero también era su mejor amigo. No podía ignorar ese hecho, no había nadie más en el mundo que le entendiera como lo hacía Jimin y por eso y todo lo demás, lo quería.

— ¿Estás bien? — Jimin le hizo cosquillas en la barriga mientras se encontraba tirado en la banca, mirando hacia el techo del gimnasio.

Teniendo que hacer un esfuerzo para sentarse, Jungkook se acomodó la camisa que se le había subido un poco y volvió su atención hacia Jimin. Tenía algo de sueño, sus párpados le pesaban y la luz que entraba por las ventanas de arriba no le parecía suficiente como para mantenerlo despierto.

— Estaba pensando... ¿Por qué a todos les importa tanto meterse en vidas ajenas?

Extendiendo sus brazos para acercarlo, Jimin dejó que esta vez Jungkook se relajara en la banca, pero descansando entre medio de sus piernas. Había notado su rostro que reflejaba lo cansado que se sentía en ese momento, así que dejaría que durmiera sobre él como si fuera una almohada. Le gustaba abrazarlo, respirar el aroma de su cabello y simplemente sentir que estaba ahí, como su novio.

— ¿Hablas de nosotros o de los asuntos de Romolo y esa gente? — Le preguntó mientras acariciaba su cabello en un intento de adormecerlo.

— De todo un poco, pero igual, debe ser deprimente para Romolo saber que su novia lo usa y que todos hablan de él como el pobre idiota que mueve la cola cada vez que Maxine le saluda.

— Yo de verdad juraba que se querían, me refiero a Romolo y su novia. Me daba esa impresión, él es tan frío, pero se vuelve muy dulce con ella.

— ¿Y con Maxine no? El tipo le compró una bicicleta, imagina eso.

Jimin se rio, besando la dulce mejilla de Jungkook. Se estaba haciendo un poco adicto a besar sus mofletes, le gustaban incluso un poco más que sus labios. Había cierta magia en ellos y en como se volvían rosados con cualquier muestra de cariño entre ambos.

— Tú también me has comprado muchas cosas y le diste trabajo a mi padre. — Le señaló todavía riéndose por lo bajo.

— Es que te quiero, eso es obvio, tal vez siempre he estado un poco enamorado de ti. No me eches la culpa si soy lento, vivimos en un pueblo pequeño y religioso, ser homosexual o lo que sea, es un pensamiento que jamás se me cruzaría por la mente.

MAKE ME YOUR QUEEN 后 KOOKMINWhere stories live. Discover now