El camino a ti

Ayuda de mi mejor enemigo

Aún estoy en shock, no puedo creer que Cécile me beso, no tenía la mínima idea de que ella sentía algo por mi...que no fuera miedo u odio, me pregunto qué sucederá ahora. Me gusta Serafina, pero Cécile es interesante.

J: Dios si en verdad existes dame una señal.

A: ¿Con quién hablas?

J: ...Dije una señal no un imbecil amarillo.

A: ¿Qué haces aquí afuera?

J: Nada que te importe.

A: ¿Buscando ayuda celestial?

J: ¿Qué quieres Arlo?

A: Remi me pidió que te viniera a buscar, es sobre las clases de defensa.

J: Vamos.

Caminamos un rato en dirección a la casa segura, durante el trayecto el silencio fue tan incómodo que por alguna razon quería romperlo ya.

A: Serafina te rechazo ¿Verdad?

J: Algo así

A: ¿Que harás ahora?

J: Seguiré luchando, algún día tengo que lograrlo.

Llegamos a la casa segura y por alguna razón tenía un mal presentimiento.

A: Entra.

J: Tengo un mal presentimiento.

Arlo me empujó y cerro la puerta detrás de mi, activo su habilidad encerrando me en su barrera mediante una pequeña ventana que tenía la puerta y para mi sorpresa no estaba solo, atrás de mi había una cabellera muy conocida.

S: Veo que también te engañaron.

J: No me imaginé que te engañarían a ti.

S: ¿Ahora ves porque no quería que hicieras un intento para algo que no quiero yo?

J: ¿Yo que iba a saber que esto pasaría?

Serafina me miraba con enojo, obviamente no esperábamos esto. En eso suena el teléfono de Sera y como si de un juego de Saw se tratase una voz femenina intentando sonar intimidante resonó en el altavoz.

R: Hola queridos amigos. Supongo que se preguntarán qué hacen aquí. Bueno estoy apunto de dar a conocer las reglas del juego...

J: Vete a la m*erda Remi, sacanos de aquí.

R: No soy yo idiota...quiero decir, no soy Remi, ni nombre es Aurelus. Y quiero jugar un juego con ustedes...

J: Y yo me llamo Patín Patan Brini Patarrolich del Sagradocotorrón.

S: Creo que han visto demaciadas películas ustedes dos.

R: Ya no interrumpan que se me va el personaje...bueno...como iba diciendo, quiero jugar un juego y se llama: Sincerar lo sincerable. Las reglas son simples. Yo les haré cinco preguntas y ustedes responderan con el corazón. No tienen permitido omitir preguntas, por cada mentira que digan la barrera se encogerá. Decir la verdad o morir...ustedes eligen.

J y S: Hija de...

R: Priemra pregunta: ¿Que sienten el uno por el otro?

J: No voy a jugar...

La barrera se comenzó a achicar poco a poco encerrandonos más.

R: Creo que fui muy clara al explicar que no podían omitir preguntas.

S: Quiero mucho a mi mejor amigo.

Serafina respondió con seguridad y Remi preguntaba si había dicho la verdad y pude escuchar una voz casi susurrante que respondió.