⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀OO9.

Start from the beginning
                                    

Ambos quedamos en silencio por un minutos o dos, no sabía. Pero ambos parecíamos tan profundizados en nuestros pensamientos como para sentir la incomodidad. Thomas fue el primero en romper el silencio.

—¿Tú también sientes que ya nos conocíamos? —su pregunta me tomó por sorpresa, pero aún así asentí con la cabeza sin despegar mi mirada de él.

—Lo mismo me pasa con Teresa, pero contigo siento mayor conexión, como si...—Thomas me interrumpió.

—Como si ya tuviéramos nuestra propia historia juntos.

*Hace dos años atrás*

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

*Hace dos años atrás*

—Hola. —una voz masculina me saludó a mis espaldas, me volví con una sonrisa en mis labios al saber de quién se trataba. Su voz se escuchaba agotada por lo que supuse que tuvo un día muy agotador

—Hola, Minho —sabía que estaba sonriendo como boba, pero en ese momento no me importaba—. ¿Cómo les fue?

—Se podría decir que bien. —respondió restándole importancia.

—Lamento no haber podido ir. Pero ya sabes que, por la escasez de habitantes, me ha tocado tener doble trabajo.

—Tranquila, lo entiendo. Pero claramente tú estás enojada porque te tocó hacer un trabajo que detestas hacer. —dijo con sarcasmo, haciendo referencia a la agricultura.

—Demasiado enojada —seguí su juego, por lo que nos reímos —. Pero me gusta ser más corredora si te soy sincera.

—¿Porqué? Digo, no es que me moleste, pero normalmente a los habitantes no les gustaría salir más allá de esta zona segura. —preguntó, atestado de curiosidad. Sonreí, sujetando mi sombrero de paja que hice yo misma para evitar que los vientos se lo llevasen. Ambos nos quedamos mirando, pero negué con la cabeza.

—No te lo diré. —Tampoco le diría que quería ser corredora para protegerlo.

Minho asintió y sus ojos brillaron llenos de travesura, como un niño malo: —Bien, entonces no te devolveré tu sombrero.

Me quitó el sombrero y lo alzó dejándolo  a una gran altura que intenté alcanzar saltando, pero fallé por nuestras diferencias de alturas.

—¡Devuélvemelo, Minho! —exclamé, volviendo a intentar alcanzar el sombrero pero él simplemente se reía.

—No, hasta que respondas mi pregunta. —insistió Minho.

—Bueno, ni modo. Quédatelo. Me puedo hacer otro. —dije, agarrando la manguera para seguir regando los huertos.

—Pero no te enojes que ya te estoy viendo unas arrugas —bromeó el asiático. Dejé caer la manguera para volverme asustada y buscar algo en que me pueda reflejar, pero Minho se rió agarrando mis manos —. Estoy bromeando.

—Idiota. —rodee los ojos y me zafé de su agarre fingiendo estar molesta.

—Vine para que nos veamos en el lago antes del anochecer. —confesó, parecía algo nervioso. Mi corazón comenzó a latir como si me encontrara en una carrera.

—¿Es una cita? —pregunté, sonriendo de lado de manera coqueta, él desvió su mirada de mi y la centró en las papas de nuestra izquierda. Casi de inmediato recuperó su característica confianza.

—No seas tan ilusa, Karma. Pues...te quería ver en el bosque para hablar unas cosas sobre el laberinto —Minho rodó los ojos para continúo bufar—. ¿Irás o no?

—Ahí me verás.

Él asintió y me colocó el sombrero de manera brusca antes de irse.

Llegué al bosque, pero no veía a Minho por ninguna parte

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Llegué al bosque, pero no veía a Minho por ninguna parte. Me senté en una enorme roca que se encontraba al lado del lago, sin embargo, me comenzaba a estresar al no verlo aparecer.

—Lamento haber llegado tarde. Sartén se retrasó picando las frutas. —se disculpó Minho, llegando con una canasta en su mano.

—Sabía que sería una cita. —dije, el asiático no me contradijo a lo que sonreí.

Ayudé a Minho a colocar el agua y las frutas sobre la tierra y nos sentamos uno frente al otro, mirándonos fijamente.

—¿Porqué decidiste invitarme a una cita? —quise saber, él se quedó en silencio sin saber qué responder.

—Estaba aburrido. —sabía que estaba mintiendo, por lo que asentí fingiendo creer su mentira.

—Sí, claro. Pero estoy segura que no te hubieras tomado la molestia de averiguar mis frutas favoritas, convencer a Zart o a Newt de que te regalaran un poco —Minho rodó los ojos—. Te vas a quedar bizco de tanto rodar los ojos.

—¿Te han dicho alguna vez que sueles ser irritante? —moví mi cabeza de un lado a otro restándole importancia.

—Puede ser. Pero tú me superas.  —admití, agarré un poco de agua del lago y le salpiqué un poco al chico.

—Qué grosera eres. —dijo, devolviéndome la acción.

—Ay, decídete, Minho —reí—. O soy grosera o soy irritante.

Él pareció pensar, pero sabía que ya tenía la respuesta: —Mmm, ambas cosas eres —él se rió y me contagió su risa.

—¿Crees que alguna vez lleguemos a recordar quiénes fuimos antes de todo esto? —pregunté, siendo una pregunta poco esperada. Él suspiró.

—No lo sé, pero no estoy seguro... si lo que quiero es recordar. —confesó Minho, él miraba a los árboles, observando cómo se movían danzando con el viento.

—¿A qué te refieres? —cuestioné.

—Recordar sería volver al pasado, uno donde quizás sufrí o no...lo único que quiero es salir de este lugar, pero junto contigo —lo miré por unos segundos y él pareció reaccionar ante su propia confesión; carraspeó  —. Y Alby, Newt, Sartén...ya entiendes.

Reí, pero en cierto modo me sentí desilusionada.

—¿Y no quieres recordar a tu familia? —volví a preguntar. Él asintió.

—Sí, cómo cualquier otro del Área. Me gustaría darles un rostro cuando me pregunte quiénes son mis padres o si tuve una hermana; pero como te digo, no estoy seguro si lo que deseo es recordar.

No supe qué decir en ese momento, pero sí cómo actuar. Me acerqué más a él y coloqué mi cabeza en su hombro dejando que nuestras manos se rosaran y pidieran el contacto más directo con el otro, aunque no cedimos ante ese anhelo.


𝐔𝐍𝐓𝐎𝐔𝐂𝐇𝐀𝐁𝐋𝐄, maze runnerWhere stories live. Discover now