Capítulo XXXVIII.

Start from the beginning
                                    

Se encogió de hombros

—Lo investigué —suspiró—. También quiero ir a verla. Somos amigos, entonces quiero que sepa que la apoyo y... la extraño.

Entrecerré mis ojos, con cautela

—¿La extrañas?

Asintió con la cabeza, como un niño bueno. Después, se volteó hacia mí abruptamente, como si hubiese descubierto que mi pregunta tomó un rumbo diferente

—Oh, por Dios, dime que no te dan celos.

—No siento eso —bufé

—Más te vale porque sería lo más patético que hayas dicho —casi se burló—. Alisson es mi cuñada favorita.

—La única.

—Bueno, también, pero será mi favorita solo porque espero que Eloise no tenga novio —fingió un escalofrío

—Tiene seis años y ¿ya estás definiendo su vida amorosa?

—Me aseguro de que no tomará malas decisiones —me miró—. ¿Por qué? ¿Tu si imaginas que alguien de su curso le coquetee?

—Los de su curso apenas aprenden a restar y lo hacen mal, ¿me estás hablando enserio?

Él sonrió un poco, haciéndome sonreír a mí

—Sabía que alguna tontería te pondría de buen humor —palmeó mi hombro—. Ya cambia esa cara, luces como en un funeral.

Mi sonrisa se borró de golpe

—Tal vez tienes razón.

—Lo siento —murmuró

—Descuida —le resté importancia, bebiendo más café

—No, hablo de que lamento por lo que estás pasando —su voz se volvió más comprensiva—. Joder, no imagino cómo te sientes. 

Entreabrí mis labios, sin saber qué decir

Lo cierto era que no me había detenido a pensar en lo que sentía. Únicamente me había importado ella, todos estos días, cómo se sintiera, qué pensara. Necesitaba que se mantuviera positiva, yo también intentaba hacerlo. Pero lo cierto, es que cada minuto era más difícil. 

Saqué el asunto de mi cabeza, volviendo de mis pensamientos. 

—Todos estos meses y no se le ocurrió decirme algo tan importante. 

—Mira, no seas paranoico —se acomodó para hablarme—. Imagina cómo se sentía, tal vez no quería hablar del asunto. No desconfíes de ella, Elliot, le cuesta mucho abrirse con las personas, pero no puedes decirme que no lo hizo contigo, porque noté que solo tú eres el único capaz de hacerla feliz.

«Hacerla feliz»

Eso era lo que más quería en el mundo.

—Ella me hace feliz a mí —murmuré, bajito

—No te rindas, ¿de acuerdo? Todo tiene solución.

Suspiré profundamente, a pesar de que el aire se había astacado en mi garganta. Fue en ese preciso instante, al pensar en las probabilidades de rendirme, que terminé soltando lo que pasaba por mi mente. 

—Tengo miedo —confesé en un susurro. Dejé mi taza vacía en la mesita y escondí mi rostro entre mis rodillas

—Elliot...

—No puedo perderla —negué, como si la idea fuese nefasta—. No puedo, Ethan. Jamás había encontrado algo que valiera la pena en mi vida, pero ella es ese algo. Ella es lo único que quiero tener siempre, ¿lo entiendes? Todo esto... me está volviendo loco.

El brillo de las estrellas✓Where stories live. Discover now