6

538 98 70
                                    

Al despertarme y ver a Kyouka a mi lado me arrepentí muchísimo de lo que había hecho

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Al despertarme y ver a Kyouka a mi lado me arrepentí muchísimo de lo que había hecho. Me rompí.

Nunca quise jugar con ella o hacerle daño y ahora no había vuelta atrás.

Apreté los puños. No estaba en mis planes, pero era posible que hubiera empezado a sentir algo por ella. Aquel beso fue inconsciente y todo lo que hicimos, por primera vez en mucho tiempo, me hizo querer seguir viviendo.

Sin embargo, aún tenía un objetivo e iba a completarlo.

Me aseguraría de que Kyouka nunca llegase a enterarse.

¿Cómo iba a sospechar de mí? Yo solo era una inocente camarera.

—Kyouka.

La moví suavemente. Ella sonrió.

Su sonrisa me dolió.

—Buenos días—dijo.

—Me tengo que ir a trabajar—suspiré.

—¿Ya?—ella hizo un puchero.

Asentí algo apenada y se acercó a mí para besarme. Luego, sonrió. Se le veía feliz.

—Lo siento.

—No te preocupes, nos vemos luego.

Me vestí rápidamente y me dispuse a irme. Eran las cinco de la mañana.

Mi plan se había puesto en marcha y desvié mis pensamientos. No quería pensar en Kyouka.

A través de unos túneles subterráneos conseguí acceder a la habitación donde tenían a Jin encerrado. Yo llevaba puesto un traje negro y un pasamontañas y había memorizado todas las rutas como si fueran una simple tabla de multiplicar.

Él estaba durmiendo encima de una cama. Observé la habitación con cuidado. No había nadie y parecía lo suficientemente acorazada para neutralizar el ruido del interior.

Me acerqué lentamente, pero no saqué el cuchillo. Aquel iba a ser mi último asesinato y hay algo que quería comprobar. Necesitaba oír de sus labios la verdad.

Le moví para que se despertara y antes de que pudiera gritar tapé su boca.

—Si gritas o haces algún movimiento sospechoso, te disparo ¿Lo entiendes?—le amenacé.

Le apunté con una pistola. Él tembló, pero al quitar la mano no dijo nada.

La pistola ni siquiera estaba cargada, pero él pareció creérselo.

De todos modos, iba a morir.

—Me vas a responder a todo lo que te pregunte con sinceridad, si mientes te mataré. Y solo habla cuando te pregunte.

Su respiración estaba agitada, pero asintió.

—¿Reconoces a esta mujer?

Le enseñé una fotografía donde aparecía Nemuri.

Inocente | MomoJirouWhere stories live. Discover now