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Aquella mañana, junto a Ochako, me encontraba en casa de Tomura para poder hablar con su compañera de piso de lo sucedido

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Aquella mañana, junto a Ochako, me encontraba en casa de Tomura para poder hablar con su compañera de piso de lo sucedido. La pobre, llevaba más de diez minutos llorando, y Ochako tuvo que llamar su atención.

—Lo sentimos mucho, pero necesitamos hablar con usted de Tomura.

Miré a aquella joven con pena. Parecía realmente afectada por su muerte.

—Será un momento—le dediqué un leve asentimiento de cabeza.

La chica, rubia y de ojos afilados, se limpió las lágrimas y asintió. Ochako me miró, a medida que me disponía a hablar.

—¿Sabría que podría estar haciendo Tomura tan tarde en la calle?—pregunté—A eso de las doce.

—Ese día fue con unos amigos a beber, es lo único que sé—agachó la mirada—Incluso me envió un mensaje cuando salió de ese bar.

Ante sus palabras nos enseñó dicho mensaje, comprobando que aquello era cierto.

—¿Nos puede dar la dirección de ese bar?—preguntó Ochako.

Ella asintió, tras darme un papel con una dirección escrita. No estaba demasiado lejos de su casa.

—Era un buen chico, no sé quien ha podido hacerle esto ni el motivo—sollozó—Él me acogió, era como un hermano.

Tras sus palabras miré a Ochako, haciendo un gesto de cabeza. Aquella joven no parecía tener más información ni estar mintiendo sobre el asunto.

—¿Nos permite revisar el cuarto de Tomura?—pregunté levantándome.

—Sí, por supuesto.

Al llegar, pudimos ver qué era un cuarto con una gran cama y un baño. No había nada inusual, hasta que Ochako encontró una caja escondida debajo de la parte de la cama del hombre.

—Mira Kyouka, parece que se dedicaba a ver a otras mujeres en su tiempo libre—suspiró—¿Crees que ha podido ser alguna de estas mujeres?

En la caja había varias cartas, pero en ningún salía un nombre. También había varias revistas con fotografías.

—Lo dudo. Además, son cartas sin firma. No podemos saber quién las ha escrito—suspiré. Era absurdo.

—Sí, dudo que esto sea un asesinato por amor.

Ochako revisó una vez más los compartimientos de aquella habitación.

—No, al menos no esta clase de amor—miré a mi alrededor—No hay nada válido que nos dé alguna pista y su amiga no parece sospechosa. Este asesino no es un loco cualquiera, es inteligente, sabe lo que está haciendo.

Estaba segura de mis palabras. No era un asesino en serie cualquiera, no era de ese tipo de enfermos que se dedican a matar a personas por placer. Este asesino tenía un claro objetivo que aún desconocía.

Inocente | MomoJirouWhere stories live. Discover now