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Hoseok se encontraba en una mesa algo alejada de la multitud de estudiantes, recargando su mejilla en su palma, viendo como las gotas de agua caían y unas cuantas se colaban por la ventana haciendo carreras entre ellas e incluso algunas se unían entre si.

De pronto sintió como alguien se sentaba enfrente de él.

- no creo esos versos, que sirvo de ejemplo, que el amor no debería de existir~

- podrías callarte - reclamó el pelicastaño a su mejor amigo, jimin.

- oh - susurró algo indignado - ¿cómo te está llendo en tu día de san Valentín, querido amigo? - preguntó el pelirubio sin importarle lo que le habían gritado, mostrandole una sonrisa sarcástica.

- pésimo - dijo para luego tomar su jugo de lata.

- no te vayas a emborrachar- soltó acompañado de una risita burlona.

- incluso - se detuvo para pensar tan solo unos segundos - mi mejor amigo no me dijo y no me dio absolutamente nada.

- oh, lo lamento hobi hyung, es que estaba con mi novio - presumió con burla el pelirubio.

- recuérdame no volver hacerte enojar.

Jimin solo se encogió de hombros restandole importancia a lo que decía su mayor.

- el clima está deprimido igual que tú - soltó sin más el pelirubio.

- ni me lo digas.

- no has visto a yoongi, ¿verdad? - comentó jimin, a lo cual su amigo nego - de seguro debe estar en la biblioteca.

No terminaba jimin de pronunciar las palabras cuando hoseok se levantó de golpe y corrió hacía la dichosa biblioteca.

Corría por los pasillos llenos de alumnos que se habían amontonado quien sabe por que, aunque al juzgar al parecer alguien andaba vendiendo flores y peluches, acaso se permitía la propaganda dentro del instituto... Ah, ya sabía por que lo habían permitido.
Era la hija del director.

Aunque lo penso bien y regalarle algo a yoongi no sería tan malo, pero con que escusa, ninguno se hablaba, es más yoongi parecía el típico ratón de biblioteca y hoseok el típico chico enamorado closetero.

Pero no perdía nada con intentar, ¿o sí?

Unas rosas, mmm, demasiado comprometedor.
Un peluche, demasiado infantil.
Unos chocolates, mmm, que tal y no le gustaban los chocolates.
Dulces, un poco infantil.

¿Pero que rayos estaba pasando por su cabeza?, él pensaba regalarle algo a alguien, sin que el hubiera recibido alguna vez en su vida un regalo de san Valentín, no sabía a ciencia cierta que regalar, solo se dejaba llevar por lo cliché, por sus compañeros con cara de monos idiotizados por sus parejas y los regalos que ellos les daban.

¿Estaba bien regalarle algo a su yoonie?, ¿aunque no se conocieran para nada?

Un momento de duda e intriga hasta que...

- ¡a la mierda todo! - todos sus compañeros se le quedaron viendo y otros simplemente lo ignoraron.

Aquel pelicastaño empezó a correr en dirección a la biblioteca, si, no llevaba ningún regalo, pero tenía un dulce guardado en su chamarra, cualquier cosa es mejor que nada ¿no?

Al llegar a la biblioteca diviso todas las bancas que ahí habían sin poder encontrar aún a aquel pelinegro.

Recorrió cada rincón sin exito alguno, hasta que logró devisar una mesa, en una esquina en donde se encontraban los libros que nadie se atrevía a leer, en el cuál se encontraba aquel chico que tanto handaba buscando.

Oh, santa mierda, no estaba solo.

Mrs. Cupido [Sope]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang