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"La experiencia real de horror absoluto"

Había momentos en la vida, en que se sentía mala por razones completamente absurdas, y pasar al lado de la recepcionista sacando la lengua y mostrándole el dedo medio era una de esas.

Su cara, completamente roja por la ira, sería un grato recuerdo con el que compensaba su mala actitud para recibirla la primera vez.

Vox iba al frente, ignorando la situación ya que estaba atendiendo una llamada.

Vivi, sin embargo, se sentía como una niña, con los ánimos renovados, mirando el elegante edificio, limpio por donde se viera y aunque mantenía el olor que ya había asimilado como natural del infierno, no se añadía ninguna rareza asquerosa.

A su paso, la miraban con curiosidad, y es que otra de las cosas de las que ya se había percatado, era que su tamaño estaba por debajo de la media, siento el estándar sobre los dos metros.

—Sabía que ibas a aceptar —dijo de pronto, dirigiéndose a ella —. La vida aquí es demasiado dura como para no elegir adecuadamente la compañía.

Sosteniendo la puerta, hizo un ademán para que entrara a una oficina, que, por la sencillez, entendió al momento que no era la de Vox. Aun así, el espacio era mucho más grande que todo el departamento que antes ocupaba.

A un lado, había un conjunto de sillones y una barra de bar, y al otro, una sucesión de escritorios a juego con un respectivo librero. Todos estaban ocupados, excepto el del final, cercano a una puerta blanca con un gran letrero que decía: CABINA DE CAPTACIÓN, y debajo, lo que parecía un letrero luminoso que indicaba si estaba ocupado o no, y que en ese momento estaba apagado.

—Es algo temprano, la mayoría llega después del mediodía.

Abrió la puerta, revelado una habitación inquietante.

Muros y techo estaban completamente recubiertos por pantallas led.

Vox las encendió y Vivi debió atajarse la luz con la mano.

Sin embargo, lo que realmente llamó su atención, fue un aparato que le recordó enormemente a algo que había visto en una película, pero no estaba completamente segura.

Frente a un sillón con un aditamento muy similar al casco para las permanentes en los salones de belleza, se extendía lo que parecía un telescopio retráctil, estando la parte más pequeña frente al sillón y la más ancha conectada a un tipo de computadora.

—Esto grabará todo lo que proyectes —explicó, dando una suave palmada —. Estabiliza la imagen, minimiza la interferencia y limpia el sonido.

Curiosa, se sentó en él.

No podía recordar la última vez que había estado en un asiento tan mullido. Se sentía bien.

—Este será tu escritorio —dijo, saliendo de nuevo y señalando el escritorio vacío. Aunque Vivi notó algo en la placa que la confundió.

Genevieve Heart.

Lo miró con expresión interrogante, él solo le sonrió y estaba segura de que la luminosidad de la pantalla que era su cabeza se atenuó un momento.

—Me contaron de cierta peculiaridad que selló la sentencia a la inyección letal.

Vivi sintió que se ponía roja.

No le gustaba pensar demasiado en las decisiones que había tenido que tomar a lo largo de su vida. Y por algún motivo él no parecía estar enterado de la razón específica por la que lo había hecho, sino que había asumido que se trataba de un fetiche grotesco.

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⏰ Última actualización: Dec 17, 2022 ⏰

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