📍Capítulo 02📍

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Miedo, el miedo nos limita de muchas cosas si nosotros se lo permitimos..., pero con el tiempo ese miedo se puede convertir en una valentía. Nayeli cruz.

Camile Roussel

Mi primer día en la dichosa universidad, odio todo lo nuevo, y entrar aquí no fue la excepción. Estando frente a la gran institución, observé todo y miré el gran letrero decorado muy bonito, con rosas rojas en las letras. Lo empecé a leer en mi mente...

—Universidad de Lyon "Cinco Sentidos" —mencioné en mi mente al leerlo, aunque prácticamente ya ni recuerdo cómo suena mi voz.

Al entrar, empecé a analizar la universidad a primera impresión. Se trata de una institución construida con ladrillos rojos y resaltada con pinturas del mismo color. Un poco antigua en diseño, pero me gusta.

Otra cosa hermosa que distingo es el ambiente: los estudiantes en el césped estudiando, mientras otros caminan a mi alrededor hablando en señas, al igual que yo. Lo que me sorprende es que son muchos los estudiantes con la falta de un sentido, ya sea similar o no al mío.

Siento un ligero golpe detrás de mí y volteo a ver, observando a una chica con lentes negros y una voz tan tierna cuando habla.

—Lo siento —dice la chica y sonríe mientras mira hacia otro lado mientras se disculpa—. Es mi culpa. ¡Que tengas un buen día! —me sonríe amigablemente, luego continúa su camino con un bastón blanco y rosas rojas en la mano.

Cierro mis ojos y suspiro, intentando estar tranquila para comenzar mi primer día de manera positiva. Observo a la chica concentrada y veo cómo se aleja saludando y sonriendo a todos.

Mientras la observo, me sobresalto al escuchar a una persona detrás de mí hablar en voz alta, casi gritando.

—¡HOLA! MI NOMBRE ES CHLOE FLORIT.

La miro con los ojos abiertos de par en par, sobresaltada, y veo a una chica rubia sonriente. Sin que yo le dijera nada, ella comienza a hablar primero, a un volumen bastante alto.

—¡AH! YA VEO, ERES MUDA, POR ESO NO ME CONTESTAS.

La escucho hablar muy alto, demasiado para mi gusto, así que decido pedirle amigablemente que baje la voz.

—¿Entiendes el lenguaje de señas? ¿Podrías bajar la voz, por favor? —le pido, y ella, con una sonrisa, se lleva la mano a la boca y comienza a hablar en susurros más suaves. Le agradezco con la mirada.

—¡Oh! Lo siento, es que soy sorda y no controlo muy bien el volumen de mi voz. —me habla en voz baja, casi susurrando. Intento no poner los ojos en blanco.

—No importa, mi nombre es Camille Roussel. —Termino de señalar y le tiendo la mano, esperando que ella la estreche en un gesto amigable.

—Sabía que eras nueva, ya que nunca vi a una pelirroja muda en esta institución. Ven, yo seré tu guía turística, te mostraré el lugar. —Ella no esperó a que diera un sí, empezó a jalarme de la mano mientras sonreía, y yo intentaba no caerme de bruces al suelo.

Ella seguía hablando con entusiasmo, mencionándome todo y cada uno de los lugares. Comenzamos por la cafetería, me habló de las comidas, cómo era todo, y cuando intentaba decir algo, ella seguía hablando sin parar. Era una chica demasiado parlanchina, nunca se callaba. A veces se le olvidaba controlar el volumen de su voz, lo que me asustaba, pero ella se disculpaba y seguía con su recorrido por las oficinas.

A pesar de que la universidad tenía un aspecto algo antiguo, todo lucía muy bien. La chica me caía muy bien. Después de susurrarme algo, me sostuvo de la misma mano que le tendí, para arrastrarme y llevarme a conocer el resto de la institución.

Cinco Sentidos.Where stories live. Discover now