Amor A Través Del Tiempo|| Sehzade Mehmed.

¿Qué Rayos?

1540, Palacio De Topkapi.

Abrí mis ojos levemente, lo último que recordaba era el dolor que habia experimentado en mi muerte, el ardor de mi cuerpo y el veneno recorriendo mis venas.

Mire a mi alrededor encontrándome en mi habitación, todo estaba igual que antes, es decir, antes de que yo me fuera a Manisa, me levante apresuradamente y mire rápidamente el lugar, estaba en el palacio de Topkapi.

"¿Pero que rayos?" Fue lo primero que pensé al encontrarme en esta situación, ¿Sera que Allah me esta haciendo vivir una ilusion antes de ser juzgado y decir mi destino en el más allá?

O quizás estaba viendo mi vida pasar por mis ojos y en cualquier momento entraría junto a Mihrimah y hablaríamos de cualquier cosa, si ese era el caso, yo era un fantasma.

Mire el florero con rosas, de seguro Mihrimah las habia colocado el día que salí a montar a caballo, pero eso no era lo importante, lo importante era que las rosas tenían espinas bastante puntiagudas, y sin pensarlo mucho, me acerque y enterré una espina en mi dedo.

Sentí el dolor de inmediato y pude ver mi sangre caer, saque mi dedo de la espina y observe mi pulgar sangrar desmesuradamente.

───Si estoy vivo.───Susurre para mí, esto era increíble, por alguna razón del destino habia viajado al pasado.

───¡Por Allah!───Voltee rápidamente al escuchar la voz de mi madre al ver mi sangre.───¿¡Como fue que te hiciste eso?!

Sin responder a su pregunta, la abrace fuertemente, hace mucho tiempo que no la veía, no iba a soltarla ahora que la volvía a ver, ella confundida me correspondió el abrazo.

───Te extrañe tanto.───Dije en su oído.

───Mehmed, ¿Qué ocurre? Si nos vimos hoy en la mañana y caminamos por el jardín.

Me separe y la mire directamente a los ojos, ¿Qué le diría ahora? Claramente la verdad no era opción, primero me tomarían como un loco y segundo lo menos que quería ahora era ver a un medico, los odiaba.

───Pero ya es la tarde, Pude haberte simplemente extrañado.

La Sultana Hurrem no muy convencida, me dio un beso en la mejilla y se retiro de mis aposentos, pero antes me dijo que Mihrimah quería verme.

Suspire y mire levemente las rosas, si estaba vivo de nuevo no iba a desaprovechar esta oportunidad, ahora que se que sucederá conmigo en un futuro lo evitare a toda costa, gracias a eso habia aprendido algo muy importante, la inocencia y la piedad en este palacio te conseguía un pasaje gratuito al reino de Allah.

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Palacio Topkapi, 1604

"Ahmed " Fue lo primero que pensé después de abrir los ojos, ayer había detenido la rebelión y al parecer gaste todas mis fuerzas, pero eso no era lo importante, había salvado a Mustafá y Ahmed de una muerte segura a manos de los rebeldes.

Camine por los pasillos del palacio en dirección a los aposentos de Ahmed, donde tuve una corta conversación con la Sultana Safiye, no fue algo muy relevante en si, simplemente me dijo: "O te pones de mi lado, o estas fuera del juego de Topkapi."

Sus amenazas no me importaban en lo más mínimo, una vez se despertara mi Sultán nada malo podría pasarme.

Cuando estaba cerca de los aposentos de mi Ahmed, Bulbul Agha me agarro del brazo y me llevo a otra habitación.

───¿Que sucede Bulbul?

───Kosem lo que le dijiste a la Sultana Safiye la ha ofendido, escuche que dentro de poco enviara verdugos a matarte.

Suspire y mire a Bulbul a los ojos, buscando rastro de mentira alguna, pero al no encontrarlo, asentí levemente con la cabeza, el Agha me indico que el vendría cuando el peligro no me acechara y que lo mejor era que me quedase en esta habitación.

Él salió del lugar donde estábamos y cerro la puerta con llave, no me preocupe mucho, después de todo Bulbul y yo éramos lo suficientemente cercanos como para saber cuando el otro mentía, dentro de poco vendría Eycan Hatun a hacerme compañía, aquella mujer era amiga mía desde hace un tiempo.

En lo que esperaba la llegada de mi amiga, camine por la pequeña habitación, tenia una mesa y una pequeña cama y un estante con cosas empolvadas, me acerque al estante donde habia un espejo que brillaba pese al polvo, al colocar mi mano en el, una fuerte luz cegadora lleno la habitación por completo.

───¿Pero que...?

Ni siquiera pude terminar de hablar, ya que sentí como mi cuerpo iba perdiendo fuerza gradualmente, hasta quedar exhausta.