— ¿Te vas a hacer el valiente ahora?.— Sus labios no se abrieron, sus dienten chocando con rabia, su garganta cerrada. Podía notar a la gente acumuladose a su alrededor, las miradas curiosas y morbosas, ninguna dispuesta a ayudar.— Aunque te doy un punto, eres más fuerte ahora, ¿No? Antes ya hubieras estado llorando pidiéndome perdón, ¿Recuerdas como terminaba eso?

— Suéltame, idiota. — Su voz no salía como lo esperaba, tal vez porque la diferencia de altura aun seguía siendo mucha, o tal vez porque su cuerpo parecía tan aterrado como su mente.

Y hiperventilo, su mente nublada por los recuerdos y su garganta cerrándose, sintiendo que no podía respirar y el pánico entrando a su cuerpo cuando las lagrimas salieron de sus ojos al sentir los labios de Jaehyun sobre los suyos, la mano libre de él sosteniendo sus manos. Se negó a abrir sus labios, sus cabeza moviéndose tratando de alejarse.

Y cuándo Jaehyun pareció hartarse, el dolor en su mejilla se expandió por su cuerpo y cuando sus labios se abrieron solo un poco por el golpe, la mano de Jaehyun soltó sus manos para sostener su mandíbula y mantenerla así.

Era demasiado real. Tan real como antes. Cuando los labios de Jae recorrían todo su cuerpo y arrancaban su ropa mientras él no podía dejar de llorar o negarse.
Y todo paso muy rápido. Él estaba en el piso, sus piernas habían colapsado y ya no tenía a Jaehyun sobre él.

Sintiéndose mareado, se levantó, su cuerpo retrocediendo por inercia y cuándo su mirada se aclaró, ahí los vió, a ambos.

Chan había estado desde primera hora en el salón de música, era costumbre a este punto pero hoy día era molesto, su lobo inquieto en su pecho no dejaba de moverse y su garganta más seca de lo normal no dejaba la sensación a pesar de tomar agua, sus colmillos salivando se sentían extraños.

El agua en su botella se había acabado así que se levanto, su humor siendo un asco y sus colmillos mostrándose meramente porque eso parecía tranquilizar a su lobo.
No esperó ver lo que vió.
Bastó con girar en su salón para ver a Minho, a Minho y alguien más.

Y todo su cuerpo pareció reaccionar, a las lagrimas de Minho y a su cuerpo tratando de alejarse del alfa alto que mantenía sus labios unidos con tanta fuerza que parecía doloroso. A su cabello desordenado y al temblor en su cuerpo.

No pensó. No antes de estar frente al alfa, su cuerpo había actuado más rápido que su mente y ya estaba entre el alfa y Minho cuando sus colmillos se mostraban, su garganta vibrando.

— ¿Y este?.— El alfa no le hablaba a él se dirigía a Minho, mirando por sobre su hombro. — Oh, déjame adivinar, Chan.

— Déjalo Jae, él no tiene nada que ver.— Minho se había levantado, su voz acelerada, caminando justo frente a él, tomado su mano, escondiendo ambas tras su espalda, apretándole con fuerza.

Su corazón se sintió pequeño.— ¿No? ¿Acaso no es él por quién quieres cambiarme?

¿Acaso él era...? Sus ojos se abrieron, la mano de Minho tomó la suya aún más fuerte, su corazón dolió cuando escucho la voz a punto de romperse de Minho al hablar.

— No te estoy cambiando porque no somos nada, tú...— Minho se detuvo unos segundos, no hablaba fuerte, como intentando que nadie escuchase.— Eres un idiota que le gusto un crío de 15 años a sus 21, eres un imbécil que marcó a alguien de 15 cuándo yo no lo quise, no eres nada más que eso.

— Oh, vamos, ¿Vas a empezar con eso?.— La voz del tipo era fuerte, y parecía saber como humillar a Minho porque Minho bajaba la vista cada que él le hablaba.— Tú me buscaste, tú me pediste vivir conmigo, ¿O no eres tú quien primero me beso?

— Pero eso... Yo no sabí-

— No mientas, eras como una pequeña puta buscándome. — Su mandíbula se apretó. Sus dientes juntos, sentía que sus manos temblaban de enojo.— Y si aveces te castigaba no era por nada, ¿No? Tú hacías cosas para que yo te lastimara, ¿No es así?.

Minho negó con la cabeza, y sintió que realmente se rompería allí mismo. Minho se sentía tan vulnerable.

— No eran formas, me dolía tanto y a ti no te importaba.— Minho susurraba.

Y cuándo el hombre trato de tirar a Minho, reaccionó.
Golpeando el brazo del alfa y todo su cuerpo se defendió por si mismo, su lobo parecía querer tomar control de su cuerpo.
La mano de Minho sin soltarse lo impedía, así que se giró, rápido y abrazo los hombros de Minho solo un segundo para besar su frente. — Ve a casa, te prometo que iré. — Minho negó, su corazón dolió por la forma en que su rostro se veía, recién allí notando el rojo en su mejilla.— Te lo pido, solo esta vez y nunca más, hazme caso, ¿Bien?

No espero respuesta, pero su mente se tranquilizo cuando ya no sintió los dedos de Minho entrelazados con los suyos.

— ¿Qué? ¿Crees que si no está cambia algo?.— Mordió su mejilla. Su lobo cada vez parecía intercambiar lugar con sus pensamientos razónales. — Ya es mio, yo conozco todo de él, ¿Quieres escuchar cuándo estábamos juntos? Era bueno en la cama, te doy ese punto, ahora esta mas bueno, ¿No se te ha ocurrido compartir?

Y no pensó. No recuerda siquiera en que momento había sido su lobo y no él quien estaba en ese lugar, como si su mente se hubiera nublado para darle paso a los pensamientos desenfrenados de su lobo.
En un momento su puño volvió a caer sobre el rostro del alfa justo cuando llegaron los maestros, no solo ellos, ya que sus manos estuvieron esposadas y aunque no era la mejor sensación, ahora era la mejor que había sentido alguna vez.

Incluso después cuando ya estaba en el reten y sus pensamientos habían vuelto al orden natural donde su lobo se encontraría dentro de su pecho. No se sorprendió de la ira de su padre, con él y con los policías.

— ¿¡Cómo se te ocurre meterte en una pelea!?.— Su respiración era pesada escuchando los gritos de su padre. Los ignoro.

— Él empezó.— Su voz salía pesada, sin mirarle. Dentro del retén habían limpiado sus heridas por protocolo pero aún así se veían.— Y por una vez papá, te agradecería que no me preguntaras nada y solo te encargaras de dejarnos como la familia perfecta otra vez.

No espero respuesta antes de salir de allí. Ignorando a cualquiera que se le cruzara solamente pensando en llegar donde Minho. Estaba atrasado, le había prometido a Minho que iría y había tardado, lo oscura que estaba la noche se lo decía.









(nota: tal vez haga pequeños cambios luego, nada grande, solo correcciones de redacción ❤️‍🩹)

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