Capítulo 3

622 95 6
                                    

La silueta se movió un poco hasta que salió del espejo y finalmente la luz de la vela lo iluminó. Jimin se quedó estático en su lugar, apretando con tanta fuerza el collar contra su mano que había abierto más su herida.

Pero no sentía dolor, sus ojos estaban enormemente abiertos, analizando con temor la tétrica figura frente a él.

Era un hombre, su edad era difícil de definir, pero no lucia viejo. Tenía el rostro cubierto por una máscara blanca con una enorme sonrisa dibujada en ella. Unas hebras negras asomaban, negras como su vestimenta cubriendo esa piel blanca... Casi gris.

El chico llevó sus manos a la máscara para retirarla, dejando a la vista un rostro sin ojos. Unos labios pálidos salieron a la luz, finos como si nariz y quijada. Jimin estaba mudo.

— Me invocaste. — Llamó con voz gruesa el... fantasma. Jimin se estremeció. — ¿Por qué?

— Y-yo... — Él no sabía que contestar, JODER, HABÍA UN PUTO FANTASMA EN SU CUARTO, ¡¿QUÉ SE SUPONE QUE DEBERÍA CONTESTAR?! — N-no lo sé. N-nunca creí que...

El chico se acercó a él, permitiendo ver a Jimin con mayor detalle los huecos donde deberían estar sus ojos.

— Es extraño. — Comento el fantasma jugando con el cuchillo, Jimin no supo en qué momento lo había agarrado. — Los que me invocan tienden a ser chicas adolescentes y uno que otro joven. No adultos, menos hombres.

Jimin parpadeo repetidas veces.

— No me malinterpretes. — El fantasma rio. — Que no tenga ojos no significa que no te pueda ver.

Jimin tragó duro. No supo en qué momento terminó chocando con su puerta.

— ¿Tienes miedo? — Siguió preguntando el fantasma. — ¿Acaso no leíste la advertencia? Podría matarte.

— C-creo que si t-te desagradara, y-ya me habrías m-matado. — Balbuceó Jimin.

El otro chico sonrió.

— Respuesta inteligente. — Contestó. — No me desagradas, me das curiosidad. ¿Por qué un adulto querría invocarme? ¿Buscabas acaso algo de adrenalina?

— No. — Jimin sintió relajarse un poco. — Yo... Bueno, estaba en internet, vi el ritual y no creí que fuera real... yo... yo solo quería...

— Quisiste confirmar tus sospechas. — Se adelantó el otro — Una acción arriesgada sin duda alguna, pero no estúpida. Creo que me agradas.

Jimin parpadeo nuevamente confundido. Despego su espalda de la puerta para acercarse a Yoongi, comenzando a rodearlo para analizarlo más a detalle. El otro solamente movía su cabeza para seguirlo.

— Es increíble... — Susurró Jimin. — R-Realmente es fascinante. Estás muerto, pero luces tan real.

— Soy un espíritu, no un alma descansando en paz. — Habló secamente Yoongi — Y soy real, lo suficiente para poder asesinarte aquí mismo.

Jimin se detuvo frente a Yoongi, viendo fijamente sus cuencas vacías.

— Lo siento. — Se excusó el oficial. No quería hacer enojar al personaje frente a él. — No pretendía ofenderte, estoy impresionado.

— ¿En serio? — El chico esbozó una burlona sonrisa. — Hace unos segundos estabas casi orinándote encima y ahora, ¿Estas sorprendido?

— Bueno, no es como si me topara con un fantasma en mi cuarto todos los días. — Confesó Jimin tímidamente. — Prácticamente acabas de mandar mis creencias a la mierda al igual que lo escéptico que era.

Siguió dando vueltas alrededor de Yoongi hasta que finalmente se detuvo.

— Increíble... — Susurró nuevamente con ojos brillantes. — ¿Puedo...? ¿Crees que pueda tocarte?

Yoongi ladeó un poco su cabeza mostrándose confundido. ¿Qué rayos le pasaba a este humano? ¡Debería estar gritando y suplicando por su vida!

Bah... Estúpido.

— Adelante. — Yoongi extendió su brazo.

Jimin acercó tímidamente la yema de sus dedos hasta el pálido brazo. Posó suavemente las yemas, sintiendo la helada piel del muerto debajo de su tacto. Su piel se erizó.

— Estás helado. — Murmulló.

— Estoy muerto, por si no te diste cuenta. — Contesto el otro.

— ¿Tú también me sientes frío? — Preguntó Jimin tocando un poco más

— Te siento cálido. — Yoongi lo observó fijamente. — Todos los vivos son cálidos, es normal. Se ve que no ves muchas películas de horror, no están tan alejadas de la realidad.

— No realmente, pero esto sin duda es mejor. — Jimin sonrió un poco.

— Me gusta matar gente para sentir la calidez de su sangre. — Confesó repentinamente el fantasma clavando duramente la mirada sobre él. Es altamente placentero sentir aquella calidez, y aquel brebaje, ¡Oh, delicioso!

Jimin alejó sus dedos del brazo de Yoongi, pero el fantasma lo había vuelto a agarrar. Apretó con fuerza su muñeca, provocando que Jimin se tensara.

— Quiero sentirme cálido. — Apretó más. — Si te corto la garganta y me baño en la sangre que salga, ¿Cuánto crees que me tardaría?

— No lo hagas, por favor. — Imploró Jimin.

— ¿Por qué? — Yoongi sonrió mientras lo apuntaba con su cuchillo.

— Quiero vivir.

— Todos queremos vivir, y mírame a mí.

— Q-quizás podrías encontrar o-otra víctima. — Tartamudeó Jimin tratando de zafarse. — ¿M-muchas te invocan, cierto?

— Demasiadas, pero solo aparezco a ciertas personas. — Yoongi volvió a sonreír. — Pero estoy muy entretenido contigo... tu calidez... es tan agradable...

El fantasma tiró con más fuerza de él hasta que sus pechos chocaron. Jimin sintió sus mejillas tornarse rojas y su respiración acelerarse a gran velocidad. Observó el oscuro vacío de los ojos contrarios, sintiendo aquellas frías manos deslizarse hasta tomarlo de los antebrazos.

— Eres muy hermoso... — El fantasma sonrió nuevamente. — Sería un verdadero desperdicio matarte.

Jimin jadeo un poco cuando sintió a Yoongi inclinarse sobre él y dar una lamida a su cuello. Se estremeció y sintió un escalofrío recorrerlo al sentir aquel helado toque contra su tibia piel.

— Delicioso... — Murmuró el fantasma con voz ronca. — ¡Quiero más! ¡Quiero más! ¡Dame más!

Llevo sus manos a la camisa del humano, arrancando la tela en un seco movimiento y observando la piel salir a la luz. Jimin chilló un poco pero el otro ya se había apoderado de él, comenzó a lamer su piel como si fuese alguna especie de manjar.

— A-ah... — Un suave jadeo se escapó de los labios del oficial. — ¡N-no hagas eso! ¡Espera, detente!

— Cállate. — Yoongi se levantó para quedar a su altura y lo tomó del cuello. — Escúchame bien, tú fuiste quien me invocó, tomaste un riesgo al traerme acá. Hazte cargo de las consecuencias.











SMILEY YOONGI - yoonminWhere stories live. Discover now