Capítulo 2

667 101 1
                                    

— ¿Nada?

— Nada. Ni un pequeño rastro.

— ¿Absolutamente nada?

— Marina se apuñaló sola.

Jimin frotó el tronco de su nariz sin poder creerlo. El forense había dejado muy en claro que la muerte había sido por apuñalamiento intensivo. La fuerza que ejercía el desgarrar esos músculos no era posible para alguien que se los hiciera a sí mismo. ¿Qué tan desquiciado debería estar para apuñalarse con esa fuerza?

Además hubo gritos. ¿Por qué apuñalarse tantas veces en lugar de clavarse una vez el cuchillo en el corazón? ¿O darse un balazo? ¿Pastillas? ¿Lanzarse? Si la chica hubiera querido suicidarse, francamente apuñalarse repetidas veces no resultaba coherente. No a vista de Jimin.

— Jefe, debería descansar.

— No lo haré. — Jimin arrastró su voz

— Lleva una semana en este caso sin descansar. No tenemos pruebas no hay absolutamente nada que nos permita justificar que esto sea un asesinato. A ojos del juez esto será un suicidio o caso incompleto.

Jimin se tapó la cara sintiendo la frustración apoderarse de él

— Debe descansar. Regrese mañana, nosotros nos encargaremos mientras tanto. Por favor.

Jimin alzó la vista y sonrió apenas, apretando fuertemente sus labios. Soltó un suspiro de cansancio y cogió su saco y cosas para retirarse.

— Gracias.

— No hay de qué jefe.

Jimin peino su cabello hacia atrás y salió de la comisaría, tomando el transporte público hasta llegar a su casa. Era una fachada bastante pequeña colocada junto a un parque y una calle. No era fenomenal, pero no se quejaba.

Dos personas podían caber perfectamente ahí, era agradable, hogareño y un poco espaciado. Jimin no era de tener tantos muebles.

Ingresó a su casa en silencio, depositando sus llaves en la entrada y sentándose pesadamente en el sofá, soltando un jadeo ronco de alivio. Pese a estar en casa su mente no dejaba de vagar en este caso.

Simplemente se negaba a dejar un caso así, en todos sus años de experiencia nunca lo había permitido. Aquel extraño ritual rondaba en su cabeza, azotándolo sin piedad, insistiendo en su memoria como si fuera algún tipo de pista o advertencia.

Para Jimin era imposible, pero el pensamiento allí estaba. ¿Y si realmente un fantasma había asesinado a la chica? Solo había una forma de comprobarlo...

Jimin observó su teléfono con cierto temor, tomándolo con inseguridad mientras lo desbloqueaba y entraba a internet. Su corazón latió con fuerza mientras sus dedos se desplazaban por las palabras de su teclado.

"Ritual para invocar a Smiley Yoongi"

Rayos, en serio no podía creer que estuviera haciendo esto. Pero allí estaba. Ingresó a la misma página que Marina, esta vez observando detenidamente el ritual, leyéndolo atentamente para extraer el máximo de información posible.





Materiales para invocar a Smiley Yoongi;

Tres velas blancas

Un espejo

Un cuchillo

Un objeto íntimo de la persona

Las velas es necesario ponerlas frente al espejo. Tomar el cuchillo y abrirse la palma de la mano, tomar el objeto importante y repetir el nombre "Smiley Yoongi" tres veces frente al espejo mientras se sostiene. 

Debe ser a las doce y media de la noche exacto o si no, no funcionará.

Advertencia: Smiley Yoongi es un asesino despiadado. Si no le gusta la persona que lo ha invocado, la asesinará abruptamente enterrándole muchas veces el cuchillo con el que lo invocó. En caso de que su víctima si le guste, puede retirarse y dejarla tranquila, aunque no es completamente seguro y otros efectos pueden aparecer con el tiempo.





Jimin se encontraba frío, y no exactamente porque la invocación le causara terror, sino la forma tan exacta en la que se relacionaba la advertencia con el asesinato de la chica.

Pero... ¡Era imposible! Smiley Yoongi no podía ser real, ¡Era un fantasma de internet! ¿Quién creería eso? Quizás la chica al ver que no funcionó se suicidó en un intento desesperado de volverlo real. Aquello si sonaba coherente.

¿Pero y si no?

Jimin observó el reloj en la mesa que marcaba las doce con seis minutos. ¿Debería intentarlo? Era una locura... Pero necesitaba respuestas. Las quería, se las exigía.

— Debo estar loco...— Se susurró a sí mismo.

Avanzó a la cocina y abrió los compartimientos hasta sacar sus velas. Cogió tres velas blancas que por chistosas razones poseía. Lo cerró y se dio la vuelta para coger un cuchillo de cocina en la encimera.

 Su corazón bombeó con más fuerza pero eso no le impidió que siguiera adelante. Tenía el tiempo encima, o era hoy o era nunca. Llevó las cosas a su cuarto que era el lugar donde se sentía más seguro y además, había un espejo de cuerpo completo. No era realmente la mejor idea, pero si Jimin haría una locura así, al menos que valiera la pena.

Agarró unos cerillos y un collar que su madre le había regalado cuando se graduó de la universidad. Era lo único que guardaba de ella desde su muerte y sin duda era un regalo y objeto muy importante para él. 12:26 am. Mierda, debía darse prisa.

Cerró la puerta del cuarto y se dirigió rápidamente a las velas para prenderlas. Dejo los cerillos en la encimera y fue a apagar las luces del cuarto. Avanzó nuevamente al espejo y rápidamente tomo el cuchillo, abriendo su palma en un quejido de dolor.

Respiró hondo cuando aplastó el collar contra su herida, provocando una molesta sensación de ardor por toda la zona. Dejó el cuchillo en el suelo y vio su reloj de noche; justo dieron las doce y media.

Jimin se observó a través del reflejo y soltó un gran suspiro.

— Smiley Yoongi, Smiley Yoongi... — Hizo una pequeña pausa. — Smiley Yoongi...

Esperó en silencio sin despegar la vista de su reflejo. Apretó el collar con más fuerza contra su mano esperando algún movimiento, pero nada parecía llegar.

El eterno minuto se transcurrió en silencio absoluto.

— Esto es una tontería. — Jimin se regañó a si mismo por haber creído algo como eso. — La chica se suicidó, eso diremos.

Se alejó un poco del espejo para ir a prender las luces pero una ráfaga de viento desconocido apagó las velas en un segundo. Jimin soltó un chillido de terror al quedar en la oscuridad total repentinamente.

Sintió su respiración agitada y se preparó para correr a prender la luz cuando las velas se volvieron a prender una por una.

Los ojos de Jimin se abrieron con horror y comenzó a temblar en descontrol al ver que su reflejo no aparecía en el espejo, pero una silueta completamente negra se encontraba del otro lado completamente intacta.

Quiso gritar, pero estaba tan asustado que el grito se atoro en su garganta. Unas feroces lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas mientras temblaba en descontrol en su lugar, viendo con un terror enloquecedor la figura frente a él.

Por una mierda... Era real... Smiley Yoongi era real...










SMILEY YOONGI - yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora