Capítulo 1

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Noviembre, 2015.


Los ojos de Jimin estudiaban fijamente el cuerpo frente a él; una muchacha había sido brutalmente asesinada la noche anterior en su departamento y no parecían haber rastros del asesino. Sus ojos vagaron por la habitación tratando de encontrar alguna pista que le permitiera dar un paso a la investigación, pero no había nada fuera de lo "normal" en el asesinato. 

Los demás oficiales se paseaban sacando fotografías y rodeando el lugar con cinta amarilla, estudiando el cuerpo mientras éste era envuelto en una bolsa de plástico. El espejo estaba roto y un cuchillo se hallaba al costado de la chica, tomado anteriormente en su mano. Lo primero que supuso Jimin era que la chica había tratado de pelear con su agresor y éste golpeó con el espejo, o ella.

 El problema era que no había indicios de que la puerta hubiese sido forzada al igual que las ventanas. De hecho, todo apuntaba a que el asesinato había ocurrido dentro del departamento directamente.

Sin embargo los vecinos habían asegurado no ver absolutamente a nadie entrar al departamento de la joven chica. Era una universitaria que no tenía pareja, tampoco muchos amigos y según decían, pasaba mucho tiempo en internet.

— Lleven la evidencia a la comisaría. — Ordenó Jimin. — Iré a revisar el resto de la casa.

Avanzó poniéndose unos guantes de látex, dejando estampar la tela sobre sus manos provocando un agradable chasquido. Entró con cuidado al cuarto de la chica que era bastante sencillo y ordinario.

 La cama estaba perfectamente tendida y la ventana cerrada al igual que las cortinas, todo lucia normal. Jimin avanzó hasta el ordenador de la chica y lo prendió. Facebook y otra página estaban abiertas, una que tenía en el enlace una vela negra que llamó rápidamente la atención del oficial. Presionó sobre el enlace, abriendo los ojos perplejos al ver que se trataba de una página de rituales.

"Ritual para invocar a Smiley Yoongi"

El oficial bajó para leer superficialmente lo que decía, pero realmente no hubo nada que tuviera que ver con la investigación. Velas, cuchillos, sangre y espejo... y un objeto intimo personal.

Rodó sus ojos ante lo patético que sonó aquello y se alejó de la computadora después de revisar también la red social de la chica, pero no había absolutamente nada fuera de lo normal o relacionado con su reciente muerte.

Regresó al área donde la chica fue asesinada. Observó unas velas apagadas no muy lejos del sofá y el ritual no tardó en llegar a su cabeza. ¿Realmente la chica había intentado hacer eso?

— Revisaré las cámaras para ver si alguien entró al edificio o por la calle de la ventana. — Hablo Jimin. — No cabe duda que el asesinato ocurrió aquí dentro, debemos ver cómo sucedió.

Un oficial acompaño a Jimin hasta el departamento del encargado del edificio. El hombre por fortuna accedió rápidamente ya que no quería problemas con la ley. Permitió que los oficiales revisaran las cámaras.

— De acuerdo, llegó a su casa a las siete con dieciocho minutos. — Jimin lo anotó en una libreta al ver a la chica entrar al edificio. — ¿Puede adelantar las cámaras por favor?

Las escenas pasaron más rápido. Otros inquilinos llegaron cerca de las ocho de la noche y otros a las nueve, que fueron los últimos. La cámara siguió corriendo hasta que dieron las doce y media de la noche y la señal se perdió por completo, dejando la imagen en negro.

Jimin alzó una ceja y entrecerró sus ojos, viendo como los minutos seguían corriendo, pero la pantalla se encontraba sin responder. Las líneas de colores poco a poco volvieron a aparecer hasta dar nuevamente la imagen del pasillo a la una con nueve minutos.

— Perdimos señal entre las doce y media y una nueve. En ese tiempo el atacante debió haber entrado, después no se muestra nada más. Llegamos nosotros. — Jimin observo al otro oficial. — ¿Cómo está la cámara de la calle?

— Igual falló a las doce y media hasta la una nueve. — Contestó.

— Hubo un apagón. — Intervino el hombre encargado del edificio entrando a la conversación — Realicé una llamada y me dijeron que fue una falla y que no tardaría en llegar nuevamente.

— Eso significa que deberíamos revisar las cámaras de la calle para confirmarlo. — Jimin se reincorporó. — De acuerdo, muchas gracias.

Salieron del lugar y se pusieron en marcha a la comisaría. Mientras el cuerpo de la chica era revisado, a Jimin le tocaría hablar con los testigos para ver exactamente qué fue lo que sucedió. Debían testificar a mano, era una situación bastante delicada.

Parecía ser el crimen perfecto. No habían cabellos, no habían huella, nada que diera un nombre, una identidad. Realmente alguien muy enfermo debió haber estado preparando esto por meses para lograr su cometido. Llegaron a la comisaria poco después. Jimin entró a la pequeña oficina, viendo a la mujer sentada y con un rostro decaído. Jimin no podía culparla.

— Señora Lizbrook. — Jimin avanzó hacia ella. — Soy el oficial Park, seré yo quien le pedirá que testifique a mano.

— De acuerdo. — La mujer asintió cansada.

— Necesito que me diga absolutamente todo, sin saltar nada. ¿De acuerdo?

— De acuerdo.

— Bien, la escucho.

La mujer tomó un gran suspiro y se acomodó en la silla. —Marine era una buena chica, todos los jueves llegaba a las siete y media al departamento aproximadamente. Ayer me la crucé mientras entrábamos, vive enfrente de mí, le desee buenas noches.  — mordió su labio para no llorar. — Ella entró a su departamento y yo al mío. Todo transcurrió tranquilo.

— ¿Qué más? — Jimin seguía tomando notas.

— A eso de las doce y media hubo un apagón en el edificio. — Prosiguió la mujer. — Yo no me asusté, pero unos quince minutos después escuche unos gritos. Creí que mi cabeza me estaba jugando malas pasadas, pero los escuchaba muy claros. — Hizo una pequeña pausa, Jimin la observaba fijamente.

 — Salí pero en ese entonces ya habían cesado. Aproveché para tocar la puerta de Marina. La vi llegar ese día con unas velas, así que le quise preguntar su podía darme unas… velas…

— ¿Sabe por qué quería la señorita Marina unas velas? – Preguntó Jimin.

— Realmente no. — Confesó la mujer. — Nunca antes la había visto compara unas, ella tendrá sus razones.

Jimin unió un poco sus cejas y siguió anotando, esperando que la mujer prosiguiera.

— Toqué su puerta repetidas veces pero nunca me abrió. — La señora Lizbrook palideció un poco. — En eso recordé los gritos y comencé a llamar a su puerta desesperadamente, pero ella no abría.

 Trate de tranquilizarme pensando en que quizás estaba dormida, la luz volvió poco después así que eso me tranquilizó. Jimin asintió nuevamente.

— A las siete me desperté para irme a trabajar, pero me di cuenta que la basura de Marina seguía ahí. Se me hizo extraño ya que ella siempre la va a tirar a las seis cuarenta y cinco, siempre se llevaba la mía. — La mujer soltó algunas lágrimas. — Toqué a su puerta pero no contesto. Me preocupé y ahí fue cuando los llame...

— ¿Cree que los gritos que escuchó eran de Marina? — Preguntó Jimin.

— Ahora que veo esto, sí. Estoy segura que era ella. — Prosiguió la mujer.

— Debió ser unos quince minutos después del apagón. Finalizaron poco antes de que volvieran las luces.

Bien, esto dejaba al asesino con unos veinte minutos para cometer el acto. En veinte minutos entró de alguna forma, se deslizó en la oscuridad, la encontró, la mató y se fue sin dejar rastro. En veinte minutos, ¿Quién podría hacer eso?

 — Gracias señora Lizbrook, y lamento tener que hacerla pasar por esto. — Se excusó Jimin.

Al salir supo que esto cada vez era más confuso. Sabía que la chica había intentado invocar a un tipo de espíritu maligno y que esa misma noche la habían asesinado. Una extraña y escalofriante coincidencia.

Solo quedaba esperar a las pruebas para ver su encontraban algo que les resultara útil...











SMILEY YOONGI - yoonminOnde histórias criam vida. Descubra agora