Capítulo 5

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— ¿Qué? — Jimin abrió sus ojos.

Yoongi fue quien lo empujo y con una fuerza inhumana logró colocarlo en la posición. Jimin mordió sus labios al sentir sus nalgas ser separadas y el tibio aliento chocando contra su entrada. Se aferró a las sabanas y arqueo la espalda en un azote placer al sentir la fría y húmeda lengua de Yoongi moviéndose contra su ano.

— Oh dios... — Jadeó. — ¡Oh dios, sí! 

¿Era necesario repetir que estaba literalmente siendo follado por un muerto?

La lengua había empujado hacia adentro, abriendo el ano para introducir la lengua y lamer con insistencia. Metió y sacó su lengua, aferrándose a las caderas del humano mientras se deleitaba con su estrecha calidez.

Jimin se sintió tocar el infierno del placer. Escucho que Yoongi succiono algo que no pudo identificar, pero apenas sintió dos dedos entrando en él, soltó un grito de placer y se dejó caer rendido en la cama. Yoongi empujo sus dedos, rozando la zona del ano y buscando con sus dígitos una zona con un pequeño bulto.

Coloco sus dedos como cuchara y mordió sus labios con placer, sintiendo la saliva deslizándose por la comisura de sus labios al apetitoso ano de Jimin tragándose sus dedos. Siguió rozando sobre aquel bulto que lo sintió hincharse cada vez más.

— ¡NGH! — Jimin golpeo la cama y mordió las sabanas, enloquecido por aquel contacto que había provocado que su pene chocara contra su vientre derramando más gotas de pre-semen.

 — ¡AH, AHÍ! ¡YOONGI AHÍ!

Yoongi siguió estimulando la suave zona, enterrando sus dedos, más profundo y metiéndolos y sacándolos cada vez con más rapidez. Beso la espalda del contrario, escuchando sus altos gemidos y lloriqueos llenar la habitación, Jimin empujaba sus caderas hacia atrás buscando un mayor contacto, deseaba que esos dedos fueran reemplazados por el duro y grueso miembro de Yoongi, sintiendo sus venas rozar contra las paredes de su entrada y el glande chocando su fondo. Quería que lo jodiera duramente, hasta el fondo.

Siguió moviéndose desesperado, gritando incoherencias placenteras mientras morbosos escenarios azotaban su mente. Su mórbida mente trabajaba, perdido en distintas posiciones para joder, besar, masturbar y mamar.

Se estaba volviendo loco, los dígitos de Yoongi habían aumentado a cuatro, haciéndolo enloquecer de placer. Yoongi los metía y sacaba quizás en menos de un segundo, golpeando frenéticamente, deseoso de ver a Jimin correrse para él. El hombre apenas pudo aguantar a eso, liberando un gemido agudo y contrayendo todos sus músculos mientras sentía a su semilla ser liberada.

 Gritó, tuvo el orgasmo más potente que había tenido jamás, jadeaba en las sabanas, sintiendo su miembro palpitar. Tuvo que masturbarse un poco para seguir liberando lo que quedaba, sintiendo una ola de relajación llenarlo por completo.

Los dedos de Yoongi salieron de él y lo tomó para darle vuelta. Sus labios volvieron a encontrarse, Jimin enredando sus piernas en la cadera del mayor mientras lo besaba con furia, desbordando de placer. El maldito era un mago con esos dedos, un genio usando la lengua también.

— Quiero tu pene dentro de mí. — Rogó Jimin. — Por favor... te quiero dentro de mí.

— Oh, me encantaría joderte precioso. No tienes una idea de cuánto. — Yoongi quitó su cabello de su frente. — ¿Eso quieres?

Jimin asintió con un brillo en sus ojos.

Yoongi sonrió, esbozando una sonrisa tan grande que a Jimin le heló la sangre. Ahogó un grito de dolor y se aferró a la espalda de Yoongi cuando inesperadamente lo sintió entrar en él. El glande del asesino abriéndose paso entre las paredes de su entrada provocando un ardor placentero que le hizo gemir después, agudo, muy agudo.

— ¡Oh...! — Jadeó enterrando sus uñas en su espalda. — M-muévete.

 El otro sonrió y obedeció a aquella petición tan desesperada. Empujo hasta el fondo, hasta que sus testículos chocaron con la entrada igualmente. Allí comenzó a entrar y a salir un poco, empujando duro al tocar fondo y concentrándose en besar los pezones de Jimin. Aquellos rosados y duros pezones esperando para ser mordisqueados por él y deleitarse con su calidez y sabor.

Deslizó sus manos debajo de la espalda de Jimin para tomar el control del movimiento, pegando duro mientras mordía y dejaba marcas en todo el cuerpo del humano. El otro gritó, arqueándose y moviéndose en descontrol por la cama debido al placer. Su punto más sensible era rozado por aquella gran erección mandándolo al límite del placer rápidamente.

Las embestidas se volvieron más rápidas, más rápidas y más rápidas. Yoongi había tenido que alzar las piernas de Jimin, colocándolo de costado para entrar y salir tan rápido que la cama rechinó con lujuria, sintiendo sus mantas ser manchadas nuevamente por aquel blanco semen que expulso Jimin enloquecido de placer.

Llegaron juntos al enfermo orgasmo, aferrándose y enterrándose más profundo al sentirse como nunca antes creyeron sentir a nadie. Jimin jadeó ronco debajo de él, ojos cerrados y ceño fruncido mientras respiraba por la boca.

Yoongi se inclinó para lamer su cuello, provocando que Jimin abriera sus ojos.

— Ahora que lo pienso... No me dijiste tu nombre... — Yoongi lo observó.

— ¿Cómo te llamas?

— Jimin. — Contestó el otro jadeante. — P-park Jimin.

— Te queda bien. — El fantasma sonrió. — Es la primera vez que me quedaré con el nombre de mi víctima, esto es emocionante.

— ¿La primera vez? — Susurró Jimin. — ¿Por qué?

— Porque no tiendo a regresar nunca más. Es aburrido volver con la víctima dos veces. — Yoongi sobo su mejilla. — Aunque teniéndote a ti... Creo que nunca me cansaría de visitarte.

— Quieres decir que... ¿Vendrás a verme? — Jimin abrió sus ojos emocionado y asustado.

— Lo haré, y no necesitare tu permiso. — Yoongi sonrió con malicia. — Pondré aparecer en cualquier momento.

Jimin tuvo un escalofrío, sintiendo su mirada perderse nuevamente en una expresión de deseo.

— Oh, te gusta. — Yoongi mordió sus labios. — Te gusta ser jodido por asesinos psicópatas de internet.

¿Eso lo convertía en un enfermo depravado?

Quizás.

— Me entregaré a ti mientras dejes de meterte en mis casos. — Advirtió Jimin.

— ¿Tus casos? — Yoongi alzó una ceja. — Espera... ¿Eres policía?

— ¿No viste mi uniforme?

— Estaba más interesado en otras cosas que en tu uniforme. — Habló secamente el otro. — Pero espera... estudiaste medicina... eres policía... y acabas de follar conmigo. ¿Eso no va un poco contra tus principios?

— ¿No va en contra de los tuyos tampoco? — Contraatacó Jimin.

— No sabía lo que eras. — Se defendió Yoongi.

— Bien, ahora lo sabes. — Jimin sonrió arrogante. — Ahora promételo. Mientras no interfieras con mi trabajo podré ser tuyo tantas veces desees.

— Hecho. — Yoongi esbozó una sonrisa. — ¿Tienes idea en lo que te has metido? Eres tan estúpido...

— Quizás lo soy.

— Y un completo loco.

— Eso también.

Yoongi soltó una risa, lamiendo los labios de Jimin haciéndolo estremecer. Y sí, quizás Jimin estaba loco, quizás era un completo desquiciado al haber convertido a un asesino fantasmal en su amante íntimo. Jimin no danzaría con la muerte, se acostaría con ella probando distintas posiciones mientras de arrebataba la vida a través de sus besos. 

¿Pero era su culpa acaso que el infierno fuera helado y placentero como la muerte?

Y todo por aquel estúpido caso en el que decidió meterse...











SMILEY YOONGI - yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora